La sostenibilidad es uno de los to dos prioritarios para cualquier organización empresarial en la actualidad. Ahora bien, diseñar un plan de sostenibilidad no es una carta a los Reyes Magos, sino que exige definir un plan de acciones en función de los desafíos ambientales a los que debe hacer frente la empresa, con una serie de objetivos que realmente puede cumplir. La situación no es diferente en la industria del deporte, donde propiedades como el Real Betis e instituciones como el Consejo Superior de Deportes (CSD) ya afrontan estos procesos. Asimismo, consultoras como Ecoterrae se encargan de asesorar a las organizaciones a la hora de aplicar acciones concretas que permitan avanzar en sus estrategias sostenibles.
Directivos de estas tres organizaciones se reunieron en el último 2Playbook Class by Forever Green, una nueva iniciativa de 2Playbook y el Real Betis para dar visibilidad al papel del deporte en el ámbito de la sostenibilidad. “En su momento un plan de sostenibilidad era algo totalmente ajeno. Tuvimos que empezar prácticamente desde cero. Fue fundamental empezar a investigar y dejarnos ayudar”, explicó Rafael Muela, gerente de la Fundación Real Betis Balompié. El club se apoyó en esos primeros instantes en la iniciativa Climate Neutral Now impulsada por la Organización de las Naciones Unidas. “Ellos nos asesoraron cómo podíamos empezar a trabajar como club y para ello, el primer paso es hacer un diagnóstico e identificar en qué situación estamos”, añadió Muela.
Por su parte, Lola Boyé, subdirectora adjunta de Alta Competición del CSD, continuó el debate señalando la necesidad de identificar las áreas claves sobre las que debe tratar el plan de sostenibilidad y apuntó hacia el desempeño ambiental, social y económico como las tres dimensiones sobre las que pivota cualquier proyecto de estas características. “Las herramientas más idóneas son las que permitan hacer una evaluación precisa y eficiente y estas deben analizar estos tres impactos”, aseguró.
En el webinar también participó Abilio Caetano, director técnico de Ecoterrae, consultora especializada en sostenibilidad y cambio climático. “Cuando ayudamos a una empresa a establecer su plan de sostenibilidad, seguimos unos pasos. En primer lugar, realizamos un diagnóstico o análisis GAP, en el que somos conscientes de lo que tenemos o no tenemos. Luego, ya se pasa a la parte de la materialidad del plan”, indicó. Cateano señaló la necesidad de que exista un compromiso tanto de los empleados, como por parte de la dirección. “Hemos tenido clientes en cuyos planes han participado personas a nivel técnico, pero no se han implementado porque no han participado los cargos de dirección” remarcó.
El responsable de la Fundación del Real Betis Balompié destacó la necesidad de establecer una comunicación fluida con las diferentes áreas de la organización e identificar qué sensibilidad tiene en cada una de ellas. Para ello, Muela considera que “hay que identificar los embajadores a nivel interno que te van a ayudar a lo largo de este proceso”. Para medir el progreso hay una serie de indicadores clave de rendimiento que pueden interiorizar todas las organizaciones. Para la fundación del club verdiblanco, los más importantes son la medición de la huella de carbono, los residuos que generan y el consumo de energía, y desde la perspectiva social, tener en cuenta el alcance que tienen las acciones, su impacto entre la infancia o la igualdad en la organización.
En el caso del CSD, Boyé también remarcó la importancia de evaluar la huella de carbono en los usos de las instalaciones o competiciones. Para eso, el organismo deportivo tiene en cuenta las normas ISO sobre la calidad de la gestión de eventos, además de otros indicadores como el uso del agua o la gestión de residuos. Además, en la parte social también hay que tener en cuenta la inversión en formación que haga cada organización. “Los trabajadores deben sentirse parte de la entidad deportiva. De esta manera, cualquier plan de sostenibilidad generará un valor añadido que, a la hora de encontrar espónsors puede hacer la labor más fácil”, agregó Boyé.
Asimismo, no debe pasar desapercibido el impacto financiero que tienen todas estas acciones en el futuro de la empresa o propiedad deportiva. Caetano aseguró que “no hay que tener sólo en cuenta cómo va a afectar al entorno nuestra propiedad, sino también la parte financiera. Cómo esos temas pueden ser un riesgo a la viabilidad de nuestro negocio”. El responsable de la fundación del Betis también puso el foco en el control financiero “que tiene su importancia en materia de sostenibilidad y compliance. Es un ejercicio perfecto para auditar esos gaps que tengamos”.
Para medir el progreso de un plan de sostenibilidad hay una serie de indicadores clave de rendimiento que pueden interiorizar todas las organizaciones
Otra de las incógnitas para cualquier propiedad a la hora de encarar un plan de sostenibilidad es la periodicidad de cada una de sus acciones. En este sentido, el directivo de la consultora especializada en sostenibilidad y medio ambiente señaló que “los objetivos no deben de tener una periodicidad establecida, sino ser coherentes. Yo los separo entre los objetivos estratégicos y los objetivos concretos de cada medida. Los planes de sostenibilidad se diseñan con vistas a medio y largo plazo, es decir, se suelen ver con una visión más estratégica”. En cuanto a la neutralidad climática, los objetivos normalmente se marcan a 2030 o si son muy grandes a 2050.
Muela añadió que “en ese rango temporal, lo ideal es que, si tienes la posibilidad, vayas generando ese seguimiento de manera continua. Nosotros tenemos la suerte de contar con un comité de sostenibilidad que se reúne cada mes o cada dos meses y eso hace que estemos muchos más atentos de esa medición”.
Superar las barreras culturales es otro de los desafíos que se encuentra cualquier organización cuando pone en marcha su plan de sostenibilidad. “Es cuestión de una mezcla de liderazgo, comunicación efectiva y organización. Es muy importante la educación y la sensibilización de los empleados y una estrategia que informe sobre el progreso para vencer la resistencia al cambio”, añadió la subdirectora de Alta Competición del CSD.
“Lo ideal es que, si tienes la posibilidad, vayas generando ese seguimiento de manera continua a cada una de las acciones”
Por otro lado, Caetano recordó que un plan de sostenibilidad no se queda en los límites de una organización. “No solo incluye lo que está en nuestro control operacional, sino también en cómo actuamos con las partes relacionadas, con los proveedores”, apuntó. El responsable de la fundación del club verdiblanco avisó de que hay muchas cosas que se pueden hacer en este ámbito. “Sobre todo con los proveedores, hay que preguntarles si determinados productos tienen unos certificados de sostenibilidad u otros. A partir de ahí te vas familiarizando y generando esa conversación con todos los implicados”, explicó Muela.
Por último, hay que tener en cuenta que muchas de las acciones que se llevan a cabo generan un retorno económico. En esos casos, Caetano señaló que “es fundamental estar alineado con la taxonomía verde, un sistema que clasifica esas acciones como sostenibles por la Unión Europea, y eso te puede facilitar el acceso a capitales”. En cuanto a la dimensión social, Muela puso el ejemplo de la iniciativa el Fichaje Estrella, en la que el club ficha a niños que han pasado por alguna enfermedad. “Se trata de un proyecto que genera un gran impacto en redes sociales tanto a nivel nacional como internacional” concluyó.