La Covid-19 se ha llevado por delante buena parte del negocio de los gigantes del fitness, y Virgin Active no ha sido una excepción. La cadena británica de gimnasios ha puesto números al roto provocado por la pandemia: una caída del 47% del negocio, hasta 236,1 millones de libras a divisa constante (259,5 millones de euros) en los nueve primeros meses del año. El fondo sudafricano Brait ha salido al paso para apoyar a la compañía, a la que inyectó 25 millones de libras (27,4 millones de euros) en junio para mitigar el impacto de la pandemia.
Desde que Brait se hizo con el control de la cadena en 2015 ha cerrado todos los ejercicios con ebitda positivo, una tendencia que presumiblemente cambiará este año. Hasta septiembre, el resultado de explotación era negativo en 8,4 millones de libras (9,2 millones de euros), tras haber cerrado un 2019 con ebitda positivo por 254 millones de libras (279,2 millones de euros).
“Pese a que los indicadores están mejorando, al menos tardaremos entre un año y medio y dos años en volver a los niveles de negocio que teníamos en 2019”, advierte el fondo de inversión en las cuentas a las que ha accedido 2Playbook. Esa previsión situaría a Virgin Active en el primer el primer trimestre de 2022, dos años después del estallido de la crisis sanitaria. La cifra total de usuarios ha caído un 11% desde diciembre de 2019, mientras que el número de usuarios activos ha caído un 33%, con el 25% de socios que han congelado su cuota.
La empresa cuenta con 243 centros deportivos en ochos países, con especial presencia en Sudáfrica, que representa el 38% de su facturación. Allí las ventas han caído un 51% respecto al mismo periodo del año anterior debido a que ha perdido un 27% de clientela y a que el 30% de los usuarios que no se han dado de baja han congelado la cuota. “El ebitda empezó a ser positivo en septiembre, pero desde abril hasta julio ha sido negativo”, advierte Brait, dueño del 79,35% de la cadena de gimnasios.
En Italia la situación no ha sido mucho mejor. Es el segundo mayor mercado de Virgin Active, y los ingresos han caído un 33% entre enero y septiembre, hasta 63,4 millones de libras (69,6 millones de euros). Los clubes cerraron a mitad de marzo en el país y retomaron la actividad en mayo, lo que provocó que entre abril y mayo sólo facturara un millón de libras (1,09 millones de euros). Virgin Active ha sufrido una caída del 13% en el número de abonados y un 9% han congelado su cuota.
En Reino Unido el derrumbe del negocio ha sido aún mayor, pues los gimnasios estuvieron cerrados desde mediados de marzo hasta el 26 de julio. Hasta entonces, se arrastraron cinco meses consecutivos con resultado de explotación negativo, más que en ningún otro mercado. Las ventas de Virgin Active en Reino Unido cayeron un 58%, hasta 53,8 millones de libras (59,1 millones de euros).
El impacto de la Covid-19 en el negocio de la cadena en Asia-Pacífico fue menor, aunque también relevante: en Tailandia, Australia y Singapur el cierre duró hasta junio, y las ventas se contrajeron un 39%, hasta 35 millones de libras (38,4 millones de euros). De las cuentas se desprende que la pandemia ha llegado en el peor momento para Virgin Active, pues tras encadenar tres años en beneficios, la compañía cerró 2019 con unas pérdidas de 33 millones de libras (36,2 millones de euros).
La empresa ha compensado parcialmente la pérdida de ingresos pactando una rebaja en el precio del alquiler con los propietarios de los locales y reduciendo los gastos de personal con las ayudas de los distintos gobiernos. En cuanto a la fidelización de abonados, Virgin Active ha fiado su apuesta digital con el lanzamiento de Revolution en Italia, un sistema pensado para el hogar que emite contenidos para entrenar por streaming.
Hasta el 15 de noviembre, la compañía contaba con 10.612 usuarios que pagaban una suscripción para utilizar este sistema, y los datos certifican que este servicio lo contrataron sobre todo los clientes que anteriormente no habían estado abonados a Virgin Active. De hecho, el 77% de las ventas online eran de nuevos usuarios, por el 23% de los suscriptores que sí eran clientes. También tuvo una mayor penetración entre el público femenino y joven. Sin ir más lejos, el 78% de los usuarios eran mujeres, y el 46% de ellas tenían entre 25 y 34 años.
De la memoria de Brait se desprende que la compañía no ha atendido la demanda digital en todos sus mercados. No lo ha hecho ni en Sudáfrica, su principal territorio, ni en Reino Unido, el país europeo que ha cerrado los gimnasios durante más tiempo. “Estamos centrados en mejorar nuestra oferta y la experiencia del cliente, además de la oferta digital que lanzaremos pronto”, recoge el documento publicado a mediados de noviembre.
El fondo ha preferido no comunicar previsiones de negocio para el próximo año, “aunque reconoce que el segundo confinamiento decretado en Italia y Reino Unido afectará a la recuperación de la compañía y puede necesitar más apoyo de los accionistas”. Ayuda no le ha faltado en los últimos años, ni especialmente durante la pandemia, pues los socios inyectaron 25 millones de libras (27,4 millones de euros) el junio para dar oxígeno a la empresa.