El roto económico provocado por la Covid-19 en el sector del fitness en el último año ha sido peor de lo esperado. Los gimnasios españoles dejaron de facturar 1.505 millones de euros entre marzo de 2020 y el mismo mes de 2021 como consecuencia de los cierres temporales, las restricciones y la reducción del número de clientes.
Así se desprende del informe Impacto COVID-19 en Instalaciones Deportivas realizado por la consultora Valgo en colaboración con el grupo de investigación Gestión e Innovación en Servicios Deportivos, Ocio, Recreación y Acción Social (Gisdoras) de la Universidad de Sevilla. Esta cifra supone que cada centro deportivo ha sufrido de media una reducción del 64% de su facturación como consecuencia de los cierres y restricciones que han sufrido las instalaciones entre abril de 2020 y marzo de 2021. A finales de verano de 2020, la previsión de caída se situaba en un 53%.
En cuanto a perspectivas de recuperación, el estudio, en el que han participado un total de 438 centros fitness de toda España, señala que un 45% de los empresarios del sector considera que alcanzarán la normalidad operativa a partir del primer trimestre de 2022, mientras que un 33% entre el tercer y cuarto trimestre de 2022.
En comparación con el estudio publicado en septiembre, las perspectivas respecto a la recuperación han empeorado. Tras el pasado verano, el 53% de los directivos del sector apuntaban a que podrían comenzar a recuperar los niveles de facturación del 2019 a partir del tercer trimestre de 2021.
Ante este escenario, la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid) ha reclamado al Gobierno medidas urgentes como el establecimiento de una deducción en cuota del IRPF por los gastos en servicios deportivos, así como la reducción del IVA, del 21% al 10%, para los servicios deportivos prestados a personas físicas. Esta última es una demanda histórica del sector.
Los gimnasios españoles dejaron de facturar de media un 64% por la Covid-19 entre marzo de 2020 y el mismo mes de 2021
“Es tristemente sorprendente que se penalice fiscalmente a aquellas personas que desean mejorar su salud a través del ejercicio y la actividad física. De hecho, las autoridades deberían promover y fomentar estas prácticas en lugar de penalizarlas con un tipo impositivo que desincentiva la práctica de actividad física, con las consecuencias negativas que el sedentarismo tiene en la salud y que todos conocemos”, ha destacado Alberto García Chápuli, gerente de la patronal. Para el gerente de Fneid, “es incomprensible que la práctica de ejercicio físico siga considerándose actualmente como una actividad de lujo gravada con un IVA del 21%”.
Desde el sector apuntan a que “los gimnasios cumplen un importante rol dinamizador económico y laboral puesto que el sector es nicho de empleo para algunos de los perfiles actualmente más vulnerables en el mercado laboral, como los jóvenes”. En concreto, del total de los puestos de trabajo actuales del sector fitness, un 56% es empleo joven y un 50% empleo femenino. El 87% de los centros fitness ha desafectado a más del 80% del total de sus trabajadores, y el 23% restante al 100%.
Igualmente, la industria reclama que los centros deportivos y gimnasios estén incluidos en las futuras convocatorias de los fondos de recuperación Next Generation de la Unión Europea con el objetivo de contribuir a transformar y recuperar una industria clave como es la prevención y mejora de la salud a través de la actividad física.
“El impacto que está sufriendo la industria del fitness va más allá de lo económico y supone un serio perjuicio para la población. Un ejemplo de ello es que, en el mes de abril de 2021, España cuenta con 2.057.000 sedentarios más que antes de la pandemia, con el consecuente daño en la salud de estas personas. Somos un sector de salud”, concluye García Chápuli.