Smart Fit continúa con paso firme en la senda de la recuperación tras la pandemia. La cadena brasileña de gimnasios del grupo Bio Ritmo cerró el primer trimestre del año con niveles de facturación que superan los que obtuvo en el mismo periodo de 2019. En total, la compañía facturó 622 millones de reales (115 millones de euros), un 67% más que en 2021 y un 14% más que en el primer trimestre de 2019.
La empresa continúa lejos de la rentabilidad, pues sufrió pérdidas por 75,4 millones de reales (13,9 millones de euros), pero la nota positiva es que los números rojos se recortaron un 48% gracias al incremento de las ventas que permitieron que el resultado de explotación se triplicara hasta 66,3 millones de reales (12,2 millones de euros).
La empresa cerró el periodo con 3,27 millones de clientes, un 38% más interanual y un total de 1.090 gimnasios. Eso sí, like for like, es decir, sin tener en cuenta las aperturas que se han realizado durante los dos últimos años, la base de abonados aún está a un 81% de lo que se registró en marzo de 2020, cuando los estragos de la pandemia empezaron a notarse en Sudamérica, área de influencia de Smart Fit. Con todo, en un año la compañía ha ganado 1 millón de clientes.
El 78% de los centros de Smart Fit son propios, y el 22% restantes franquiciados. El grupo brasileño, que además de operar con su marca original también lo hace con los 31 clubes que tiene con Bio Ritmo y O2, tiene presencia en Brasil, México y otros países de Latinoamérica, como Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Perú, Panamá y, mediante franquicias en El Salvador, Ecuador, Guatemala, República Dominicana y Honduras. Con 614 gimnasios, Brasil concentra un 56,3% del total de centros, por el 18,8% que se localiza en México. El resto se reparte entre el resto de mercados.