La pandemia ha significado un punto de inflexión para la industria del bienestar. Pero la misma crisis sanitaria que frenó a la mayoría de negocios que forman parte de este ecosistema se ha convertido en un aliado para impulsar su transformación. Hoy, el optimismo es mayor que en 2019 entre las compañías de wellness, que ha ganado adeptos y ahora busca nuevas alianzas para incrementar su facturación anual. En 2013 movió 3,4 billones de dólares (3,1 billones de euros), cifra que rebasó con creces en 2022, cuando alcanzó los 5,6 billones de dólares (5,1 billones de euros). Ahora se prevé que crezca un 51% hasta 2027, a un ritmo del 8,6% interanual, hasta 8,45 billones de dólares (7,7 billones de euros), según Global Wellness Economy Monitor 2023.
El informe del Global Wellness Institute (GWI), que hace una década que empezó a medir y a cuantificar la industria del bienestar global con datos de 218 países, augura un gran potencial de desarrollo a mercados como el de la actividad física, que en 2022 facturó 976.000 millones de dólares (894.900 millones de euros) en todo el mundo y ya representa un 17,4% del total de la industria. Es decir, que prácticamente dos de cada diez euros invertidos en bienestar a escala global se destinan a productos, servicios, soluciones o equipamientos vinculados a la actividad física. Y se prevé que el sector acelere su marcha en los próximos años. Tras crecer un 5,1% en 2018 y un 5,4% en 2019, se estima que lo haga a un ritmo anual del 6,7% hasta 2027, cuando podría llegar a facturar 1,35 billones de dólares (1,24 billones de euros).
La industria del bienestar, sin embargo, va mucho más allá. Según GWI, comprende más de una decena de ámbitos que se retroalimentan y complementan: desde la comida saludable al turismo de wellness, pasando por los servicios de bienestar mental, los spas o los productos de cuidado personal. Un conglomerado de segmentos que representan el 5,6% del PIB mundial y que ambicionan elevar su peso hasta el 6,6% en 2027. El once de gala de la industria del bienestar lo encabezan los productos y servicios para el cuidado de la apariencia personal y la belleza, que abarcan el cuidado de todo el cuerpo. Sólo en 2022, se estima que esta agrupación facturó 1,1 billones de dólares (998.517 millones de euros) en todo el mundo, lo que representa un 19,4% del gasto total en bienestar. Se trata de un segmento que el año pasado movió 303.000 millones de dólares (276.000 millones de euros) sólo en Europa. Pese al retroceso del 13,3% experimentado en 2020, se recuperó un 8,5% en los dos años posteriores y se prevé que crezca a un 5,7% anual hasta 2027. Esta previsión de crecimiento, eso sí, es la tercera más comedida de los once sectores.
El segundo ámbito con un mayor volumen de ingresos es la alimentación saludable, nutrición y pérdida de peso, conceptos que sólo incluye aquellos productos, sean alimentos, vitaminas o suplementos dietéticos, con una certificación específica como agentes mejoradores de la salud y del control del peso. A diferencia de la anterior categoría, este grupo no sufrió un freno durante la pandemia, sino todo lo contrario. La crisis sanitaria elevó la conciencia global acerca de desarrollar una mejor alimentación entre la población, lo que favoreció que creciese incluso en 2020. Mueve más de 1 billón de dólares (989.348 millones de euros), el equivalente al 19,2% total, y se prevé que crezca un 6,8% anual en el próximo lustro.
Tras la actividad física, el tercer bloque que mueve un mayor negocio, aparece uno de los segmentos con mayor potencial de crecimiento: el turismo de bienestar, que genera unos 651.000 millones de dólares (596.910 millones de euros). Fue el sector más afectado por la pandemia debido a las restricciones a la movilidad, pero en 2022 ya se acercó al 90% de los ingresos de 2019 y apunta a crecer un 16,6% anual hasta 2027. Los viajes asociados a mejorar el bienestar personal son la principal motivación a la hora de hacer turismo, por delante de los laborales. Europa, con 300,6 millones de desplazamientos, fue la región que más viajes generó el año pasado, pero destinó un gasto medio por trayecto inferior al de Estados Unidos: 834 dólares (762 euros) frente a los 1.250 dólares (1.141 euros) del gigante norteamericano.
