Chris Sharma: “La escalada está desbordando al ‘mainstream’, pero su crecimiento ha ido poco a poco”

Uno de los mayores exponentes de la escalada en el mundo protagoniza una nueva edición de Urban Sports Club Talks en el que identifica la escalada como un viaje personal y que permite a las personas reconciliarse con la naturaleza tras el confinamiento.

Chris Sharma para 2playbook

Chris Sharma es uno de los mayores y más conocidos exponentes de la escalada en el mundo. Tras estrenarse como deporte olímpico en Tokio 2020, esta disciplina ha alcanzado altos índices de interés en España, especialmente tras el oro logrado por Alberto Ginés. “No ha sido como una moda que de repente surge y en dos años se olvida; la evolución ha sido poco a poco, y ahora ha desbordado al mainstream”, asegura el escalador californiano y fundador de la cadena de centros de escalada Sharma Climing. 

De hecho, este mismo año Sharma ha esprintado para ganar presencia en España. A mediados de septiembre abrió el mayor rocódromo del país en Gavá (Barcelona), con 5.000 metros cuadrados y una de las pocas paredes de 15 metros que estará homologada para la práctica de la escalada deportiva. En él se han invertido 3,5 millones de euros tras abrir su segundo centro en Madrid meses atrás. Sobre la mesa también pende la ampliación de su buque insignia en Barcelona, que rozará los 2.300 metros cuadrados. 

 

Quince años en Cataluña, seis ya con el rocódromo en marcha y un año después de una pandemia muy dura en el que la práctica deportiva ha cambiado mucho. Mucha oferta híbrida, mucha flexibilidad. Supongo que ha cambiado mucho el perfil del consumidor o lo que os pide…

Ha sido un año complicado, pero después de todo lo que hemos vivido, la gente tiene muchas ganas de hacer cosas y ha reforzado la confianza en nuestro modelo. Tuvimos dudas de cómo iba a ser después de toda esa pandemia, pero a partir de aflojar las restricciones, la gente ha vuelto con muchísima motivación y yo creo que al final la gente necesita hacer actividades para sentirse sano. La pandemia ha hecho que la gente se da más cuenta aún de la necesidad de hacer deporte, y estoy seguro de que la escalada es un deporte muy saludable y la gente se han dado cuenta de eso también. 

Lo estamos viendo que hay una gran comunidad Barcelona, Madrid aproximadamente Gavà a todos ellos les estás pasando la pasión por la escalada, pero, ¿qué te llevó a ti a elegir la escalada? 

Llevo 28 años escalando, desde que tenía 12 años. Soy de Santa Cruz de California y crecí haciendo los deportes tradicionales de Estados Unidos, como el beisbol, fútbol. Por supuesto, en mi pueblo el surf, skate. Se me daban bastante mal todos esos deportes. Entré en un rocódromo con 12 años y eso revolucionó mi vida, mi forma de ver las cosas. La escalada es una actividad que, obviamente es un deporte que puede ser competitivo como ahora que es un deporte olímpico, pero también es un deporte muy individual, muy personal, y parte de eso tiene un lado de comunidad y un lado social muy guay. Todo eso hace que es un deporte muy único e increíble.

Ahora es uno de esos deportes de los que se habla mucho. Tú lo decías, ahora ya es deporte olímpico. ¿Cómo ha sido esa evolución de la escalada? ¿Qué crees que ha hecho que ahora sea algo incluso cool? 

Bueno, los que llevamos toda nuestra vida haciéndolo sabíamos que era algo muy cool de hace mucho tiempo. No es una cosa que de repente ya es guay, pero ha sido un crecimiento poco a poco. Yo empecé en uno de los primeros rocódromos en Estados Unidos y soy de primera generación de niños que empezaron en rocódromo. Normalmente la gente antes empezaba a través de un conocido que quizás era guía de montaña o algo así. La oportunidad de conocer la escalada fue mucho menor. 

Ahora hay muchos más rocódromos…

Poco a poco ha sido una cosa que se ha ido normalizando y ya es algo muy aceptado, muy conocido a través de rocódromos. Creo que casi todo el mundo lo ha probado o conoce a alguien que lo ha probado. Y si, es un crecimiento muy gradual y yo creo que eso da mucha confianza también en nuestro modelo de negocio. No ha sido como una moda que de repente surge y en dos años se olvida. Ha sido una cosa muy lenta. Poco a poco, que ya por fin está desbordando al mainstream, pero que ha sido un gran recorrido creciendo poco a poco. Eso es interesante.

El pasar de ese nicho al mainstream, ¿cómo ha cambiado las necesidades del consumidor? La persona que venía al rocódromo en el momento en que pasa a ser una cosa que está en la calle, ¿cómo cambia lo que tenéis que ofrecerle al consumidor?

Antiguamente los rocódromos eran lugares como agujeros en la pared o lugares oscuros, pequeños, sucios, hechos para los cuatro aficionados que, cuando no podían ir a la roca, entrenaban en esas salitas. Hoy en día, pues hay mucha gente de los caminos de la vida que escalan y que a través de los rocódromos hemos creado esos espacios bien iluminados, amplios, limpios. Intentamos crear un producto muy apetecible, muy comercial, de alto nivel de servicio al cliente. 

