El sector del fitness tiene el reto de seducir al 80% de la población que nunca ha acudido al gimnasio y ello pasa por conectar con todo tipo de público. Desde la generación Z y Alpha, hasta el cliente senior, pasando también por las mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz. Y ello pasa por romper con equivocada inercia que apunta a que el reposo siempre es aconsejable durante la gestación, que el gimnasio no es el lugar adecuado para la tercera edad o que no es posible dar con una oferta de fitness que conecte con los menores de edad.
“El reto está en atraer a ese público y debemos hacerlo diseñando productos adecuados, hablando su idioma y contando con profesionales especializados”, explica Toni Brocal, director general de Eshi, escuela que ofrece un posgrado especializado en Ejercicio Físico para la Salud. Más de un centenar de profesionales han pasado por esta escuela para especializarse en programas de entrenamiento para personas que sufren cáncer, obesidad o que están en etapas vitales como el embarazo, el posparto y la menopausia.
Mariela Villar, fundadora de Embarazo Activo, asegura que es contraproducente dejar de hacer actividad física durante el embarazo y el posparto. Al contrario: ejercitarse ayuda a la preparación al parto y a la recuperación posterior. “Salvo que lo contraindiquen los médicos en caso de embarazo de riesgo, no se recomienda el reposo absoluto, pero es necesario ofrecer un servicio más personalizado; por eso muchos profesionales están formándose para impartir este tipo de sesiones”, explica Villar, que colabora en el módulo de Entrenamiento para la Mujer de ESHI. “A pesar de que la tasa de natalidad está bajando, la tasa de uso ha aumentado mucho en los centros; cada vez se demanda más”, afirma Villar.
Embarazo Activo ha trabajado con GO fit, Altafit, Fitness4All, Aqua Sport Club, RBN Sport & Health y en la actualidad los técnicos y técnicas de Enjoy han recibido su formación para impartir estas clases, al tiempo que está capacitando a varios estudios de Sano Center. Una de las principales motivaciones que empuja a los gimnasios a incorporar clases de embarazo activo es el fidelizar a sus clientas. “Muchas se daban de baja durante el embarazo, y con una propuesta así lo que los centros les dicen es que se queden, que se ejerciten para tener un embarazo más saludable física y emocionalmente, y que continúen con ellos una vez den a luz”, afirma Villar. Es decir, no sólo va de frenar las bajas, sino también de colocar la semilla que permita a la cadena conectar con sus clientas durante todas sus etapas vitales, inclusive una vez el bebé ya ha nacido, “cuidándola a ella y a su familia en uno de los momentos más sensibles de su vida”, añade.
Es algo que Toni Brocal reconoce, al asegurar que los centros de fitness están creando espacios para ofrecer este tipo de servicio e incluso habilitan espacios de salud con equipos multidisciplinares formados por nutricionistas, médicos, fisioterapeutas y entrenadores. “El técnico de hoy se está formando para hacerse un hueco en esos equipos multidisciplinares”, asegura.
El perfil de técnico o técnica que opta por esta formación tiene de media entre 40 y 45 años, acumulan años de experiencia en el sector y a menudo proceden del extranjero. En la mayoría de casos son personas tituladas que quieren formarse para ofrecer un servicio más personalizado. “Este tipo de clases se han profesionalizado mucho; las imparten desde técnicos de fitness con formación superior hasta fisioterapeutas y personal sanitario”, añade la fundadora de Embarazo Activo, que también imparte formaciones al otro lado del Atlántico en Argentina y está preparando su entrada en Ecuador, Perú y México.
Ofrecer clases de embarazo activo permite fidelizar a las clientas y, en algunos casos, elevar el ticket medio de la instalación
Pero, ¿permite esta oferta aumentar el ticket medio? Los expertos apuntan que sí, pues, aunque este tipo de clases estén incluidas en la cuota, tienen un retorno a largo plazo. “Si acompañas a la mujer en un momento vital tan relevante, es más fácil fidelizarla y que ello se traduzca a futuro en una cuota familiar”, afirma Villar.
La mayoría de mujeres que regresan al club una vez han dado a luz, suelen esperar entre treinta y cuarenta días, y en muchos casos buscan recuperarse tras el embarazo, del mismo modo que durante la gestación buscaban prepararse para dar a luz. El objetivo en ese momento es trabajar ejercicios de movilidad general, recuperar el suelo pélvico y ejercitar la fuerza con el fin de evitar dolencias posturales en el momento de la lactancia (sea materna o biberón) y de largos períodos que deben de sostener a los bebés en brazos. “Las clientas agradecen contar con un espacio donde ponerse ellas en primer lugar y cuidar su salud física y mental”, apunta Villar, que ve en el sector del fitness un aliado en ese proceso.