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De la fuerza al descanso: así es el entrenamiento que siguen las estrellas de LaLiga y la NBA

En una clara apuesta por optimizar la condición física y mejorar el rendimiento de sus deportistas, los clubes adaptan sus espacios para integrar equipamientos de fuerza y de recuperación, dos partes del entrenamiento que se complementan y retroalimentan.

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Optimizar el rendimiento físico es una de las metas compartidas por cualquier deportista que aspire a alcanzar el éxito en su modalidad. En un contexto en el que en la élite de cualquier disciplina ya cuida la preparación hasta el más mínimo detalle, todo elemento que aporte valor puede decantar la balanza y contribuir a acercar el éxito sobre la pista. En esta batalla por la preparación física, se persigue convertir en atletas a deportistas que, décadas atrás, podían mantenerse en el más alto nivel competitivo si compensaban su falta de preparación física con dosis de talento. Una auténtica quimera a día de hoy, si se tiene en cuenta que todas las estrellas de competiciones como LaLiga, la NBA o los Juegos Olímpicos siguen un meticuloso entrenamiento que les guía hacia el éxito. 

Pese a las diferencias, tanto físicas como técnicas, que separan las disciplinas en las que se desenvuelven, todos ellos tienen varios aspectos en común. El primero es que cada vez dan más importancia a la gestión del entrenamiento de fuerza, indispensable para construir una base a partir de la cual poder potenciar las diferentes capacidades atléticas. Cuidar esta parte de la preparación física es una necesidad de mercado que atienden compañías como Thomas Wellness Group, que desde 2016 dispone de una marca propia especializada en equipamiento para entrenamiento funcional, Evergy Fitness

“La fuerza es la cualidad física básica a partir de la cual se construye todo lo demás. Para hacer cardio, por ejemplo, es preciso trabajar la fuerza, porque ayuda al músculo a tener más resistencia y, por tanto, puede rendir más. Los futbolistas de la actualidad tienen un modelo físico que no tiene nada que ver con el que tenían hace 30 años. Incluso los maratonianos, que son corredores que se basan en la resistencia, trabajan la fuerza para prevenir lesiones y optimizar su rendimiento”, comenta Ángel Ballesteros, licenciado en educación física y key account manager en Thomas Wellness Group. 

 

 

Esta parte de la planificación física no es exclusiva del deporte de élite. La compañía española es proveedora de centros de alto rendimiento, pero también de gimnasios abiertos al público general. Muchos de estos, de hecho, han adaptado en los últimos años sus espacios para atender la demanda creciente de equipamiento de fuerza, especialmente entre los más jóvenes, un público cada vez más informado acerca de unos beneficios que, eso sí, no se limitan a los que hoy pertenecen a la Generación Z. 

Es básico que la cuiden los mayores, que necesitarán la fuerza para coger una bolsa de la compra o levantar a un niño”, precisa Ballesteros. Por todo ello, estos modelos de entrenamiento también están cogiendo fuerza en las clases dirigidas de los centros de fitness, donde tradicionalmente se ponía el foco en las capacidades aeróbicas. Una apuesta que explica, en buena medida, la proliferación de marcas especializadas en entrenamientos colectivos en grupos reducidos de modalidades como Hiit, que combinan la fuerza con el cardio de alta intensidad. 

Según el key account manager de Thomas Wellness Group, “no existe gran diferencia entre el equipamiento que tiene un profesional del deporte de élite con el que ofrecen la mayoría de gimnasios”. La principal distinción, precisa, radica en su uso: “El entrenador utiliza cada herramienta de forma diferente para cada persona, y de esta forma puede incidir más en la técnica, la periodización de los esfuerzos y los descansos”, añade. 

Este último aspecto no es baladí, pues una de las claves a la hora de diseñar la periodización del entrenamiento es la recuperación. Un proceso imprescindible sobre todo para aquellos deportistas que compiten en calendarios cargados de partidos, lo que les impide entrenar con normalidad durante algunos periodos. “Una buena recuperación permite incrementar la capacidad de trabajo en las siguientes sesiones, y con ello elevar los objetivos”, desarrolla Ballesteros. 

 

 

La búsqueda de un descanso más reparador y completo en un tiempo cada vez más comprimido es uno de los grandes retos que persiguen las organizaciones deportivas. En los Juegos Olímpicos de París 2024, por ejemplo, la selección española masculina de fútbol disputó seis partidos en 16 días. Es decir, que para llevarse la medalla de oro en el Parque de los Príncipes disputó un encuentro cada 2,6 días. La de balonmano, que se colgó el bronce, tuvo un calendario aún más comprimido: ocho partidos en quince días, un encuentro cada menos de dos días.  

“En competiciones tan concentradas apenas existe el entrenamiento, de forma que se le da más importancia a la recuperación, que pasa a ser vital para llegar al siguiente partido en las mejores condiciones posibles”, afirma el experto. Por todo ello, son cada vez más los esfuerzos y recursos que los equipos de élite destinan a la investigación en este campo. Un entrenamiento invisible que ya  forma parte de la preparación física de clubes como el Real Madrid o los Cleveland Cavaliers, que potencian la recuperación de sus deportistas con las camas de recuperación Zerobody Dry Float y Zerobody Cryo de Starpool. La primera permite al usuario flotar sin mojarse sobre el agua a 37 grados, mientras que la segunda replica el efecto de una bañera de agua con hielo. Ambos productos, distribuidos en España por Thomas Wellness Group, favorecen la reducción del estrés, la recuperación y la regeneración

Su uso está cada vez más extendido en el deporte de máximo nivel, pero también empieza a ganar usuarios en centros deportivos premium que quieren ofrecer servicios antiaging a sus clientes. La apuesta por el recovery, sin embargo, no termina ahí. Su importancia también está en auge en centros especializados en cross-training que empiezan a demandar rulos y pistolas de masaje, así como otros productos focalizados en la recuperación, que empieza a ganar peso en córners habilitados en algunos gimnasios. Una tendencia que empieza a cobrar fuerza y que, como ocurre con las pautas de alimentación, ha llegado para quedarse y complementar una cada vez más amplia oferta de servicios en los centros deportivos. 

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