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La Fórmula 1 ha impulsado siempre a la industria automovilística, ahora tiene el potencial de hacerlo de nuevo a través de la IA. No será un camino sencillo pero promete acelerar aún más el avance hacia un futuro más eficiente y tecnológico.

Históricamente, la Fórmula 1 ha sido un banco de pruebas para algunas de las innovaciones más avanzadas en la ingeniería automovilística. Algunos de los mejores ingenieros del mundo trabajan en este deporte, y muchas de las implementaciones que se realizaron para la competición hace varias décadas ahora han sido adoptadas en los coches que vemos a diario por las calles. Algunos ejemplos de esto son el motor turbo o los frenos de disco ventilados.

Puede parecer inusual que una industria valorada en más de 4 billones de dólares utilice a una competición deportiva como referencia para la innovación, pero esto muestra hasta qué punto la Fórmula 1 ha trascendido el ámbito deportivo. Hoy en día, es reconocida como la competición más tecnológica del mundo, y cada año desbloquea nuevos niveles de innovación en los monoplazas. Pensemos, por ejemplo, en la reciente llegada de asistentes de voz o botones en el volante a los coches comerciales.

Nada de esto se hace por capricho; es una necesidad. En el mundo de la F1, la diferencia entre ganar o perder un Gran Premio puede depender de un pequeño ajuste técnico o una estrategia bien ejecutada. De cara al futuro podremos preguntarnos: ¿cuáles son los desarrollos esenciales que la F1 está aplicando hoy y que podrían llegar a los coches en los próximos años?

 

El auge de la IA

Para la temporada 2024, los equipos de Fórmula 1 están implementando diferentes herramientas de inteligencia artificial para mejorar el rendimiento. Esto incluye simuladores hiperrealistas para entrenar, grandes volúmenes de datos para definir la estrategia de carrera y análisis en tiempo real monitoreando todo para tomar decisiones inmediatas desde el muro.

Además, la Fórmula 1 también es pionera en el uso de tecnología para ofrecer experiencias "phygital", combinando lo físico y lo digital, aumentando la interacción con los espectadores. Esto no solo ayuda a que el fan disfrute del espectáculo, sino que también juega un papel crucial en atraerlo al deporte desde un inicio.

Lo mismo sucede en la industria automovilística. En este caso, “el público” son los potenciales compradores que ya no van a los concesionarios a buscar un coche, sino que ahora son las marcas las que deben ir a buscarlos a sus casas. Al igual que en la Fórmula 1, el mejor método de seducción que tienen para atraer al cliente es mediante el uso de tecnologías innovadoras.

En 2023, un informe del MIT reveló que el 60% de las decisiones de compra en la industria están vinculadas a la estética. Como se suele decir, no hay segundas oportunidades para las primeras impresiones. Aquí es donde la inteligencia artificial puede desempeñar un papel fundamental creando modelos predictivos con un menor margen de error, fortaleciendo así el trabajo de los diseñadores.

Todos los fabricantes de automóviles son conscientes de que no pueden fallar en el primer contacto. Por ejemplo, Nissan desarrolló un chatbot para minimizar el tiempo de espera y aumentar la eficiencia del servicio al cliente: en sólo cinco meses, logró ejecutar 113.000 conversaciones, recopilando datos y simplificando el análisis posterior de comportamientos del consumidor.

La movilidad siempre ha sido una de las áreas con mayor innovación y mayor impacto en la vida de las personas. Desde la invención de la rueda hasta la contribución de Ford a la producción en masa durante la Revolución Industrial, o los motores a reacción que impulsaron el transporte aéreo a mediados del siglo XX. Todavía estamos inmersos en un proceso de transformación tecnológica del que no conocemos el final. Lo que sí está claro es que la inversión en IA es una necesidad para que las empresas sigan siendo competitivas y no se queden atrás.

Según un informe de Next Move Strategy Consulting, entre 2022 y 2030, el mercado de IA en la industria automotriz crecerá a una tasa de crecimiento anual compuesta del 29%, superando los 34.40 mil millones de dólares.

Hay tres áreas específicas donde la IA está cambiando el panorama. Primero, en el proceso de fabricación. Una fábrica es un enorme desafío logístico para ensamblar las diferentes piezas, y con la IA se mejora el seguimiento de envíos, se optimizan los inventarios y se automatiza la producción con robots.

En segundo lugar, la experiencia de viaje. A medida que avanzamos hacia vehículos autónomos, la IA mejora sistemas como el ABS (Sistema de Frenos Antibloqueo), controles de crucero adaptativo o sensores avanzados como el de advertencia de salida de carril. También se utiliza en la asistencia digital para crear experiencias más cómodas, en entretenimiento o para resolver problemas como consultas manuales respondidas con Chat GPT.

En tercer lugar, el mantenimiento del vehículo y la detección de fallas. La IA analiza la información recopilada a través de sensores y cámaras, y detecta irregularidades ofreciendo sugerencias proactivas. Hasta es capaz de identificar el origen de la falla.

Así como la Fórmula 1 ha impulsado a la industria automovilística a lo largo de la historia mediante innovaciones tecnológicas, ahora tiene el potencial de hacerlo de nuevo a través del uso intensivo de la inteligencia artificial. No será un camino sencillo, pero viniendo de la competencia deportiva, promete acelerar aún más el avance hacia un futuro más eficiente y tecnológico.

 


 

Damián Lazzarano es Chief Technology Officer de Sportian

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