Planet Fitness ha cerrado el peor año de su historia en términos de rentabilidad, con unas pérdidas de 14,9 millones de dólares (12,3 millones de euros). Sin embargo, Chris Rondeau, consejero delegado de la cadena estadounidense de gimnasios, afirma que “la compañía ha lidiado de manera exitosa con el temporal” provocado por la Covid-19. Y eso que la empresa redujo sus ventas un 41% y devolvió el negocio a niveles de 2016. El motivo del optimismo de Rondeau no es otro que la capacidad de la compañía para frenar la fuga de clientes. En el peor año que se recuerda para la industria de los gimnasios, Planet Fitness sólo perdió un 6,3% de clientes: 900.000 abonados menos, hasta 13,5 millones de inscritos.
“Nuestro mayor desafío no fueron las bajas; fue la falta de altas, tras frenar nuestro plan de marketing para captar clientes por primera vez en la historia”, aseguró el ejecutivo en el último encuentro con inversores en el que valoró el desempeño de Planet Fitness. La empresa frenó en seco su inversión en marketing entre marzo y septiembre, periodo en el que mantuvo cerrados la mayoría de sus centros. Ahora ya opera el 90% de la red, aunque mantiene inoperativos algunos clubes en California, Canadá y México.
¿Cómo se entiende que Planet Fitness sólo haya perdido un 6,3% de su clientela? En primer lugar, la compañía ha conseguido recuperar el 5% de los usuarios que se dieron de baja cuando estalló la pandemia. En segundo lugar, el 28% de las personas que se han inscrito tras la crisis de la Covid-19 son antiguos clientes que en su día se dieron de baja para cambiarse de gimnasio o simplemente dejar de entrenar con ellos.
En tercer lugar, la cadena ha decidido sacar partido al proceso de concentración que vive el fitness en Estados Unidos. “El sector ha cifrado en un 17% los cierres definitivos en Estados Unidos, y nosotros hemos registrado un 4% de altas que vienen de otros clubes que han cerrado; estamos empezando a recoger los beneficios de la consolidación del sector de los gimnasios”, asegura Rondeau. Sólo en enero, la cadena recuperó 300.000 clientes y cerró el mes con 13,8 millones.
Además, la empresa ha echado el resto por el digital. El pasado abril se alió con iFit para ofrecer fitness virtual y por streaming con el lanzamiento de PF+, una plataforma que ya usan el 40% de sus abonados y que ha registrado una tasa del 70% de uso entre quienes acaban de apuntarse. Se ha buscado ofrecer valor a los usuarios, y la cadena está cosechando buenos resultados.
De hecho, el 20% de los usuarios de la app pagan la suscripción sin estar dados de alta en Planet Fitness, y cerca del 60% de ellos han acudido a un club de manera presencial para entrenar tras haber probado la plataforma. Es un ejemplo de cómo las cadenas de gimnasios tradicionales buscan canalizar la fiebre del home fitness y transformarla en más negocio. De hecho, la aplicación de Planet Fitness está en el top-3 de descargas en el ranking de salud y fitness de Apple y Android en EEUU.
“No conducimos a la gente a la app para rivalizar con otras plataformas, sino porque lo que nosotros ofrecemos es actividad física, y ese es nuestro negocio tradicional”, apunta Rondeau, decidido a jugar un papel protagonista en el itinerario del cliente dentro y fuera del club. “Podemos empezar a brindar servicios a nuestros socios en los clubes y en sus hogares, acompañándolos en su recorrido de wellness; tenemos que cerrar ese círculo y ser su única ventana, en lugar de que otras cuatro aplicaciones diferentes lo hagan”, recalca.
Además, el target de Planet Fitness es el cliente que jamás se ha apuntado a un gimnasio, y cuya primera experiencia con estos es la cadena estadounidense. “El 40% de nuestros clientes responden a este perfil; estamos haciendo que la gente se levante del sofá con este tipo de contenido”, afirma.
La empresa también trabajó en su expansión a pesar de la pandemia y del cierre temporal de gimnasios entre marzo y septiembre. En concreto, puso en marcha 130 instalaciones, menos que en los seis años anteriores. Desde que debutó en Bolsa en 2015, la compañía ha superado las 195 aperturas año a año, lo que le ha permitido tejer una red de 2.124 instalaciones.
¿De cara al futuro? Más optimismo, en palabras de Rondeau. “En un año en que Ihrsa ha previsto que el 25% de los gimnasios estadounidenses cierren de manera definitiva, nosotros no hemos cerrado ningún club y ninguna de nuestras franquicias están en quiebra”, afirma. El directivo cree que eso les sitúa en una posición sólida de cara a ser uno de los operadores que lideren el crecimiento en los próximos años.
“A corto plazo todo es volátil, pero a largo queremos capitalizar el proceso de consolidación de la industria y las oportunidades que ofrezca el real estate; creemos que en los próximos años esto nos permitirá crecer en número de clientes y centros”, afirma. En su plan está doblar su tamaño hasta “4.000 instalaciones o posiblemente más”. De momento, su capitalización ya es superior a la que tenía antes de la pandemia, pasando de 68,48 dólares a 83,45 dólares por acción en un año. O lo que es lo mismo: 7.233 millones de dólares de valoración.