En quinta y sexta posición aparecen el gasto en servicios médicos y de salud pública que se centran en prevenir enfermedades o detectar factores de riesgo y los sistemas, servicios, prácticas y productos de medicina tradicional complementaria, que facturaron 611.000 millones de dólares (560.233 millones de euros) y 519.000 millones de dólares (475.877 millones de euros), respectivamente. Son dos ámbitos, eso sí, con desiguales perspectivas de crecimiento: un 1,6% en el caso de la primera categoría y un 8,2% en la segunda.
El sector al que GWI atribuye un mayor potencial de crecimiento es a las propiedades inmobiliarias residenciales, comerciales e institucionales que incorporan elementos de bienestar en su diseño. Es el único que se prevé que más que doble su volumen de negocio, pasando de 398.000 millones de dólares (364.931 millones de euros) a 887.000 millones de dólares (813.000 millones de euros) entre 2022 y 2027. Ya era uno de los sectores que mayor volumen estaba adquiriendo antes de la pandemia y no ha dejado de crecer en los últimos años. Sus perspectivas de futuro son las más optimistas dentro del conjunto de sectores, ya que se estima que incremente su negocio un 17,4% anual hasta 2027.
Otra categoría a la que se le intuye un desarrollo potencial por encima de la media es a los productos y servicios enfocados a cuidar el bienestar mental, para los que se augura un alza interanual del 12,8%. El estrés provocado por la pandemia aceleró la compra de productos y servicios para la adquisición de los productos, servicios y soluciones de este bloque, que en 2022 generó 181.000 millones de dólares (165.961 millones de euros).
Los tres segmentos con un menor volumen de negocio tampoco han recuperado aún la totalidad de los ingresos previos a la pandemia. En el caso de los spas y los manantiales o resorts de agua mineral y termal, sufrieron igual que el turismo de bienestar las restricciones a los desplazamientos. Ahora ambos sectores apuntan a recuperaciones del 8,3% y del 14,3%, respectivamente. En el caso del wellness corporativo, es decir, los espacios y servicios destinados al bienestar dentro de las empresas, apunta a un crecimiento menor, del 2,9%. Estos tres sectores generan un negocio total por debajo de los 100.000 millones de euros.
España, una de las principales potencias mundiales de la economía del bienestar
Pero, ¿y qué papel juega España dentro de la industria del bienestar? El país se ha posicionado en los últimos años como uno de los principales mercados globales de buena parte de estas categorías. Entre 2017 y 2020, de hecho, ya venía ocupando la posición número catorce a nivel de ingresos por estos conceptos, llegando a facturar 74.900 millones de dólares (68.424 millones de euros) en 2019. En 2020, esta cifra retrocedió un 16,4% interanual. Ese año, la industria del bienestar representó un 4,8% del PIB español.
Un 18,8% de estos ingresos los aportó el mercado de la actividad física -aquí se incluyen desde la participación en actividades de fitness, deportivas y de mindfulness, hasta ropa y calzado deportivo, tecnología vinculada al fitness y equipamiento deportivo-, que en 2022 superó los ingresos prepandemia y facturó 19.100 millones de dólares (17.400 millones de euros). España fue el décimo mercado mundial en esta categoría. El país no aparece en el Top-20 de los que más facturan por real state wellness en la actualidad, pero sí se está posicionando en este ámbito, ya que fue el octavo que registró más proyectos certificados por Well y Fitwell, los dos principales sistemas de valoración de sistemas de edificios de bienestar a nivel global, el año pasado.
Sí ocupa una posición destacada, en cambio, en lo que respecta al workplace wellness, los gastos de las empresas para mejorar la salud y bienestar de sus empleados. España ocupa la séptima posición, con una inversión de 1.290 millones de dólares (1.178 millones de euros), un 7,5% más que en 2019. En el caso del turismo de bienestar, aparece undécimo, con 11.400 millones de dólares (10.414 millones de euros), un 5,5% más que en 2019. Se estima que el país acogió 18,5 millones de viajes por este concepto, un 2,2% del total a nivel mundial.
España también aparece bien posicionada, en la octava posición, en el sector de los spa. Éstos generaron un volumen de facturación de 3.010 millones de dólares (2.749 millones de euros), un 8,7% menos que antes de la pandemia. Finalmente, es decimocuarto en otras dos categorías. La primera, bienestar mental, con 1.890 millones de dólares (1.720 millones de euros) en 2022, un 30,3% más que en 2019. La segunda, resorts y manantiales de agua termal y natural, con 670 millones de dólares (612 millones de euros), un 16% menos que en 2019.