El verano de 2021 será recordado en el sector del fitness de España como uno de los periodos con más operaciones corporativas de los últimos años, y SmartFit ha optado por jugar un rol protagonista. La cadena de gimnasios low price ha sellado su entrada en Cantabria con la compra del club que Metropolitan tenía en Torrelavega, según ha podido saber 2Playbook. La operación se empezó a negociar a finales de junio, se firmó en julio y SmartFit empezó a operar el complejo en agosto.
No ha habido un coste de traspaso como tal, pero la empresa destinará parte de la deuda suscrita con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para invertirlo en el centro y realizar algunos cambios. “La inversión será de ente 400.000 euros y 450.000 euros; está muy ajustada porque queremos crecer de manera controlada”, explica a este medio Ignacio Usera, fundador y director general de la compañía. El centro tiene 3.000 metros cuadrados, superficie exterior y un total de 1.000 socios hasta agosto.
Se trata de una operación firmada entre una cadena low cost y una premium, dos empresas que operan en distintos nichos del mercado de los gimnasios en España. El rápido desarrollo de las negociaciones ha favorecido que el club no haya cerrado en ningún momento y que la práctica totalidad de los empleados hayan pasado a formar parte de la plantilla de SmartFit.
Fue Metropolitan quien llamó a la puerta de SmarFit, ante su intención de desprenderse de un activo que ya no consideraba estratégico, pues su modelo de club de gama alta ya no encajaba en una ciudad situada a más de 25 kilómetros de Santander. De hecho, el del Torrelavega había sido uno de los centros que no habían formado parte del rally de inversiones realizadas por la empresa dirigida por los hermanos Javier y Sergio Pellón para modernizar y ampliar los complejos.
Ahora que la empresa está trabajando para operar en clubes más grandes donde se ofrecen servicios que trascienden al deporte, como estética, restaurante y hasta espacios de trabajo flexible, el modelo de instalación de Torrelavega había dejado de encajar. De ahí que propusieran un traspaso a SmartFit.
“Aunque tenemos precios bajos, trabajamos en un servicio premium; ha sido una operación positiva para ambas partes”, asegura Usera. La instalación ya ha modificado las tarifas, su imagen y parte de los espacios, a los que seguirá la reconversión de la piscina en un área de entrenamiento funcional.
Se reubicarán espacios, se otorgarán más metros a la zona de peso libre y cross, y se cerrará la piscina, que ya no está operativa. Estas obras se realizarán a lo largo de los próximos doce meses, y empezarán en cuanto se realice el cambio de titularidad del complejo y se facilite la licencia de obras.
En la inversión de más de 400.000 euros se incluyen la renovación del equipamiento de la sala de ciclo-indoor, que ya se ha realizado, y las indemnizaciones pagadas al personal que no ha seguido trabajando en la empresa. Quince empleados han sido integrados en la plantilla de SmartFit. En un primer momento se absorbió a todo el personal del club, si bien se ha dado salida de manera amistosa a los empleados que preferían dejar la empresa o que no contaban en los planes de SmarFit. Uno de los técnicos ha causado baja voluntaria para seguir trabajando en otro centro de Metropolitan.
“Estamos encantados con la plantilla que ha decidido seguir; están muy implicados y les estamos formando para que conozcan el modelo de SmartFit, si bien hay maneras de hacer de Metropolitan que queremos mantener porque venían haciendo un gran trabajo”, explica Usera. Se refiere al área de clases colectivas. “Tienen a los abonados muy fidelizados, apenas ha habido bajas durante la pandemia”, recalca.
En la actualidad, la compañía tiene una deuda de 3,1 millones de euros, de los que 720.000 euros son créditos ICO y el resto es deuda bancaria y leasing. A principios de 2020, la compañía tenía una deuda total de 3 millones de euros, de los cuales 1,7 millones era con la banca y el resto era deuda privada. “Destinamos buena parte del ICO a refinanciar la deuda privada, que convertimos en pasivo bancario”, afirma. En total, firmó créditos por 1,4 millones con el aval del Estado.
El hecho de que la pandemia estallara justo cuando la cadena tenía que afrontar vencimientos de la deuda privada alteró los planes de SmartFit, pero pudo capear el temporal. Si el plan inicial era refinanciar el 20% de esa deuda y pagar el resto tirando de los buenos resultados del ebitda, finalmente se refinanció el 100%.
La buena noticia es que la compañía cerró 2020 con ebitda positivo en todos sus centros a excepción del club de Girona, que abrió a finales de 2020. “Ser muy escrupulosos con los gastos, tener poca deuda y contar con buenos contratos de alquiler es clave; nuestro objetivo es que nuestro negocio sea sostenible con los ingresos actuales”, afirma. Las ventas cayeron en dos millones de euros, hasta 3,2 millones.
Con esta compra, SmartFit entra en Cantabria y abre su primer club en el norte de España. Además, alcanza su décimo club en el país, que se suma a los que ya opera en Madrid (3), Barcelona (3), Cádiz, Málaga y Girona. La cadena ha vuelto a recurrir al crecimiento vía compras como ya hizo en 2019, cuando adquirió tres instalaciones Perfect Fit en Girona, Terrassa y Mollet del Vallés. El último traspaso lo firmó el año pasado, con la adquisición de un antiguo L’Orange Bleue que cerró. Anteriormente, compró un club en Cádiz en 2016 y en Rivas (Madrid) en 2018.
Por su parte, Metropolitan pierde presencia en Cantabria y en Murcia, donde ha cerrado un centro “tras muchos meses de infructuosas negociaciones con la propiedad del local” que “no haber mostrado ningún tipo de flexibilidad ni comprensión ante la difícil situación”, afirma la cadena en un comunicado dirigido a los socios. La empresa está a punto de poner en marcha su primera instalación en San Sebastián, mientras continúa adelante con la construcción de su primer club en Bogotá (Colombia). La previsión hasta 2022-2023 es poner en marcha cinco instalaciones en España.