Cataluña se compromete a trabajar en un plan de rescate a los gimnasios de la región. La consejera de la Presidencia Meritxell Budó, junto al secretario general del Deporte, Gerard Figueras, ha afirmado que estudiará las líneas de ayudas que la patronal de los centros deportivos catalanes, Adecaf, ha pedido al Gobierno autonómico. En la hoja de ruta, la posibilidad de financiar el proyecto con fondos europeos.

Adecaf ha pedido al Gobierno autonómico ayudas directas para financiar las pérdidas de los gimnasios en 2020 y 2021. En concreto, ha solicitado 48 millones de euros para reducir el impacto de las pérdidas de 2020 y cuarenta millones adicionales para 2021. Por su parte, el Ejecutivo ha asegurado que abordará la creación de un proyecto para apoyar al sector del fitness, cuya actividad y negocio se ha visto afectado por el cierre de instalaciones entre marzo y junio y por la interrupción de su actividad en julio. “Hoy hemos abordado poner en marcha un plan de rescate que permita reactivar social y económicamente el sector del fitness a raíz de la afectación del Covid-19, así como obtener financiación necesaria para hacerlo posible”, ha explicado el Gobierno catalán a través de un comunicado.

El Ejecutivo catalán también se ha comprometido a pedir al Gobierno central los beneficios fiscales que reclama el sector del fitness, como la reducción del IVA, las desgravaciones fiscales en el Irpf y la moratoria en el pago de impuestos por el efecto de la pandemia.

El pasado junio, el sector deportivo catalán puso cifra al impacto económico por el Covid-19 a través de un informe elaborado por la Unión de Federaciones de Cataluña (Ufec) y el clúster catalán del deporte Indescat. Se prevé que la industria deportiva deje de de generar un valor añadido bruto (VAB) de 921 millones de euros por el parón de su actividad durante el estado de alarma y la previsión de la caída de la actividad durante el segundo semestre.

Las entidades deportivas con ánimo de lucro, como los gimnasios o las gestoras de eventos deportivos, esperan una reducción del valor económico en 618 millones de euros, que se suman a la pérdida de 303 millones del VAB en el deporte sin ánimo de lucro, formado por las federaciones y los clubes deportivos.