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Virgin Active sigue bajo los estragos de la Covid-19 y reduce ventas un 11% en el primer semestre

La cadena controlada por el fondo Brait habría sufrido una caída de su negocio aún mayor de no ser por sus operaciones en Sudáfrica, donde las ventas han remontado un 40% entre abril y septiembre, el primer semestre de su ejercicio fiscal.

Virgin Active  health club

Virgin Active continúa sin reconciliarse con el crecimiento tras la pandemia. La cadena británica de gimnasios ha cerrado el primer semestre de su ejercicio fiscal, que va de abril a marzo, con una caída de ventas del 11% interanual. La facturación en este periodo fue de 195 millones de libras (231 millones de euros), tras cerrar diez instalaciones y perder un 18% de clientes, según la memoria semestral a la que ha accedido 2Playbook. En total, la cadena cuenta con 823.000 abonados (203.000 menos que hace un año) y 231 clubes.

La compañía opera en Sudáfrica, Italia, Reino Unido y Asia-Pacífico, donde tiene presencia en Australia, Tailandia y Singapur. Su principal mercado es el africano, que fue el único territorio donde mejoró su negocio, con una subida del 40% a tipo de cambio constante, hasta 102 millones de libras (121 millones de euros). Eso sí, en los últimos doce meses ha cerrado dos gimnasios y actualidad opera 134 establecimientos que dan servicio a 136.000 personas. Es decir, el 58% de su red, el 64% de su clientela y el 52% de su negocio procede de este país.

Con todo, el 5% de sus socios aún tiene congelada la tarifa porque no se han animado a volver a entrenar en sus centros deportivos, algo que según la cadena está en línea con sus previsiones. En este territorio, los gimnasios volvieron a abrir en agosto de 2020 y todavía hoy operan con restricciones.

Donde se han levantado todas las limitaciones es en Reino Unido, el mercado local de la cadena, donde opera 36 instalaciones. Son seis menos que hace un año, siendo este el país donde más se ha replegado Virgin Active tras cesar sus operaciones en España ya en 2017. Su posición de dominio como cadena premium en Londres aún la mantiene, a pesar de que en los últimos años ha ido vendiendo activos a su rival David Lloyd.

El negocio de Virgin en las islas, donde tiene 36 emplazamientos, se redujo un 17%, hasta 41 millones de libras (48,7 millones de euros). El ticket medio por instalación supera el millón de libras, un importe muy superior al que obtiene en Italia. En este país es donde más ha sufrido los efectos de la pandemia, pues los ingresos han caído un 60%, hasta 25 millones de libras (29,7 millones de euros). En ese territorio cuenta con 37 instalaciones, una más que en Reino Unido, donde el cierre de clubes ha provocado el sorpasso del país transalpino frente al británico.

En cuanto al último mercado en el que aterrizó Virgin Active, Asia-Pacífico, el negocio ha caído un 46% a tipo de cambio constante, hasta 27 millones de libras (32,1 millones de euros). Las políticas restrictivas llevadas a cabo en los gimnasios de esta región explican la caída del negocio. Por ejemplo, en Australia se han ido llevando a cabo pequeños confinamientos durante el último año y medio. Todos los clubes estuvieron cerrados desde agosto y no fue hasta la segunda quincena de octubre cuando pudieron volver a abrir en Sídney y Nueva Gales del Sur.

En Singapur los centros cerraron entre mayo y junio y, tras varias semanas de actividad, volvieron a cerrar desde julio a agosto. En Tailandia el cierre fue más prolongado: desde abril hasta octubre. De ahí que “en todos los territorios a excepción de Asia-Pacífico esperamos cerrar el año con resultado de explotación positivo”, afirma la cadena. La dirección de “Virgin Active seguirá centrándose en la generación de efectivo y en las medidas de mejora de la liquidez en todos los territorios”, añade.

Uno de los principales avances que ha realizado la compañía en el primer semestre es la reestructuración de su negocio que acometió el pasado mayo, lo que le permitió recibir 45 millones de libras (53,5 millones de euros) del fondo Brait y 24 millones de libras más (28,5 millones de euros) del fundador y accionista, Richard Branson, para capear la crisis de la Covid-19 y hacer frente a la deuda.

También pactó con los acreedores la modificación del calendario de pagos, que pasó de vencer en junio de 2022 a hacerlo en el mismo mes de 2025. Asimismo, los propietarios de los establecimientos donde opera Virgin Active en Reino Unido dieron el visto bueno a retrasar el cobro de los alquileres.

“Aunque este plan de reestructuración afecta principalmente a Virgin Active de Reino Unido, habrá un beneficio indirecto para los negocios de Italia y Asia Pacífico”, ha explicado la compañía en su memoria semestral.

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