Smart Fit empeora sus números rojos pese a la reanudación de su actividad tras la pandemia. El grupo brasileño de gimnasios de bajo coste ha cerrado el primer semestre del año con unas pérdidas de 305,9 millones de reales (49,3 millones de euros), lo que supone un empeoramiento del 30% respecto al mismo periodo del año anterior.
Con todo, la compañía cerró los primeros seis meses del año con un aumento del 7% en su facturación, hasta 715 millones de reales (115,4 millones de euros), en gran medida gracias a la reanudación de su plan de expansión que le ha permitido poner en marcha 81 gimnasios en lo que va de año, 53 de los cuales han empezado a operar entre abril y junio de 2021. De ahí que las amortizaciones hayan aumentado un 14%, hasta 215 millones de reales (34,7 millones de euros).
Por marcas, la cadena low cost Smart Fit representó el 86% del negocio del grupo; el 10,7% fueron los royalties aportados por las franquicias mientras que las cadenas Bio Ritmo y O2 aportaron el 3,3% restante. En total, opera 992 clubes, de los cuales 235 son franquiciados y el resto son propios.
Las ventas de Smart Fit en México se resintieron un 7% en el primer semestre, mientras que en Brasil aumentaron un 2% y en el resto de mercados de Latinoamérica lo hicieron un 14%. Además de en Brasil y México, Smart Fit opera en Colombia, Chile, Perú, Panamá, Costa Rica, Argentina y Paraguay. A cierre del primer semestre, la compañía daba servicio a 2,3 millones de clientes, un 12% menos que en el mismo periodo del año anterior pese a la apertura de ochenta nuevos centros deportivos.
La compañía ha salido a Bolsa durante el último mes, una operación con la que captó 2.300 millones de reales (371 millones de euros) para acelerar su expansión por Latinoamérica, donde es el operador líder por volumen de negocio e implantación.