La industria del deporte puede jugar un papel en la recuperación económica del país tras la crisis de la Covid-19, o al menos eso indican las cifras macroeconómicas que arroja el sector. La facturación directa del deporte en España ascendió a 15.768 millones de euros en 2018, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero a esta cifra ahora habría que añadir 16.432 millones de impacto indirecto y 6.917 millones de impacto inducido, según el Termómetro del ecosistema del deporte en España.
El informe, elaborado por de España Activa y Pwc y que se ha presentado hoy en Madrid, concluye que el efecto multiplicador de la industria es de 1,5 euros por cada euro generado, y se estima que mueve 39.117 millones de euros y genera un 3,3% del PIB. Ahora, su próximo reto es evidenciar el papel que puede tener en la transformación del país.
La secretaria de Estado para el Deporte, Irene Lozano, no ha dudado en abrazar los resultados del estudio para hacer valer una de sus grandes apuestas para esta legislatura. “Nuestro sector es uno de los que claramente tiene potencial de crecimiento para sustituir aquellas actividades más dañadas por la crisis”, ha enfatizado.
Solo entre 2017 y 2018, la industria aumentó sus ingresos en más de 1.114 millones de euros, lo que supone un incremento de un 8%. Esta tasa de crecimiento fue tres veces superior a la del Producto Interior Bruto (PIB) de España, según el estudio, y en parte está muy apoyada por dos fenómenos: el fuerte crecimiento del negocio audiovisual de LaLiga y la ampliación del mercado del fitness gracias a nuevos formatos como el low cost o los boutique.
“Hemos estado minusvalorando el valor real del deporte”, ha sostenido Alfonso Jiménez, director de la Comisión de Investigación y Divulgación de la Fundación España Activa. En su opinión, durante mucho tiempo el deporte se ha apoyado en lo mediático de la competición profesional, pero no ha trabajado la visualización de su componente económico.
En esta ocasión no se ha medido el impacto tractor del deporte en otras industrias como el turismo, la restauración, los medios de comunicación, los videojuegos o las apuestas. “Esta es una tarea pendiente”, ha admitido Jordi Esteve, socio de Pwc, sobre un indicador que Pwc sí midió para el informe del impacto de LaLiga. Entonces, se cifró un impacto en otras industrias de 3.998 millones de euros. “Es un ejemplo malo para extrapolar porque mueve mucho, pero es una muestra de que no es una parte pequeña del pastel”, ha señalado el socio de Pwc.
Los 15.768 millones de euros de impacto directo que el sector del deporte movió antes de la crisis proceden de los clubes, que generaron 5.881 millones; de las tiendas de artículos deportivos, con un negocio asociado de 4.988 millones y, de las instalaciones deportivas, con 2.508 millones. En este epígrafe conviven desde clubes de golf o tenis, a grandes complejos concesionales y centros privados.
Eso sí, el informe y los datos del INE no incluyen en esta categoría el negocio de los gimnasios, con 662 millones, mientras que los fabricantes de artículos deportivos facturaron 241 millones de euros. El resto de entidades de actividades deportivas, como pueden ser las gestoras de eventos, sumaron 1.487 millones de euros en 2018, según los datos facilitados por el instituto de estadística.
En los 16.432 millones de impacto indirecto miden el gasto y la inversión que las empresas deportivas realizan en su cadena de suministro, mientras que el impacto tractor, mide el aumento de actividad económica y empleo por terceros que usan el deporte para generar demanda, e inducido, que estima la actividad económica que realizan los hogares adicionalmente por su relación con el deporte.
La industria del deporte genera 12,4 empleos absolutos por cada millón de euros de facturación, un 30% más que la media nacional
El informe asegura que “gracias a la industria del deporte se generaron en España casi 414.000 puestos de trabajo”, equivalente al 2,1% de la población activa en el país. De toda esta fuerza laboral, 191.027 son empleos directos, por los 157.480 trabajos indirectos y 61.479 inducidos. El grueso corresponde a las instalaciones deportivas, que representan el 29% de la empleabilidad en la industria.
“Además de su importancia económica y social en términos absolutos, la industria deportiva destaca por ser un sector intensivo en puestos de trabajo”, destaca el informe. Según sus estimaciones, por cada millón de euros que la industria factura en España, genera 12,4 empleos absolutos, un 30% más que la media nacional. “Entre los sectores de la industria más intensivos en empleo, destaca el sector de los gimnasios, con 42 empleos por cada millón de euros facturado, y las instalaciones deportivas, con 23 empleos”, añade.
Los autores consideran que ahora el deporte está en una posición de poder demostrar que tiene mimbres para ser clave en la consecución del objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Sobre el reto de un trabajo decente y crecimeinto económico, Pwc argumenta que esta industria puede favorecer la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la innovación y el avance de pymes y microempresas.
