Inacua deja atrás tres años de turbulencias por la pandemia, la crisis energética y la venta de su dueño a Portobello Capital. La cadena madrileña de gimnasios ha recuperado la totalidad de los socios que tenía antes de la pandemia, lo que le ha llevado a arrancar el año con 55.000 usuarios en los 12 centros de régimen concesional que gestiona. Ello, y el haber incorporado otros servicios de pago por uso que han elevado el ticket medio por cliente, le ha permitido superar los ingresos que generaba antes de la pandemia, cuando llegó a facturar 29 millones de euros.
La gestora, que empezó 2022 con un 79% de los socios que tenía en marzo de 2020, ha “reducido la tasa de rotación y mejorado los porcentajes de captación”, apunta Carlos Leal, gerente de Inacua, a 2Playbook. Además de la Covid-19, la crisis energética ha supuesto “un gran impacto” para una cadena que opera centros deportivos con varias piscinas. “A día de hoy tenemos los costes controlados y, aunque 2023 será duro en este sentido, auguramos un 2024 mejor con las tarifas energéticas que tenemos negociadas”, añade.
Los principales objetivos que se marca Inacua para este año son “seguir mejorando cifras” y “gestionar el incremento de usos que hemos notado para mejorar la experiencia de nuestros clientes”. La compañía, que prefiere no revelar la cifra de negocio con la que cerró el año pasado, facturó 23 millones de euros en 2020, un 20,6% menos que en el año anterior.
La cadena formó parte de la venta de la división de servicios e infraestructuras de Ferrovial en España, que pasó a manos del fondo Portobello Capital, dueño a su vez de otra cadena de gimnasios, Centros Supera. De esa transacción, valorada en unos 189 millones de euros a los que se pueden añadir otros 50 millones más por otros conceptos variables, nació Serveo, empresa controlada en un 75,01% por Portobello Capital y de la que Ferrovial mantiene un 24,99%. Pese al cambio de propietario, Inacua mantiene su estructura y su marca. Es decir, no ha supuesto la integración de estos centros en la estructura de la otra cadena de gimnasios que controla Portobello, la gallega Supera.
“No ha supuesto cambios más allá de implementar mejoras con el objetivo de optimizar nuestra gestión y de ser más eficientes”, apunta el principal responsable de la cadena. La cadena no tiene previsto desprenderse de ninguno de los centros que opera en el país, cambios que sí experimentaron otras compañías como Viding, que se desprendió de activos al cambiar de propietario.
La idea ahora es siguir adelante con sus planes de crecimiento, por lo que ya está estudiando propuestas con las que expandirse en el modelo concesional con el apoyo de Serveo, empresa dedicada a la prestación de servicios.
Los últimos proyectos con los que aumentó su estructura son previos al cambio de dueño. En 2020, la compañía invirtió 7 millones de euros para poner en marcha un complejo deportivo en Torrejón de Ardoz y se adjudicó la prestación de servicio en un club de L’Hospitalet de Llobregat. También remodeló el centro deportivo y social que Michelin operaba en Aranda del Duero (Burgos).