Fitbit aminora sus números rojos. La compañía especializada en wearables deportivos ha reducido las pérdidas en 61 millones de dólares interanual, hasta 138,2 millones de dólares (118 millones de euros) durante los nueve primeros meses de 2020. Los resultados llegan en el tramo final de la venta a Google, que se ha dado hasta el 1 de febrero para cerrar la operación.
La facturación de Fitbit, sin embargo, ha caído un 12,8% entre enero y septiembre, hasta 813,3 millones de dólares (695,3 millones de euros). El grueso de su negocio se encuentra en Estados Unidos, que aporta el 57,7% de los ingresos. En el gigante norteamericano las ventas cayeron un 11,6%, hasta 461,7 millones de dólares (394,7 millones de euros).
En Europa la caída fue similar, de un 10%, hasta 231,7 millones de dólares (198 millones de euros). El mayor golpe se produjo en Asia-Pacífico, donde la facturación se contrajo un 28%, hasta 72,6 millones de dólares (61,2 millones de euros).
La compañía ha asegurado que su principal objetivo es “preservar nuestra liquidez y el flujo de caja para afrontar los desafíos financieros de la Covid-19 reduciendo nuestro gasto”. La operación con Google, según Fitbit, no peligra debido a que “según nuestras proyecciones, tenemos suficiente liquidez para cubrir la fuerza laboral y el resto de gastos”.
Ahora bien, en caso de que las ventas se sitúen por debajo de sus previsiones o de que la transacción se retrase, aún pendiente de la aprobación de la Unión Europea y otros organismos internacionales, Fitbit asegura que “seguramente tendremos que levantar fondos adicionales, algo que quizá no podamos lograr en condiciones favorables”.