En España, dos de cada diez personas que no hacen deporte lo rechazan por falta de interés y el 44% apunta a la falta de tiempo. Esos argumentos, en un país en el que el 40,4% de la población mayor de 15 años afirma no haber hecho nada de deporte en el último año, arroja un sinfín de oportunidades para la industria del fitness, mermada tras la pandemia y ahora en fase de recuperación del terreno perdido.
Los niveles de negocio previos a crisis sanitaria no se alcanzarán hasta finales de 2022 o primavera de 2023, según argumentan los directivos del sector, que se preparan para definir una oferta de presente y futuro para convencer a los 16,4 millones de personas que admiten tener un estilo de vida deporte cero, según la Encuesta de Hábitos Deportivos. Ahí, más allá del core user, es donde está la verdadera oportunidad de crecimiento, sostienen. Margen hay, incluso entre los que ya hacen deporte: del 59,6% que se ejercitó en 2020, sólo el 21% está apuntado a un gimnasio.
¿Cuáles son las motivaciones a las que deben aferrarse los gimnasios y qué barreras deben derribar? Hasta ahora, los centros deportivos han apoyado su estrategia de captación de clientes en la expectativa de que los socios se pusieran en forma, en que acudieran al club a relajarse, desconectar, socializar y divertirse. Todos estos son motivos a los que apuntan las personas que hacen deporte, pero del informe de 2020 se desprende que ejercitarse por motivos de salud ha ganado relevancia en la lista de argumentos.
Si bien siempre han estado vinculados a la salud, ahora los gimnasios están reforzando esta propuesta para ofrecer algo más que ejercicio físico. La apuesta puede ser ganadora, ya que la salud es el servicio que más espacio ocupa en la cesta de la compra de wellness, según un estudio de McKinsey elaborado en Estados Unidos, China, Alemania, Japón, Reino Unido y Brasil.
“La relación con el cliente cambiará para reforzar el componente de salud, pues eso es lo que somos, y no sólo ocio”, explicó en una entrevista a 2Playbook August Tarragó, presidente de la patronal catalana del fitness Afecaf y del grupo Sintagmia, uno de los principales operadores de Cataluña. Es una visión que desde hace años ya implanta GO fit, que desde hace años ha integrado el servicio de salud en su oferta. De hecho, en 2018 impulsó GO fit LAB, una unidad de investigación e innovación para emplear la ciencia a la hora de desarrollar itinerarios deportivos a sus clientes.
Tarragó admitía que la imagen de los gimnasios continúa estando más asociada a la estética que al bienestar físico y mental, y reconoce que probablemente los centros incorporarán servicios vinculados a la salud. “No creo que nuestro servicio online en el futuro se base en el entrenamiento, sino que será un pilar para mejorar el servicio que trasciende al deporte, como es la nutrición y la salud”, añade.
Algunas cadenas han sumado esta oferta a sus plataformas digitales, como es el caso de GO fit y DiR, cuyas plataformas virtuales ofrecen contenidos en diferido de meditación, mindfulness, fisioterapia, nutrición y entrenamiento. “Si algo se ha reforzado con la pandemia es la salud, y los gimnasios estamos en el centro”, apunta Rafael Cecilio, presidente de DreamFit.
Además, el 13,2% de las personas sedentarias asegura no hacer deporte por motivos de salud. Incorporar personal médico en los centros para prescribir actividad física adaptada a los abonados con problemas físicos puede ser una solución, al igual que sumar fuerzas con las administraciones para impulsar la receta deportiva. En Latinoamérica está el ejemplo de Bodytech, que desde hace años cuenta con un servicio de medicina deportiva.
La pandemia ha provocado descensos de más del 40% en la base de abonados de los gimnasios españoles en 2020, muchos de los cuales atraídos por la opción de entrenar en casa al aire libre. Se estima que el 10% de los consultados en la Encuesta de Hábitos deportivos ha dejado de acudir al gimnasio de manera presencial después del confinamiento y, mientras que el 7% admite haberlo dejado de manera temporal, el 2,2% manifiesta que se ha dado de baja de manera definitiva.
Recuperarlos exige ofrecer algo más que deporte, pero también salud. “Queremos identificarnos con la salud, pero también con el entretenimiento y la socialización”, reconoce el director general de una de las principales cadenas de gimnasios del país. El 19,8% de los españoles que no hacen deporte aluden a la falta de interés en practicarlo, un porcentaje que ha caído ligeramente desde 2015, pero que continúa siendo relevante.
De ahí que definir que las cadenas de gimnasios hayan reforzado sus divisiones de producto en los últimos años, con el fin de generar nuevas experiencias de entrenamiento para los distintos perfiles de clientes y así abarcar a quienes desean competir y a quienes huyen de esta opción, a los que optan por sesiones inmersivas y a quienes buscan lo contrario: desconectar.
Por otro lado, si la principal barrera de las personas sedentarias es la falta de tiempo, uno de los retos del sector es ofrecer opciones que se adapten a la conveniencia de cada usuario. Ya operan con amplios horarios de apertura, pero con sus plataformas digitales pueden hacerlo también 24/7 y atendiendo al público que entrena desde casa. Muchas cadenas han sofisticado su oferta online, que en el primer mes de la pandemia se basó en contenidos abiertos en las redes sociales y, con el paso de los meses, se ha transformado en la apuesta decidida por crear plataformas donde se ofrece entrenamiento, tips y vídeos de nutrición o corrección postural.
El home fitness se disparó en 2020 por el confinamiento y está por ver cómo evoluciona en la era posCovid. El 70% de los españoles que practicó deporte entre abril y mayo de 2020 lo hizo desde casa, y en el global del año, el 36,3% optó por esta opción aunque el país ya no estuviera confinado (16,8 puntos porcentuales más que cinco años atrás). Apostar por dar servicio online puede ayudar a captar nuevos públicos, pero también a recuperar el terreno perdido y, especialmente, a ese 2,2% que tras el confinamiento se dio de baja y no ha vuelto.