Peloton acelera en el mercado hispano con la creación de contenidos de entrenamiento en español. La compañía especializada en fitness para el hogar, que aún no se ha aventurado a lanzar sus productos en España y Latinoamérica, ha vuelto a lanzar un guiño a este mercado. Meses después de que empezara a ofrecer clases en directo y bajo demanda de yoga en este idioma, el gigante estadounidense ha contratado a nuevos instructores para ampliar su oferta de clases en castellano. ¿El objetivo? Tantear un mercado compuesto por más de 680 millones de personas hispanohablantes, más de 480 millones de los cuales son nativos, antes de lanzar sus propios productos en este territorio.
“Durante el último trimestre hemos seguido invirtiendo de manera intensa en nuevos contenidos y funciones de software para nuestros usuarios; hemos producido más de 2.500 clases y hemos lanzado funciones demandadas por nuestros suscriptores”, explicó John Foley, cofundador y consejero delegado, durante el último encuentro con inversores. ¿A qué demandas hacía referencia Foley? Una de las medidas estrellas ha sido el fichaje de ocho nuevos técnicos que producen contenido desde los estudios de grabación y centros boutique de Manhattan y Londres.
“Los nuevos instructores impartirán clases en inglés, alemán y español que se centrarán en running, bootcamp en la cinta de correr, fuerza, caminatas, actividades al aire libre y estiramientos”, detalló. La compañía ya venía ofreciendo clases en inglés y alemán porque opera en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y, desde hace unos meses, en Australia.
Sin embargo, en el mercado hispano aún no ha empezado a vender, y hace unos meses fichó a su primera instructora para crear contenidos en español. En ese momento se centró en ofrecer clases de yoga; ahora, la biblioteca de clases en este idioma va a dar un salto y, en función de la demanda, Peloton podrá concluir si conviene lanzar ya sus bicicletas y cintas de correr en Latinoamérica y España, o conviene esperar.
Lo que está claro es que detrás de esta estrategia está la ambición de Peloton de atender al público hispanohablante que reside en estos países. De hecho, sólo en Estados Unidos viven más de 41 millones de personas que hablan español. Es un mercado potencial al que la dirección de la compañía mira desde hace unos meses. “Tenemos proximidad con México y España es un gran mercado”, apuntó Foley el pasado mayo durante la presentación de resultados del periodo enero-marzo de 2021. Ya entonces se refirió a esta posibilidad como the inmediate spanish oportunity.
La compañía prevé entrar en nuevos países en los próximos años, e incluso ha lanzado una ampliación de capital para captar hasta 1.070 millones de dólares (954 millones de euros) para apoyar su expansión vía operaciones corporativas y crecimiento orgánico. El último mercado en el que ha entrado es Australia, y los resultados están siendo buenos. “En el primer mes, vendimos tres veces más en Australia que durante el mes de lanzamiento de Peloton en Reino Unido, Canadá o Alemania”, afirmó Foley a principios de noviembre.
Por proximidad, Asia-Pacífico es otra región que la compañía está tanteando. Aunque la dirección de la empresa no lo ha comentado en los últimos encuentros con inversores, sí está reforzando su equipo para contar con productores especializados en crear contenido para el sur de Asia.
La compañía, que en el pasado ejercicio fiscal (que va de julio a junio) facturó 4.021,8 millones de dólares (3.400 millones de euros), sufrió unas pérdidas de 189 millones de dólares (160,6 millones de euros). El motivo fue que en el último trimestre registró unos números rojos de 313,2 millones de dólares (266,2 millones de euros), que cortaron de raíz el buen rumbo de la compañía durante los periodos anteriores. De hecho, durante los dos primeros trimestres de su ejercicio fiscal ganó dinero.
El haber retirado del mercado sus cintas de correr le pasó factura, aunque este equipamiento ya vuelve a estar disponible y ahora se ha sumado a su cartera de productos el primer dispositivo de entrenamiento de fuerza. En el arranque de su ejercicio 2022, la empresa no ha cumplido previsiones y ha ajustado a la baja su pronóstico de negocio.