Metropolitan pierde 2,4 millones en 2021 pese a facturar un 13% más en el año postconfinamiento

La cadena de gimnasios del segmento premium facturó un 13,7% más interanual, hasta 43,2 millones de euros, pese a dejar de operar dos clubes en Murcia y Torrelavega (Cantabria). La previsión para 2022 era crecer un 32% y facturar 58 millones.

Metropolitan San Sebastián CrossMet

Metropolitan logró recuperar ventas en 2021, pero no pudo evitar que aumentaran sus pérdidas. La sociedad que gestiona 18 gimnasios en España perdió 2,3 millones de euros, un 79,5% más que en 2020, según las cuentas anuales analizadas por 2Playbook Intelligence, la unidad de inteligencia de mercado de 2Playbook. El uso obligatorio de la mascarilla y la limitación de aforos y horarios durante el desconfinamiento afectaron al resultado de la compañía en el segundo año de la crisis sanitaria.

Como resultado de la Covid-19, la empresa acumuló pérdidas de 3,7 millones de euros desde 2020, que contrastan con el beneficio de casi 15 millones de euros que generó entre 2015 y 2019. Aun así, se trata de una cifra muy inferior en comparación a las asumidas por otros grandes operadores, en los que los números rojos acumulados en este periodo se mueven muy por encima, con horquillas de entre 20 millones y 90 millones de euros pese a moverse en niveles de facturación similares.

La compañía logró mejorar sus ingresos un 13,7% interanual, hasta 43,2 millones de euros. Una cifra que situó la sociedad un 31% por debajo de los ingresos obtenidos en 2019, año en el que facturó una cifra récord de 62,6 millones de euros. Este importe no incluye el volumen de negocio generado por los cuatro centros que operaban con la marca Metropolitan en Madrid y Santander y que no forman de Metropolitan Spain, la sociedad que aglutinaba prácticamente todo el negocio de la cadena en España ante de la escisión de una parte de la red tras la disputa entre socios.

Teniendo en cuenta el negocio que movían estos cuatros clubes que en 2022 dejaron de operar con la marca Metropolitan, la empresa facturó 50 millones de euros en 2021, un 16% menos que en 2020. ¿El motivo? Ese año dejó de gestionar dos centros en Murcia y Torrelavega (Cantabria) que ya no eran considerados estratégicos. Mientras que el de Murcia se cerró, el de Cantabria se traspasó a SmartFit en septiembre de 2021. Ese mismo año, la cadena puso en marcha un gimnasio en San Sebastián de más de 20.000 metros cuadrados. Con sus 19 centros deportivos en propiedad, uno de ellos en Niza (Francia) la previsión era alcanzar los 58 millones de euros en 2022.

Además, Metropolitan Spain generó unos ingresos extraordinarios de 558.000 euros: 440.000 euros en forma de ayudas directas concedidas por diferentes gobiernos autonómicos para paliar los efectos de la pandemia; 113.000 euros como bonificaciones de la Seguridad Social y otros 31.000 euros del consorcio Zona Franca Vigo en ayudas al alquiler durante la pandemia.

El final de los Erte en 2021 y el hecho de mantener las condiciones salariales de toda la plantilla, propició que volviese a incrementar el gasto en trabajadores en 2021, que se elevó un 14,8%, hasta 21,6 millones. Este fue uno de los motivos que explican el aumento de las pérdidas, pero no el único. También creció el gasto en suministros, que se incrementó un 12,1%, hasta 18,4 millones de euros.

La deuda neta de la compañía se recortó un 56,4%, hasta 2,7 millones de euros, demostrando aquí también su buena salud financiera si se compara con el apalancamiento de otras cadenas que operan con alquileres a pie de calle. Ello, pese a que la empresa firmó dos préstamos bancarios, uno de ellos avalado por el ICO, por valor de 500.000 euros cada uno y vencimiento en 2025. De las cuentas también se desprende que la compañía capitalizó deuda por un millón de euros en su filial francesa, a la que prestó 2,8 millones de euros en 2019 para la puesta en marcha de su primer proyecto internacional con un club en Niza.

 

2022, un año de cambios en la dirección de Metropolitan

Javier y Sergio Pellón, todavía accionistas significativos y hasta 2022 presidente y director general de la empresa, abandonaron la dirección de Metropolitan tras la ruptura accionarial con la familia Castro, dueño de Hesperia y máximos accionistas de la cadena. La propiedad desaprobó la gestión de los hermanos Pellón tras dos décadas al frente de una cadena que hasta 2019 fue líder en términos de negocio en el fitness español.

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