Claror levanta la persiana de su primer club propio. El grupo catalán ha abierto este jueves las puertas del 22 Fitness Club, un centro deportivo situado en Santa María de Palautordera (Barcelona). En el proceso, ha invertido 400.000 euros para transformar lo que era un antiguo gimnasio.
El undécimo club de la compañía cuenta con 1.200 metros cuadrados de superficie y abrirá todos los días. Entre su oferta, clases de body pump, body attack, funtional box, hift, hift acuático y spinning watts, zumba, yoga y pilates. También ofrecerá servicios de belleza y estética.
En el espacio, Claror ha habilitado una amplia sala de fitness, tres salas de actividades y una piscina de 18 metros de largo. Además, cuenta con una zona spa con una piscina con efectos lúdico-termales y una sauna. Los principales proveedores de fitness del club son Matrix y Thomas Wellness Group-Evergy.
Después de unos meses de negociaciones, Claror pactó el alquiler de las instalaciones, que explotará durante 15 años. La empresa toma el testigo en un club que tuvo que cerrar tras no poder hacer frente a las dificultades provocadas por la pandemia.
La gestión la llevará a cabo Llinarsport, una de las filiales de la empresa catalana, que opera diez centros deportivos de titularidad municipal a través de las entidades que conforman el Grupo Claror. Junto a Llinarsport, forman parte de la compañía la Fundación Claror y la Escuela Ginebró, que gestiona otros centros como l’Esportiu Llinars y los polideportivos municipales de Sant Joan Despí y Taradell, dos municipios de la provincia de Barcelona.
El director general del Grupo Claror, Gabriel Domingo, ha destacado que “la apertura de este club no significa que a partir de ahora Claror pretenda abrir clubs privados. Sencillamente, debe entenderse como una muy buena oportunidad de mercado, en una zona geográfica que ya conocemos, y que puede ayudar mucho a equilibrar la economía de Llinarsport, que ha resultado tan dañada por los efectos de la pandemia”.
Esta no es la primera experiencia de Claror gestionando un centro privado. El primer centro del grupo, el Esportiu Claror (Barcelona), nació en 1982 como club privado, y no fue hasta once años después, en 1993, cuando se convirtió en equipamiento público fruto de la ampliación que se hizo en el año postolímpico, recuerda la compañía en un comunicado.
La compañía preveía facturar más de 17 millones de euros en 2021, lejos de los 22 millones que llegó a facturar antes de la crisis sanitaria. Pese a ello, Claror culminó una inversión de 4,2 millones de euros en la remodelación del Centro Deportivo Municipal Can Caralleu, ubicado en la zona alta de Barcelona.