¿Cómo? “Para quienes tienen un empleo, la actividad física puede contribuir a aumentar la productividad en el lugar de trabajo, así como a la reducción de lesiones y del absentismo”, señala. Además, argumenta que el fomento de los desplazamientos en bici o a pie, la recreación activa y el deporte como ocio pueden dar pie a crear nuevos puestos de trabajo para los proveedores de servicios.
“Hay que aprovechar la crisis para consolidar la visión del deporte y la actividad física como una cuestión de interés general para la sociedad”, señala Jaime Lissavetzky, ex secretario de Estado para el Deporte y presidente de España Activa. “El deporte va a ser una palanca clave en la recuperación económica del país”, comparte en el informe José Hidalgo, presidente de la Asociación del Deporte Español (Adesp), que reúne a las federaciones deportivas.
“El futuro sólo puede ser visualizado con el binomio de la inversión pública privada y en la consideración del deporte como agente integrador y dinamizador de la sociedad”, ahonda Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE). También se expresa en clave de futuro Adolfo Ruiz, presidente de la Fneid, quien añade que “el deporte digital será un complemento más para mejorar la experiencia general del usuario”.
Mas negocio pero menos rentabilidad
Pero, ¿cuál era la radiografía de la industria del deporte en España antes de la mayor crisis en 75 años? El sector encaraba un 2019 que debía suponer su cuarto año consecutivo de crecimiento, tras avanzar un 9,4% interanual en 2018, hasta 15.691,34 millones de euros, según el INE. De este importe, un 36,7% (5.853 millones de euros) correspondió a clubes deportivos, especialmente los de LaLiga y ACB, que generaron un 9,2% más respecto al año anterior.
También venía creciendo con fuerza el número de gestoras de instalaciones deportivas y gimnasios, donde conviven desde clubes de golf o tenis, a grandes complejos concesionales y centros privados. Las cadenas de gimnasios volvieron a crecer tras un 2017 a la baja por la presión de precios de los low cost, ya que en 2018 vendieron un 4,1% más, hasta 682,24 millones de euros. Las gestoras, por su parte, crecieron a un ritmo idéntico, hasta 2.437 millones de euros.
Las empresas que funcionan bajo el código de otras actividades deportivas facturaron un 12,1% más, hasta 1.458,5 millones de euros. Es un crecimiento muy superior al de los establecimientos especializados en artículos deportivos, que aceleraron su crecimiento con una mejora interanual del 5,9% en 2018, hasta 5.020 millones de euros de facturación. Por el contrario, las ventas de los fabricantes de equipamiento específico retrocedieron un 5,7% interanual y se situaron en 241,02 millones.
Pese al crecimiento del negocio, los datos del INE revelan una reducción del excedente bruto de explotación, que cayó un 3,2% entre 2017 y 2018, hasta 1.800 millones de euros. Los clubes deportivos aportaron el grueso de este margen, con 559 millones, si bien son 170 millones de euros menos que en el ejercicio anterior. El fitness, por su parte, ya genera un mayor excedente que el generado por los retailers deportivos.
El sector encaraba un 2019 que debía suponer su cuarto año consecutivo de crecimiento, tras avanzar un 9,4% interanual en 2018
Una de las razones que explicarían la caída de la rentabilidad es que el gasto en personal creció a un ritmo superior al del negocio, con una subida interanual del 9,9%, hasta 5.020 millones de euros. Algo más del 50% de esta partida fue asumida por los clubes, en especial por los de LaLiga. Ahora bien, las instalaciones deportivas superaron por primera vez los 1.000 millones de euros por este concepto, mientras que los gimnasios destinaron 242 millones, las cadenas de tiendas otros 712 millones y los fabricantes 46 millones.
Este incremento tiene que ver con el personal ocupado, con 196.587 personas, que representan un aumento del 3,1% entre 2017 y 2018. Ahora bien, y como muestra del peso que tiene el voluntariado, el personal realmente remunerado se mantuvo estable en unas 162.400 personas. Es más, el personal remunerado equivalente a tiempo completo descendió un 0,9%, hasta 108.357 profesionales, mientras que el número de horas trabajadas por estos cayó un 1,2%, hasta 195.149 horas.
En términos de inversión, el descenso fue del 12,6% y se situó en 1.417,18 millones de euros. El mayor retroceso de produjo en la inversión en terrenos y bienes naturales, con un desplome del 74,6%, hasta 74,14 millones de euros. Una explicación sería la compra del Wanda Metropolitano por parte del Atlético de Madrid.
También retrocedió el presupuesto para activos materiales, que se contrajo un 16,2% y se situó en 874 millones de euros. Por contrario, se incrementó un 71,7% la inversión en instalaciones técnicas (230,9 millones) y se dobló la partida para maquinaria y utillaje (190,9 millones). Por sectores, las gestoras de instalaciones deportivas y los clubes copan casi el 90% de la inversión.