DiR es una de las cadenas de gimnasios que ha protagonizado una ofensiva digital desde que la pandemia obligó al cierre temporal de instalaciones, y ahora quiere aprovechar la experiencia ganada en el terreno del fitness virtual para reforzar la oferta de clases dirigidas en el club. La cadena catalana de gimnasios ha instalado pantallas gigantes en las salas de dirigidas de todos sus centros con el fin de que empezar a ofrecer entrenamientos virtuales en los gimnasios.
Hasta ahora, la oferta de clases virtuales estaba pensada para que los clientes pudieran ejercitarse fuera de la instalación, ya fuera en su casa o al aire libre a través de un dispositivo móvil. Con la incorporación de pantallas gigantes en las salas de actividades dirigidas, los clientes que acudan al club también podrán realizar clases, pero en lugar de hacerlo con un técnico de manera presencial, podrán realizar sesiones virtuales.
Estos contenidos se emitirán en directo constantemente, cuando no se estén ofreciendo clases presenciales, y se grabarán desde los clubes Diagonal DiR, DiR Maragall y YogaOne Tuset. También podrán realizarse clases virtuales en diferido. De este modo, la compañía dará la posibilidad de entrenar siguiendo las instrucciones de los técnicos, aunque no estén presencialmente en la sala, cubriendo las horas valle en que no se programan clases presenciales porque la demanda es menor que en las horas pico.
En paralelo, la compañía ha ampliado el objeto social de la sociedad que creó durante el confinamiento de hace un año, DiR Online, con el fin de que abarque la importación y exportación de aparatos para instalaciones deportivas, así como la comercialización de sistemas informativos de gestión y control de accesos a las instalaciones. La empresa no ha realizado comentarios sobre el objetivo de estas filiales, al margen de dar servicio a sus propios centros.
Cuando se creó en marzo de 2020, el objeto social de esta sociedad era la promoción y divulgación de la actividad física, en todos sus ámbitos, en un entorno digital mediante la puesta en marcha de un gimnasio virtual. Este ha sido uno de los servicios que la cadena catalana ha incorporado en el último año, con el lanzamiento de una plataforma de pago (3,95 euros al mes) para realizar clases dirigidas en directo y bajo demanda fuera del club.
Se desconoce el volumen de ingresos de DiR en 2020, un año marcado por la pandemia y por el derivado cierre temporal de instalaciones deportivas por fuerza mayor. Su fundador y presidente, Ramón Canela, llegó a decir que la caída mensual de ingresos durante los cierres temporales se elevaba a cuatro millones de euros.
La empresa catalana se ha visto muy afectada por el freno a su actividad, lo que le ha llevado a pedir un rescate de 25 millones al fondo de la Sepi. A ello se le suma los 2,6 millones de euros que recibirá de la Generalitat de Catalunya a través de Avançsa mediante un préstamo participativo. Por el momento, ya ha recibido 1,5 millones de euros de este préstamo.
Al margen de los recursos aportados por Avançsa, DiR ha sido una de las empresas que han recibido subvenciones del paquete de ayudas directas de 80 millones de euros para el sector deportivo que la Generalitat ha anunciado desde que estalló la crisis. En la primera fase de ayudas por el cierre de noviembre, la compañía recibió más de 747.000 euros, como ya adelantó 2Playbook.
En paralelo, pidió refinanciar un millón de euros con sus bonistas, la mayoría socios de sus clubes, para evitar una devolución en masa este año. Previamente, ya refinanció 2,5 millones con este tipo de inversores.
En la actualidad el grupo catalán opera veinte instalaciones con su marca original, DiR, que se suman a 14 clubes BDiR, muchos de ellos franquiciados, un Jambox, y 43 clubes YogaOne, para un total de 78 instalaciones propias y franquiciadas.