“La gente viene a escalar porque es casi como si fuera una meditación en una pared vertical; te libera mucho estrés”

¿Ha cambiado el perfil del consumidor?

Estamos abriendo el rango de clientes, que no es sólo ese perfil de escalador fanático, sino la persona que antes quizás jugaba fútbol, o quizás es un profesional, un arquitecto o un abogado que antes o después de trabajar viene a entrenar en el rocódromo. El perfil ha cambiado mucho, es más urbano y bueno, es muy interesante ver ese crecimiento en nuestro deporte. Yo creo que, para mí en particular y mucha gente que han venido antes, hemos dedicado toda nuestra vida a la escalada por nuestra pasión y ver ese reconocimiento ahora es una cosa muy bonita ver que la sociedad está dando cuenta de lo bonito que es eso. La escalada es una actividad súper saludable. Es de hecho más que un deporte, más que un ejercicio, un entrenamiento para mantener tu estado físico, es una forma de vivir. Es un gran enganche para la gente que te abre una ventana de una forma nueva de conectar con la naturaleza. Al final, la gran comunidad mundial que se desarrolla aquí en los rocódromos es algo único.

¿Cómo buscar el equilibrio entre ese público más profesional, ese practicante que ya lo hace al aire libre, con ese más iniciado que es su primera experiencia?

El reto es crear un espacio para todo el mundo. De gente que está iniciando la escalada a la gente más de expertos. Y obviamente yo, que represento un poco el lado más experto, quiero también tener instalaciones del más alto nivel que los mejores del mundo puede venir también a disfrutar y tener poder retarse aquí. Entonces, he dedicado mucho tiempo a los diseños de los muros, los ángulos, los espacios y lo que es la clave aquí son las vías, las rutas que se montan aquí, que cada semana, dos veces a la semana vienen un equipo. Tenemos un equipo de seis personas que viene a desmontar y montar rutas nuevas y eso es la fundación de nuestro espacio, que cada semana ir cambiando las vías y crear rutas para todos los niveles.

Uno de los cambios que hay introducido es la interacción de la tecnología, juegos de luces para mejorar esa experiencia del consumidor cuando viene aquí. ¿Hasta qué punto se puede aplicar la tecnología en un rocódromo o dónde pondrías todo el límite? 

Es cierto que tenemos varios partes de nuestra instalación que tienen unos muros que tienen sistemas de leds con unas apps. Hay un muro que tiene más de 40.000 rutas en un espacio de tres metros y medio. Eso da una interactividad muy interesante a nivel global. Pero, por otro lado, usamos mucho software para ir siguiendo las rutas, porque eso es el grueso de nuestro negocio, que son las rutas que están montando cada semana. Podemos hacer un seguimiento con un software y medir qué grados hay, cuánta rotación…Es clave que cada vez que alguien viene aquí haya algo nuevo para ir probando. No es sólo ir a un gimnasio y hacer pesas. Cada vez que vienes hay algo distinto, estás renovado constantemente. 

¿Cómo habéis intentado acompañar a vuestra comunidad durante el periodo del confinamiento?

Tener una instalación así en casa es un complicado, pero hay muchas formas de mantenerse en forma para la escalada, porque si lo dejas se nota mucho. Por ejemplo, los dedos. Hay muchos ejercicios para mantener la fuerza en los dedos y muchos ejercicios complementarios que a través de las redes hemos ido subiendo para motivada a la gente motivada.

Hemos pasado del nicho al mainstream, del agujero donde se escalaba a rocódromos como éste. Si tuviéramos que hablar, ya que se hace deporte olímpico de París 2024 o Los Ángeles 2028, ¿dónde ves a la escalada en ocho años?

Lo que hemos creado en Madrid, y ahora lo que estamos haciendo en Gavà, realmente son instalaciones de muy, muy alto nivel. Es difícil para mí imaginar cómo va a ser, pero creo que la escalada es un deporte que engancha mucho. Cómo cambia tu perspectiva de la vida, del mundo, que cuando la gente empieza se convierte en algo muy importante en sus vidas. Cómo se convierten en escaladores, cómo cambian su identidad. Este deporte cada vez va a ir llegando a más gente, más gente va a estar descubriendo lo increíble que es la escalada, e irá creciendo más y más y más. La escalada tiene un mensaje muy bonito para la gente y para el mundo. Estoy muy orgulloso de ir compartiendo eso con el público a través de nuestros centros y a través de los vídeos que vamos creando. 

Siempre hablamos del deporte como motor económico, como el elemento de transformación social, como una cuestión de valores y también de bienestar. Pero, ¿qué crees que la escalada puede aportar al mundo de la empresa? 

La escalada parte del mantener tu forma física. Es un deporte muy psicológico, te obliga a concentrarte mucho. Creo que gente viene aquí porque es casi como si fuera una meditación en una pared vertical. Te libera mucho estrés, no te centras en el momento presente. Y yo creo que es una forma de mantener tu mente sana. Sea para un negocio o lo que sea, es una actividad muy saludable que te mantiene una buena línea en tu vida. En forma general es una cosa que beneficia en todos los sentidos a quien lo practica.

 

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