Thomas Wellness Group crece más allá del gimnasio indoor y del cliente profesional. El distribuidor de equipamiento de fitness, tras más de dos décadas centrando su negocio en la venta de productos para centros deportivos, ha encontrado en el usuario final un aliado para esquivar los efectos de la crisis sanitaria. En un momento en que los operadores han frenado sus planes de expansión, la compañía dirigida por Tomás Junquera espera crecer un 10% en 2021, hasta alcanzar los 9 millones de euros de facturación.
La clave de este crecimiento está en el at home fitness y en la firma de contratos para equipar gimnasios al aire libre. Cadenas como Claror, CET10 o DreamFit, entre otras, se han puesto en sus manos en un momento en que el público reclamaba espacios de entrenamiento outdoor. Incluso hay administraciones públicas, como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, que están apostando por habilitar zonas de calistenia en sus parques. “El gimnasio más grande de España es el Retiro; es bueno que lo público se apoye en el sector privado”, afirma.
Además del entrenamiento outdoor como tendencia, la venta al consumidor final se disparó en pleno confinamiento y, a pesar de que se ha estabilizado tras la fase más dura de la pandemia, la compañía espera seguir vendiendo equipamiento para entrenar en casa. “El año pasado acompañamos a las cadenas que tuvieron la iniciativa de dar servicio al cliente en el hogar, y les proporcionamos el equipamiento necesario para entrenar en casa; ahora estamos en una fase de ampliación de servicios y canales, y los proveedores podemos ayudar a los gimnasios en ese sentido”, asegura Junquera.
La compañía logró atender la elevada demanda de producto que tuvo entre marzo y septiembre de 2020. Fue entonces cuando el cuello de botella logístico y el alza de los precios del acero empezaron a hacer estragos. No se recibían artículos procedentes de Asia y, en algunos casos, se produjeron rupturas de stock. “Lo que antes tardaba tres meses en llegar, empezó a hacerlo doce meses después; eso obligaba a planificar a largo plazo en un periodo de gran incertidumbre”, recuerda.
El precio del acero se ha multiplicado por cinco en un año debido a la fuerte demanda de producto y a las sucesivas guerras comerciales entre China y Estados Unidos y Australia. A ello se sumó el problema logístico: “Fletar un barco en febrero de 2020 eran 2.000 euros; hoy son 16.000 euros; la subida ha repercutido en nosotros y en el cliente final”, lamenta.
A ello se suma la dificultad de gestionar un elevado volumen de pedidos. “En b2b vendíamos 100 unidades a un centro, y ahora hemos pasado de cien clientes comprando un único producto; eso multiplica la gestión y supone una transformación profunda”, afirma Junquera, que asegura que el grupo seguirá teniendo en su ADN la venta al público profesional. “No queremos perder el b2b por un momento de oportunidad en el canal de venta online y retail, aunque estudiaremos las posibilidades de proporcionar equipamiento por otros canales y mercados”.
El directivo sostiene que prefiere un crecimiento sostenible y controlado a hacerlo a doble dígito. “A veces, el crecimiento tan fuerte produce inestabilidad interna; creo que tenemos mucho por mejorar y queremos crecer con una lógica financiera, cultural y sin renunciar a ser eficientes”, subraya.
De cara al futuro, la expansión internacional es otros de los retos una vez se solucionen los problemas de abastecimiento que aún se arrastran desde el pasado otoño. El reto es crecer en Europa, un territorio que el grupo ve como el mercado natural de expansión “por los tratados de comercio, la legislación, la fiscalidad y la cercanía”. En España, además de equipar gimnasios se buscará tener más presencia con la cartera de productos de wellness, que permite a la compañía sellar acuerdos con hoteles y spas.