La industria española del deporte pone números a la factura que dejará el Covid-19 en las cuentas de 2020. Las organizaciones del sector estiman que la crisis provocada por este virus provocará una caída del 38,5% de sus ingresos respecto al presupuesto original de 2020. En total, los ingresos bajarán de 11.900 millones a 7.400 millones de euros si no se tiene en cuenta al fútbol profesional, según el informe presentado hoy por Adesp, España Activa y el Consejo Superior de Deportes (CSD).
Es un desplome muy superior al previsto para el conjunto de la economía española, que podría llegar a ser de hasta el 14,4%, según la OCDE. La razón no es otra que el deporte es un producto perecedero, en cuanto a que los ingresos que no se hayan producido entre marzo y junio difícilmente podrán recuperarse el resto del año, pues se trata de cuotas mensuales al gimnasio, competiciones que ya no se disputarán en 2020 o patrocinios que han quedado suspendidos o rebajados ante el nuevo contexto.
El informe estima que la facturación de empresas vinculadas al deporte se hundirá un 57%, hasta 181 millones de euros, mientras que el negocio de los clubes deportivos (al margen de LaLiga) descenderá un 53% y se situará en 76,46 millones. el menor impacto se lo llevarán las federaciones nacionales, cuyos ingresos bajarán un 43% respecto al presupuesto de 2020, con 70,36 millones de euros. Sus homólogos autonómicos perderán un 77% de ventas, hasta 8,9 millones, un desplome que alcanzará el 89% en las asociaciones deportivas, hasta 981.853 euros.
La pérdida de ingresos responde a la cancelación de contratos, eventos y, sobre todo, la pérdida de usuarios. La industria teme una caída del 14% en el número de practicantes deportivos de forma reglada, es decir, que están inscritos a un centro deportivo o una federación. En términos absolutos, ello supondría pasar de 9,5 millones a 8,1 millones de personas que practican algún tipo de disciplina. El mayor golpe será para las federaciones autonómicas, que perderán dos tercios de su base de licencias, hasta 314.273. Las federaciones nacionales retrocederán un 42,2%, hasta 1,38 millones de fichas. El descenso será del 29,7% entre los clubes deportivos, hasta 301.211 practicantes, caída que será del 39,5% entre asociaciones, hasta 59.467 personas.
Es un desplome muy superior al previsto para el conjunto de la economía española, que podría llegar a ser de hasta el 14,4%, según la OCDE
El informe advierte de que este retroceso no sólo impactará de forma negativa en su cuenta de resultados, sino que también supondrá una pérdida del 31% del empleo y derivará en un sobrecoste de 508 millones de euros en gastos derivados de la inactividad física de los españoles, especialmente sanitarios. En un contexto normal, Adesp y España Activa estimaba que este coste iba a ser de 1.803 millones de euros para 2020.
Esta cascada de datos es la que justifica que el 59,6% de las entidades deportivas considere que el impacto del Covid-19 en el ecosistema deportivo español será negativo, por un 27% que considera que será muy negativo. Tan solo un 11,4% estima que no se producirá ningún tipo de impacto, pese a la drástica caída de ingresos que han experimentado algunas organizaciones, e incluso un 1,6% apunta a un impacto positivo.
Los planes de choque para mantener la viabilidad de los proyectos han sido diversos, aunque un 64,7% admite que se ha tenido que realizar un ajuste de la previsión de ingresos con lo que eso significa en términos de gasto. De hecho, un 53,1% de la muestra admite una reducción de los costes operativos, mientras que sólo un 16,7% se ha inclinado por los ajustes de plantilla.
La preservación del empleo ha sido posible, eso sí, con la aplicación de expedientes de regulación temporal de empleo (Erte) y, en el caso del deporte profesional, a través de acuerdos con las primeras plantillas para que sus emolumentos se recortaran de forma importante mientras no se reanudaran las competiciones. Incluso en caso de hacerlo, equipos como el Real Madrid se han asegurado un ahorro del 10%.
Un 56% de las organizaciones también asegura que ha explorado nuevas vías de ingresos para compensar la caída del negocio por el Covid-19, mientras que un 62,3% también ha adaptado su calendario y la oferta de servicios para mitigar los efectos de la pandemia. Por ejemplo, muchas cadenas de gimnasios han implantado plataformas de entrenamiento online, y clubes y competiciones han acentuado su apuesta por los eSports como alternativa para generar contenidos.
Un 56% de las organizaciones asegura que ha explorado nuevas vías de ingresos para compensar la caída por el Covid-19
La opinión sobre que el deporte es uno de los sectores que más potenciado puede salir de la crisis no queda plasmada sobre el vaticinio de las entidades en cuanto al corto plazo. Sin embargo, a medio y largo plazo sí consideran que esta crisis puede propiciar numerosas oportunidades. La más destacada, y nombrada por un 59,6% de los encuestados, es la puesta en marcha de nuevos programas y actividades.
Un 58,5% del sector también alude a la redefinición de su visión y planificación estratégica, mientras que la generación de nuevos formatos y modalidades de servicio es señalada por un 56%. La oferta de nuevos servicios (41%) y la transformación digital (27,8%) son los otros dos elementos apuntados.
Este trabajo es el que individualmente asume que debe realizar cada organización, si bien hay aspectos transversales que deben abordarse como conjunto. Son los denominados pilares para la reconstrucción del ecosistema deportivo español, en el que se identifican tres elementos clave: el reconocimiento como bien de interés general (72,3%), el aumento de la presencia del deporte en términos de valores y beneficios (69,3%), y los estímulos económicos y ayudas (66,9%).
Con tal de relanzar a la industria, el estudio también detecta que serían importantes la elaboración de un plan estratégico nacional del deporte a cuatro años (33,1%); la aprobación definitiva de un nuevo marco legislativo (18,3%) con la Ley del Deporte como hito más importante; la formación digital y acceso a nuevas tecnologías (13,5%), y la búsqueda de alianzas estratégicas coordinadas con otras industrias (11,8%).