DiR busca agilizar el camino para captar capital. La cadena catalana de gimnasios ha convocado a sus accionistas para recibir su visto bueno a la posibilidad de delegar en el consejo de administración la facultad de acordar ampliaciones de capital, según ha podido saber 2Playbook. Con este movimiento se busca acelerar el proceso de obtención de recursos, ya que, si se aprobara esta petición, ya no sería necesario consultar previamente a la junta general antes de poner en marcha una ampliación de capital.
Serían los administradores, con el fundador y presidente Ramón Canela al frente, los que acordarían de manera directa un aumento del capital mediante inyección de dinero en una o varias aportaciones. Ello, tras un año en el que el empresario llegó a decir que perdían cuatro millones de euros de facturación por cada mes con los clubes cerrados.
El importe máximo para la fórmula escogida por DiR viene limitado por la Ley de Aportaciones de capital, que establece que los aumentos no podrán ser superiores a la mitad del capital de la sociedad, que a cierre de 2019 era de 1,6 millones de euros. Estas operaciones podrán realizarse dentro del plazo de cinco años desde el momento en que la junta dé luz verde a la delegación de facultades.
DiR cerró 2019 unos ingresos totales de 49,7 millones de euros, un 5,7% más que en el año anterior, y un beneficio de 659.900 de euros. Sin embargo, la pandemia ha golpeado a todo el sector de los gimnasios, y DiR no ha sido una excepción. La empresa opera la inmensa mayoría de sus clubes en Cataluña, una región que desde el primer confinamiento ha sufrido cuatro cierres temporales de centros deportivos.
Se desconoce cuál ha sido el impacto de la Covid-19 en sus cuentas, aunque la mayoría cadenas que ya han publicado sus cuentas han revelado importantes pérdidas. Por todo ello, pidió un rescate al Gobierno español por 25 millones de euros tras recibir apoyo vía préstamo participativo de 2,6 millones de euros a cinco años a través de Avançsa, empresa pública controlada por la Generalitat de Catalunya.
La dirección de la cadena asegura a 2Playbook que no pedirá luz verde a sus socios con el fin de ampliar capital con el fin de capitalizar los créditos concedidos por Avançsa, por lo que podría responder al anhelo de flexibilidad que la familia Canela quiere tener para convocar una ampliación de capital con más agilidad, si lo necesita.
Además de recibir el apoyo de Gobierno catalán, la compañía ha convocado sus bonistas para refinanciar deuda. Con ellos, a cierre de 2019 tenía compromisos de pago por 11,4 millones de euros, de los cuales 4,4 millones eran a corto plazo.
La mayoría de las obligaciones las contrajo a partir de 2003, cuando empezó a ofrecer la posibilidad a sus clientes de adquirir bonos con el objetivo de contar con liquidez para acometer inversiones y, más allá de abrir nuevos centros, modernizar las instalaciones de una compañía fundada en 1979 que ha liderado el sector del fitness en Barcelona por facturación y número de centros.
En cuanto a la deuda bancaria, a cierre de 2019 ascendía a 9,8 millones, 2,1 millones de préstamos sindicado y el resto con entidades financieras como Bsch, Banco Popular (Banco Santander), Bankia y BBVA, entre otros. La mayoría de los vencimientos son en 2024.
Además, desde 2016 se ha apoyado en otra palanca de financiación, el crowdfunding, con el que captó 2,3 millones de euros para abrir cinco clubes BDiR, la marca de centros deportivos de menor tamaño y de proximidad que creó para crecer con instalaciones que requieren menos inversión y que se pueden franquiciar.
En la actualidad, el grupo de gimnasios opera 14 clubes BDiR, club de formato más pequeño y, en su mayoría, gestionados por franquiciados, un boutique de boxeo Jambox y veinte instalaciones de su marca original DiR, la mayoría de ellas propias y cuatro operados por terceros. Contado los 44 estudios YogaOne, la empresa cuenta con 79 instalaciones propias y franquiciadas.