Deportistas de élite como Toni Kroos, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, han encontrado en el registro de sus nombres, iniciales o logotipos una vía para extender su influencia comercial. Este proceso es clave para proteger su identidad en el mercado, capitalizando su reconocimiento público incluso después de su retirada deportiva. La propiedad intelectual se convierte en una herramienta esencial para asegurar fuentes de ingresos más allá de su actividad en el campo.
El registro de marcas otorga a los deportistas un control exclusivo sobre el uso comercial de sus nombres, iniciales y otros elementos distintivos, impidiendo que terceros exploten su imagen sin autorización. Este monopolio cubre una amplia gama de productos y servicios, que van desde ropa y artículos deportivos, hasta eventos o aplicaciones móviles.
Desde una perspectiva técnica, podemos distinguir entre dos tipos de protección en las marcas registradas por deportistas. Por ejemplo, en el caso de las marcas TK8 y KR8S, la protección legal se obtiene desde el momento en que la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea concede la marca. Sin embargo, marcas que contienen nombres propios, como "Toni Kroos Academy", ya cuentan con una protección previa, derivada del artículo 9.1.b) de la Ley de Marcas Española (Ley 17/2001, de 7 de diciembre).
El registro de marcas coloca a los deportistas en una posición ventajosa para negociar contratos de licencia y patrocinio
Esta disposición impide que se registren nombres, apellidos o seudónimos que el público general asocie con una persona distinta del solicitante sin autorización expresa. Esto significa que, aun sin un registro formal, Toni Kroos ya tenía el derecho exclusivo sobre el uso comercial de su nombre.
En este sentido, la protección legal de los nombres civiles en España es automática, lo que permite a los deportistas evitar el uso indebido de su identidad, incluso antes de que formalicen el registro de una marca. No obstante, el registro sigue siendo un paso fundamental para obtener una protección más amplia y evitar disputas legales en el ámbito comercial, especialmente en mercados internacionales.
El registro de marcas no se limita únicamente a productos relacionados con el deporte. Kylian Mbappé, por ejemplo, ha registrado su nombre y poses icónicas para una amplia gama de productos que incluyen cosméticos, ropa y juguetes, entre otros. Este tipo de diversificación amplía la protección de la marca y maximiza su explotación comercial en diferentes sectores.
El registro de marcas coloca a los deportistas en una posición ventajosa para negociar contratos de licencia y patrocinio, ya que les permite tener control absoluto sobre su imagen y nombre. Esto asegura que cualquier uso comercial de su identidad genere ingresos para ellos y no para terceros, convirtiéndose en un pilar estratégico para la gestión de su carrera fuera del campo
Manuel Barrero es trademark Consultant en Balder
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