La sostenibilidad en el deporte va a provocar el cambio de paradigma que se pretende dar hoy en día a todos los sectores para generar un impacto positivo, no sólo, en el medio ambiente sino también, en lo social y en lo económico (Planet-People-Profit). Y la industria del deporte no puede ni debe ser una excepción.
Afecta a su gobernanza, a su liderazgo, a su innovación y, en definitiva, se convierte en el eje de de todas ellas. Así pues, es un concepto que trasciende más allá del impacto climático ya que promueve la equidad social y asegura la viabilidad de las organizaciones deportivas a largo plazo y, por lo tanto, debe formar parte, sin ninguna duda, de la estrategia corporativa.
Su impacto se ve reflejado en la reputación de la marca ya que hoy en día se demandan marcas auténticas, transparentes y comprometidas con causas sociales y ambientales.
También atrae a patrocinadores que buscan asociarse con organizaciones que compartan sus valores y cultura; ahorran costes a largo plazo al optimizar el consumo de energía y de recursos naturales y adicionalmente a través de los atletas o equipos deportivos inspiran a las nuevas generaciones a adoptar hábitos más respetuosos con el medio ambiente y con la comunidad.
Para todo ello, es importante que los líderes de las organizaciones deportivas estén formados y bien capacitados en esa área y, así, ayudar a realizar la transformación que el planeta necesita. Se necesitan líderes sostenibles y transformacionales con una fuerte convicción en el nuevo paradigma y dejar atrás el business as usual.
Las áreas de aplicación de la sostenibilidad en el deporte van desde los eventos deportivos (reducción de residuos, uso de energías renovables, transporte sostenible, alimentación local…); las instalaciones deportivas (construcción sostenible, gestión eficiente del agua y la energía, usando materiales reciclados...); equipos deportivos (producción sostenible de equipamiento, programas de educación ambiental para los atletas); en la gestión de clubes y federaciones (con políticas de sostenibilidad, informes de sostenibilidad y patrocinios sostenibles) incluso en administraciones (creando políticas públicas que incentiven la sostenibilidad en las ciudades y países). En todas ellas, la economía circular, la eficiencia de las instalaciones o la utilización de energías verdes toman una relevancia fundamental para alinear los objetivos de las entidades deportivas a los objetivos agendados por la UE.
En definitiva, el deporte, gracias a la gran cantidad de gente que aglutina, tiene una oportunidad para demostrar su liderazgo, su compromiso y poder transformador y convertirse en uno de los pilares vehiculares de la ansiada transformación hacia la sostenibilidad global.
Es hora que el deporte sea parte de la solución y no del problema.
Pere Solanellas es, junto a Lluís Solanellas, uno de los socios de Kpacita.
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