Pese a los problemas logísticos y de abastecimiento que aún afectan a la cadena de suministros en múltiples sectores, el deporte español no frena su ascensión en el extranjero. Las exportaciones deportivas siguen disparadas en 2021. A cierre de los siete primeros meses del año movieron 635,6 millones de euros, un 36,3% más que en el mismo período del año anterior.

Ello se debe, principalmente, gracias al fitness, que ha duplicado los ingresos en el extranjero hasta 136 millones de euros. La venta de artículos outdoor también ha crecido un 50%, hasta 143,3 millones de euros y el ciclismo lo hizo en un 24% interanual, hasta 98 millones. El esquí, que afronta una temporada clave para su futuro, se mantuvo plano en 18,9 millones.

El ritmo también se ha dejado notar en las importaciones, un indicador que mide el consumo interno de un país. Por primera vez, España ha superado la barrera de los 1.000 millones de euros en el acumulado del año hasta julio. En concreto, importó artículos deportivos por valor de 1.138 millones de euros, un 39% más que en el mismo período de 2020.

Al igual que sucede con las exportaciones, el fitness es el motor del deporte español. Las importaciones de artículos para la gimnasia y la actividad física se duplicaron hasta 354,6 millones de euros. Por primera vez factura casi lo mismo que el calzado, que tradicionalmente ha sido el producto más importado en España.

La compra de zapatillas aumentó un 15,5% interanual, hasta 354,8 millones. Ciclismo, outdoor y esquí también crecieron un 36%, 21% y 35,5%, respectivamente. La balanza comercial española, sin embargo, aún presenta un déficit de 503 millones de euros, ya que el volumen importador es mucho más elevado.