Del total de 65 federaciones deportivas que hay en España, únicamente dos están presididas por una mujer. Lo mismo sucede con las direcciones y la presidencia de entidades y empresas del mundo del deporte, donde la representación femenina en los cargos de liderazgo es todavía muy testimonial. ¿Cuál es el problema y cómo ha evolucionado esta situación? De todo ello se debatió en la segunda sesión de 2P Class, el servicio de 2Playbook para compartir conocimientos y debate entre profesionales de la industria deportiva. En el encuentro participaron Elisa Aguila, directora de competiciones de la Federación Española de Baloncesto (FEB); Patricia Rodríguez, directora general del Granada CF, y Roser Queraltó, directora de negocio de la Euroliga, moderadas por Patricia López, directora de contenidos de 2Playbook.
“Es cierto que en los últimos años la situación ha mejorado mucho, pero se necesita más tiempo y queda mucho por hacer. Hay que intentar ser activos para que esta incorporación se produzca de la forma más ágil posible. No necesitamos que haya una paridad absoluta, sino que exista un equilibrio”, defendió Rodríguez, la única directora general de un club de LaLiga. Con esta idea se mostró de acuerdo también Queraltó al añadir que “la situación se está revirtiendo y la evolución ha sido notable”.
Por su parte, Aguilar hizo referencia a la desigualdad que existe, no sólo en cuanto a los puestos de responsabilidad, sino también en relación a la práctica deportiva. “Yo de pequeña no pude jugar al fútbol porque no había chicas. La presencia de la mujer en el deporte, tanto en la práctica, como en el consumo, como en lo laboral ha sido muy tardía. Por eso en cierto modo es normal que en los puestos de poder todavía predominen los hombres, lo que hay que luchar es porque se vaya produciendo un cambio”, desgranó.
El Consejo Superior de Deportes (CSD) trata de poner fin a esta desigualdad y desde 2014 estableció la norma de que las juntas directivas tuvieran que tener un 33% de representación femenina para poder acceder a las subvenciones que otorga el organismo. Posteriormente esta cifra aumentó hasta el 40%. Entonces, ¿dónde está la trampa? La realidad es que las federaciones cumplen con los requisitos impuestos por el CSD para recibir su subvención, pero las mujeres ocupan los puestos más bajos del organigrama, como los de vocales o secretarias.
“Esto realmente también está cambiando. Para empezar cada vez hay más mujeres accediendo a carreras de ciencias. Hay que fomentar que las jóvenes se preparen y entiendan que pueden acceder a los puestos que quieran siempre que estén preparadas. De ahí la importancia de que también existan referentes dentro del sector que vayan abriendo las puertas que hasta ahora han estado cerradas”, remarcó Queraltó.
Mientras, Rodríguez vinculó esta situación con la falta de presencia de mujeres que hasta hace unos años hubo en el mercado laboral. “Yo creo que esta situación está relacionada con lo que venimos arrastrando. Estos puestos han sido tradicionalmente entendidos como más amables, entonces se ha entendido que eran más aptos para mujeres. Pero que las mujeres puedan ver referentes en el sector será un importante impulso para que esto cambie”.
Impulso a la formación e igualdad salarial
Si hay un punto en el que todas las participantes del Webinar: Mujer y directiva en la industria del deporte se mostraron de acuerdo es en la necesidad de reforzar la formación y la enseñanza para que las mujeres puedan alcanzar estos puestos con la mayor experiencia y capacidad posible.
“La formación y la preparación son fundamentales. Es importante que tanto las deportistas como todas las mujeres que quieran acceder a estos cargos tengan una preparación académica. A lo largo de la etapa como deportista se puede sufrir una lesión o cualquier tipo de problema que te obligue a dejarlo antes de tiempo. Hay que estar preparado para el siguiente paso”, explicó Aguilar.
Con ella se mostraron de acuerdo tanto la directora general del Granada como la directora de negocio de la Euroliga. “La formación es vital; sin ella no podemos estar en los puestos directivos. Si no queremos ser cuestionadas hay que llegar a esos cargos con la formación que se requiere”, destacó Queraltó. Por su parte, Rodríguez subrayó que “está costando mucho” y prueba de ello es que “en los programas en los que yo participio la presencia femenina a veces no alcanza el 20%”. De ahí que haya que “visibilizar a estas mujeres que quieren alzar la voz en el mundo deportivo”.
La realidad a día de hoy es que existe una amplia brecha salarial en la industria deportiva, especialmente fuera de los despachos. De acuerdo con datos de la revista especializada L.Footbal, la futbolista mejor pagada de 2019 fue la estadounidense Alex Morgan, que ingresó en esa temporada 408.000 euros, frente al jugador mejor pagado, Lionel Messi, con 112 millones de euros brutos. Pero esta desigualdad salarial no solo concierne a la práctica deportiva sino también a los puestos de trabajo.
“En la Euroliga se establecieron unas bandas salariales entonces cada uno cobra según el rango en el que esté, no por ser hombre o mujer. El problema es más que nos cuesta visualizar que las mujeres puedan convertirse en presidentas o directoras de una entidad de la industria del deporte”, señaló Queraltó.
Por su parte, la directora de competiciones de la FEB apuntó que “nos falta un poco de colaboración entre nosotras. No somos muchas todavía y deberíamos estar más en contacto y trabajar juntas”. Con esta idea se ha mostrado de acuerdo Rodríguez que añadió que “es importante que las que ya hemos llegado a estos puestos pongamos una escalera para las que vienen detrás, que nos ayudemos entre nosotras”.
Las tres directivas se mostraron de acuerdo en que el networking y esta relación y colaboración es todavía una de las grandes asignaturas pendientes de las mujeres en el mundo deportivo. “Tenemos que ser capaces de dedicar algo más de tiempo a reunirnos, charlar y desarrollar proyectos comunes”, defendió Aguilar.
¿Cuotas sí o no?
Uno de los puntos en los que existe una mayor disparidad de opiniones es en el de establecer cuotas para asegurar un porcentaje de representación de mujeres en las entidades o en los puestos directivos. En este punto, Queraltó hizo hincapié en que le “cuesta pensar que por ser hombre o mujer haya que acceder a un cargo. Hay que ir hacia las cuotas de una manera orgánica y siempre primando la meritocracia”.
En el caso de la directora general del Granada, reconoció que si bien hace unos años estaba en contra de esta idea, “ahora me he dado cuenta de que, aunque hay avances no se producen hasta el punto que necesitamos. Eso sí, no necesitamos mujeres que estén en el puesto sin ejercer, sino con responsabilidad real. Hay que incentivar ciertas medidas como las cuotas, aunque lo que tiene que predominar en el fondo es la valía”.
Por su parte, Aguilar defendió que los dos aspectos defendidos por las aludidas son necesarios y ha añadido que “a pesar de que las cuotas no son idóneas, la actualidad nos está diciendo que por el momento sí son necesarias”.
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