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El ‘roto’ de la Covid-19: Barcelona pierde 40.000 abonados a sus gimnasios municipales

Aunque la cifra de socios de los centros deportivos municipales de la capital catalana continúa un 23% por debajo de febrero de 2020, se ha recuperado un 26% desde ese mismo mes de 2021. En total, 153.796 inscritos hasta abril de 2022.

Gimnasio Barcelona Claror Can Caralleu Cataluña

La pandemia dinamitó la base de abonados a los centros deportivos, y el sector está en vías de recuperación. Es el caso de Barcelona, cuya red de gimnasios municipales cerró el pasado abril con un total de 153.796 inscritos. Es un 26% más que en febrero de 2021, cuando la cifra de socios cayó a mínimos, pero continúa siendo un 23% inferior a antes de la pandemia. La crisis sanitaria provocó que los centros deportivos municipales perdieran más de 43.800 clientes, según la información del consistorio a la que ha accedido 2Playbook.

No es una cuestión menor, pues Barcelona es la ciudad española con mayor número de abonados a un gimnasio municipal. En la capital catalana operan cuarenta centros deportivos en régimen de concesión administrativa, a los que se suman diez instalaciones especializadas en escalada, náutica, vela, tenis, esgrima o atletismo, que representan menos de un 3% de la base total de abonados. El 97,3% restante lo copan los centros deportivos gestionados por Claror, Eurofitness, CET10, Forus o Lleuresport.

La realidad es que los equipamientos públicos continúan lejos de los niveles prepandemia, aunque la recuperación desde febrero de 2021 ha sido prácticamente constante, con la excepción del tradicional bajón en diciembre por las vacaciones de Navidad. Volviendo a febrero de 2021, en aquel momento los clubes volvieron a abrir tras afrontar el cuarto y último cierre temporal desde el estallido de la pandemia. No fue hasta abril de 2022, después de Semana Santa, cuando se retiró el uso obligatorio de mascarilla en los gimnasios.

 

Desde entonces, los gestores de instalaciones afirman que la mejoría ha sido mes a mes. Un ejemplo de ello es el CEM Sant Sebastià, operado por el Club Natació Atlètic Barceloneta, que es el centro deportivo municipal con más abonados de la ciudad, con más de 12.000 inscritos. Se espera que la cifra vaya al alza en los próximos meses, pues el club cuenta con tres piscinas exteriores situadas junto a la playa de la Barceloneta, y es habitual que en verano alcancen el pico de actividad.

Es más, esta instalación ha superado los niveles de abonados prepandemia. A su favor ha jugado la inversión de 8,2 millones de euros que el club está realizando en el complejo tras atar su continuidad como gestor hasta 2033. Como parte de este proyecto, se está remodelando la zona de spa con el apoyo de Fluidra para crear un centro de wellness urbano.

No es el único centro que se ha remodelado y ha ganado abonados respecto a antes de la Covid-19. Can Carelleu, operado por Claror, ha sumado más de 2.000 abonados desde que estalló la crisis. La cadena aprovechó el cierre para acelerar la reforma integral del complejo, al que destinó 3,2 millones de euros. Este centro ha superado al CEM Bac de Roda como el segundo que más clientes tiene de la ciudad.

 

Barcelona fija en 24,4 millones el presupuesto para deporte en 2022

La capital catalana ha presupuesto 24,4 millones de euros para deporte en este año, un importe que está ligeramente por debajo de los 26,7 millones que destinó el año pasado. De este importe, sólo un 10,1% se destinó a instalaciones deportivas, por el 4,1% que fue a parar a apoyar la celebración de eventos deportivos. El 85% se destinó a la gestión y promoción del deporte en la ciudad.

Que la partida para instalaciones deportivas sólo represente un 10% del total del presupuesto se debe a que el modelo de gestión de los equipamientos municipales de Barcelona es indirecto y basado en la colaboración público-privada. Así, gestoras especializadas y fundaciones deportivas explotan los equipamientos a cambio de asumir tanto los ingresos como los gastos, liberando así a la Administración de asumir esos gastos. A cambio, esta renuncia a generar ingresos, pero recibe un canon anual.

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