El deporte británico vuelve a lanzar un SOS ante la amenaza de los costes energéticos. A través de una carta dirigida al primer ministro del Gobierno del Reino Unido, más de 200 entidades vinculadas a UK Active alertan que el 31% de los centros deportivos municipales de Inglaterra siguen en riesgo de tener que cerrar la totalidad o una parte de sus instalaciones a partir del 1 de abril.
A partir de esa fecha empezará la segunda fase del Energy Bill Relief Scheme (EBRS), plan de alivio para las empresas que consumen más energía, diseñado para compensar parte de la subida de los costes energéticos. El sector deportivo entró dentro de los ámbitos que pudieron acogerse al primer paquete de ayudas, para el que se destinaron más de 10.000 millones de libras (11.361 millones de euros).
Los centros deportivos, de momento, han quedado fuera del reparto del segundo rescate energético anunciado por el Ejecutivo británico, que aportará otros 5.500 millones de libras (6.248 millones de euros). Según UK Active, cerca de 350 instalaciones deportivas municipales de todo el país han sufrido restricciones de servicio en forma de cierres temporales o permanentes desde octubre de 2022. Los solicitantes reclaman volver a incluir a las piscinas dentro del rescate energético.
“La falta apoyo hacia el sector por parte del programa de descuento de las facturas energéticas será la gota que colmará el vaso para muchas instalaciones y servicios, especialmente las piscinas”, expone la carta enviada por UK Active. “Sin intervención nacional, las comunidades perderán servicios locales esenciales, incluidas cartas de natación para niños, servicios de salud mental, ofertas multideportivas, programas personalizados para personas mayores, comunidades étnicamente diversas, personas discapacitadas o programas de salud y rehabilitación de enfermedades”, indica.
