DiR busca oxígeno financiero entre sus abonados. La cadena catalana de gimnasios ha convocado a sus accionistas y pequeños inversores para pedir la refinanciación de la primera emisión de bonos que hizo en 2011 a través de la sociedad Gran de Gracia. Según ha podido saber 2Playbook, la compañía pedirá a sus inversores aplazar el vencimiento de 2,5 millones de euros con los bonistas y revisar el tipo de interés de una deuda cuya fecha de pago vence el 30 de noviembre de 2020.
Esta emisión de bonos se realizó en 2011 con el objetivo de destinar 300.000 euros a las mejoras del centro DiR Seven y a poner en marcha un nuevo gimnasio, DiR 22@, con una inversión de 2,16 millones de euros, según notificó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv). En aquel momento, se emitieron 2.500 valores a valor nominal de 1.000 euros, que pudieron ser adquiridos por socios de los gimnasios y otros pequeños inversores.
Pese a que el saldo de la emisión de bonos de junio de 2011 alcanzó los 2,5 millones de euros que se pretendían captar, el DiR 22@ no llegó a construirse por un problema de licencias, agudizado por el contexto de crisis económica de entonces. El club iba a levantarse en una antigua nave de la empresa Tulers y Encajes, ubicada en la calle Perú, en el entonces emergente distrito tecnológico.
DiR propondrá a sus accionistas y bonistas la refinanciación de 2,5 millones de euros, una deuda que vence en noviembre de 2020
Más allá de esa operación, en aquel momento la empresa tenía que afrontar el pago de un crédito sindicado liderado por BBVA de 3,87 millones de euros pendientes de amortizar que vencía el 7 de junio.
Más allá de la deuda con entidades bancarias, DiR empezó a recurrir al mercado de bonos en 2003, cuando la compañía emitió obligaciones por dos millones de euros. En 2009 lanzó al mercado una emisión por un máximo de 1.500 obligaciones por 1,5 millones de euros con vencimiento en 2013. Desde entonces, la compañía ha ido refinanciando esta deuda con los bonistas, muchos de los cuales también son abonados de los clubes.
El objetivo de DiR era disponer de liquidez para acometer inversiones y, más allá de abrir nuevos centros, modernizar las instalaciones de una compañía fundada en 1979 que ha liderado el sector del fitness en Barcelona por facturación y número de centros.
De hecho, desde 2015 ha ido firmando aplazamiento de pago a bonistas cada año. Entonces amplió el periodo de pago de 2,5 millones de euros; en 2016 renovó el pasivo con los pequeños inversores por 1,5 millones de euros hasta marzo de 2019; ya en 2017 pospuso el pago de 2,5 millones de euros que debía a los bonistas, y en 2018 refinanció deuda con particulares por 3,5 millones de euros a tres años. Los inversores aceptaron la propuesta de diferir el pago, pues así podían continuar cobrando intereses.
DiR cerró 2019 con unas ventas de 50,3 millones de euros, lo que supuso un incremento del 7,4% de la facturación respecto al año anterior
Además, en los últimos años se ha apoyado en otra palanca de financiación: las rondas de crowdfunding con las que captó 2,3 millones de euros para abrir cinco clubes BDiR, una marca de gimnasios de menor tamaño y proximidad que creó en 2016 para crecer con instalaciones que requieren menos inversión.
La compañía cerró 2019 con una deuda financiera neta de 19 millones de euros, de los cuales los compromisos con la banca superan los 12 millones de euros. El resto corresponde al pasivo con bonistas y otras vías de financiación. La cadena reestructuró aproximadamente 17 millones de euros con once bancos en 2015, y en 2019 firmó un pool compuesto por al menos doce entidades financieras por alrededor de 12 millones de euros a pagar en dos años.
DiR cerró 2019 en beneficios y con unos ingresos de 50,3 millones de euros, lo que supuso un incremento del 7,4% de la facturación respecto al año anterior, y un resultado antes de impuestos que superó los 700.000 euros. La compañía opera con su marca original de centros de gran tamaño y con YogaOne, BDiR y Jambox, las tres cadenas de franquicias que ha lanzado en los últimos años. En la actualidad, la cadena opera 67 instalaciones deportivas en España, entre clubes propios y locales franquiciados.
DiR opera 67 centros deportivos en España, todos ellos en Cataluña a excepción de dos franquicias YogaOne que hay en Madrid
Un total de 16 complejos operan con la marca original, DiR, mientras que YogaOne cuenta con 38 estudios, por los 12 centros de BDiR, a los que se suma un club Jambox. En los últimos meses, la compañía ha optado por integrar gimnasios independientes bajo su marca DiR o BDiR, que se han incorporado a la red como franquicias. Las últimas incorporaciones han sido DiR Paradise Mataró, DiR Gimbe Manresa, BDiR Lleida, BDir Putxet y BDiR Sant Quirze, que se incorporó a la cadena a principios de septiembre.
La previsión de la empresa dirigida por Ramón Canela es dar entrada a otras cuatro instalaciones antes de que acabe el año. Se trata de DiR Metasports Polinyà, BDiR Parets y DiR Palau-Solità i Plegamans, todos ellos ubicados en el Vallès Occidental (Barcelona), y BDiR Figueres, que le permitirá ganar presencia en la provincia de Girona, donde opera una franquicia YogaOne. Todos estos complejos operarán como franquicias.
Además, la compañía ha creado la filial DiR Online, cuyo objeto social es la promoción y divulgación de la actividad física en todos sus ámbitos en un entorno digital. De este modo, la compañía apunta a seguir trabajando para ofrecer entrenamientos virtuales, un servicio que reforzó durante la cuarentena, cuando los gimnasios tuvieron que cerrar por el Covid-19.