El grupo O2 Centro Wellness mira al futuro tras el varapalo que la Covid-19 ha provocado en el sector del fitness. La gestora de centros deportivos, que opera ocho instalaciones y cuatro de ellas son municipales, ha renovado cuatro contratos de alquiler para garantizar su actividad a medio y largo plazo. Todo ello, tras reducir ingresos un 41%, hasta 10,7 millones de euros en 2020 y sufrir unas pérdidas de 2,8 millones de euros en 2020, por las de 122.000 euros que registró el año anterior.
Más allá de lanzar una ofensiva online para seguir dando servicio a sus socios durante el confinamiento y los meses posteriores, la empresa ha trabajado para cuidar su tesorería y sentar las bases para la etapa postpandemia. Por un lado, ha firmado cerca de tres millones de euros en créditos avalados por el ICO, lo que ha provocado que su deuda bancaria a largo plazo se doblara hasta 5 millones de euros.
En cuanto a los próximos años, la compañía ha renovado los contratos de alquiler de sus cuatro centros propios de Madrid. El del O2 Centro Wellness Plenilunio, que finalizaba en 2021, ha sido ampliado hasta 2022 con una renovación automática hasta 2027. El del centro de Manuel Becerra, que finalizaba en 2026, se ha renovado hasta 2028 y, a partir de entonces, por cinco años más, hasta 2033.
El centro madrileño de Ramón de la Cruz se ha ampliado hasta 2024, mientras que el de Sexta Avenida lo ha hecho hasta junio de 2025, también con prórroga automática hasta 2030. En todos ellos ha recibido bonificaciones excepcionales al pago del alquiler por las limitaciones durante el estado de alarma.
Al margen, la compañía opera cuatro instalaciones en régimen de concesión administrativa en Huelva, Girona, Granada y Málaga. En la instalación de Girona contrato hasta 2023 (fue ampliado en 2018), mientras que en la Málaga estará hasta 2042. Eso sí, este contrato puede cancelarse en cualquier momento si la cadena o el propietario así lo desean.
Entre las acciones que ha realizado la compañía para fidelizar a su público está la renovación de toda su red de centros en los últimos años, el lanzamiento de una plataforma de fitness virtual propia y la habilitación de espacios de entrenamiento al aire libre. A los cerca de cinco millones de euros que destinó a modernizar sus centros antes de la pandemia, se suma ahora una dotación de 150.000 euros en zonas outdoor en cada club.
Junto al lanzamiento de la app con clases dirigidas, la inversión en 2020-2021 se acercará al millón de euros. En cuanto a la apuesta online, la compañía ha llevado a cabo su transformación digital sin firmar alianzas con terceros y desarrollando todo su contenido in-house.
O2 Centro Wellness realizó una serie de reestructuraciones accionariales en 2019, con la salida Artisant Partners, que controlaba un 7% de la empresa. La propiedad de la cadena en 2018 era de BCN Pater, creada en los orígenes de O2 Centro Wellness para controlar la mayoría accionarial. Esta empresa está compuesta por distintos accionistas que, a su vez, tenían participaciones a través de otras compañías. Después de que algunos socios decidieran desinvertir, quienes se mantuvieron como socios decidieron liquidar esta sociedad y traspasar las acciones a otras empresas.
Como parte de esta reestructuración, el empresario Carlos Vázquez amplió el control que tenía sobre la compañía a través de CVS Ingenieria, que pasó del 24,2% al 63% en 2019; mediante Clateco, que del 6% se elevó al 20%, y con la entrada de Costa del Tormes, también bajo su control, y que ahora ostenta un 17% de los títulos.
La reestructuración accionarial no alteró la propiedad de la cadena, que en 2019 amplió capital en 450.000 euros para equilibrar el balance. También se firmó un préstamo participativo por 5,5 millones de euros, y que han modificado los créditos participativos vigentes alargando el vencimiento del 2020 al 2021. Ya en 2020, el grupo de gimnasios ha concedido un préstamo por 700.000 euros a CVS Ingenieria, con vencimiento en abril de 2021.