Creo en la sostenibilidad, creo en la empresa y añadiría que también creo en que ambas son completamente compatibles. Las empresas están formadas por todos y cada uno de sus empleados y no sólo por su equipo directivo, sus dueños o sus accionistas. La mayoría de estos empleados, de una manera u otra, ya están implementando nuevos hábitos en su día a día que contribuyen a la mejora del planeta. Quizás todavía consideremos estos cambios pequeños y, por lo tanto, irrelevantes para las cuentas de resultados. Pero estoy convencida de que todos nosotros, como ciudadanos, queremos sentirnos orgullosos de cuidar nuestro entorno, nuestros mares, nuestros bosques y nuestra fauna. Ese es, también, el primer paso para la implicación empresarial, el que sus empleados sean agentes internos del cambio e influyan en su transformación desde dentro. Trasladar lo que hacemos en casa a los planes en nuestras empresas.
Creo en las empresas. El capitalismo consciente es un movimiento que se inició en el año 2009 en EEUU. Uno de sus fundadores, Raj Sisodia*, en la introducción en su libro comparte su creencia en “la naturaleza heroica de los negocios, en sus virtudes esenciales y en su potencial extraordinario para mejorar la sociedad de una manera más duradera que cualquier otro sistema económico o social que haya tenido la humanidad”. Esa heroicidad conlleva también un compromiso: la de trabajar por un objetivo “superior que aúne los intereses de todos los agentes implicados, con líderes conscientes que trabajen por el propósito de la empresa, de las personas a las que afecta y del planeta en su conjunto, con culturas cercanas y perdurables que conviertan el trabajo en una fuente de alegría y realización”.
Existen grandes personas en las empresas con robustos proyectos conscientes. En el mundo del deporte hay muchos ejemplos, pero quizás el más emblemático es el caso de Patagonia cuyo fundador acaba de ceder el 98% de sus acciones a una organización de nueva creación y sin ánimo de lucro, Holdfast Collective, y así lo anunció en una carta titulada “la Tierra es ahora nuestro único accionista”. En el sector turístico tenemos un referente aquí en España, el Grupo Iberostar. Éste lleva años trabajando en el movimiento “Wave of Change”, cuyo principal objetivo es consolidar un modelo de turismo responsable y rentable, con especial foco en la conservación de los océanos. Wave of Change está recibiendo numerosos premios y reconocimientos internacionales y, quizás, sea a través de esta nueva tendencia de turismo responsable que esta industria recupere el reposicionamiento reputacional que tanto necesita.
No tengo la menor duda de que los cambios o transformaciones estructurales, dependiendo el sector, no son fáciles, ni rápidos, ni baratos, pero el mero hecho de abordarlos, de estudiarlos y debatirlos, aunque sea con pequeñas iniciativas, pone en marcha la maquinaria del cambio.
Creo en las personas y en su capacidad de movilización por el bien común. Es indudable que hemos cometido errores en nuestra tarea de cuidar del planeta. El mensaje, de hace más de un siglo, del Gran Jefe de la tribu india de los Duwamish al Presidente de los EEUU (1855) así nos lo recuerda: “Si os llegáramos a vender nuestra tierra, amadla, como nosotros la hemos amado. Cuidad de ella, como nosotros la cuidamos y conservad el recuerdo de esta Tierra tal y como os la entregamos. Y con todas vuestras fuerzas, vuestro espíritu y vuestro corazón, conservadla para vuestros hijos”.
*Raj Sisodia estará en Barcelona los próximos 29 y 30 de junio en el European Conscious Leader Summit (https://europeanconsciousleaderssummit.org/
Ana Fernández
Experta en Reputación Corporativa con foco en los retos ESG (WeAre)
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