Peloton pedalea por la senda de la recuperación, pero continúa lejos de la rentabilidad tras la vuelta a los gimnasios poscoronavirus. La compañía estadounidense de entrenamiento online finalizó el primer trimestre de su ejercicio fiscal (que va de julio a junio) con unas pérdidas de 403,6 millones de dólares (408,6 millones de euros). Es un 8% más que durante el mismo trimestre del año anterior, pero también son una tercera parte de los números rojos que registró entre abril y junio de 2022, el trimestre anterior.
“Uno de los motores de nuestro progreso ha sido la reestructuración de nuestro modelo de negocio, que ha pasado de los costes fijos a los variables”, ha explicado Barry McCarthy, consejero delegado de Peloton desde el pasado febrero. Las pérdidas han aumentado en comparación con el año anterior, pero el periodo julio-septiembre ha sido en el que se han registrado números rojos más bajos desde octubre de 2021.
La compañía ha recortado sus gastos, en especial los relativos a la producción de equipamiento, que han caído un 41% interanual. Eso sí, las ventas también han descendido, hasta 616,5 millones de dólares (624 millones de euros), un 23,4% menos. ¿El motivo? La facturación con la venta de máquinas se redujo más de la mitad: un 60% menos, hasta 204,2 millones de dólares (206,7 millones de euros).
Por segundo trimestre consecutivo, el negocio generado a través de la plataforma de entrenamiento online (las suscripciones) superó a la venta de máquinas. Su gimnasio online generó 412,3 millones de dólares (417,4 millones de euros), un 35,5% más que durante el mismo periodo del año anterior. En total, la plataforma sumó 6,9 millones de miembros, de los que 2,9 millones están suscritos a la opción de pago asociada a la máquina.
Ahí está su oportunidad de negocio: en la escalabilidad del gimnasio online, puesto que el coste de producción de contenidos no varía en función del número de clientes. De hecho, aumentar el número de suscriptores permite sacar mayor rendimiento a la inversión para crear clases en directo y en diferido. “Mi objetivo en estos nueve meses ha sido dar un giro a Peloton y posicionarla para un crecimiento sostenido y escalando su negocio”, ha añadido el consejero delegado.
En ese tiempo, la empresa ha modificado su estrategia de comercialización, firmando acuerdos de distribución a terceros con Amazon y Dick's Sporting Goods. También ha sumado fuerzas con la cadena hotelera Hilton, ha lanzado un sistema de venta de bicicletas de segunda mano y el servicio de alquiler de bicicletas Fitness as a Service. Asimismo, ha dejado de fabricar su propio equipamiento para apoyarse en proveedores con el fin de reducir los gastos fijos.
En ese camino, ha anunciado una nueva ronda de despidos, se ha segurado 750 millones de dólares (759,3 millones de euros) de financiación para cuidar su tesorería y ha lanzado su remo conectado, que amplía la cartera de productos de Peloton, junto a la bicicleta, la cinta de correr y el sistema de entrenamiento con musculación a través de inteligencia artificial.
