Peloton continúa moviendo piezas para dar con la fórmula que le permita reducir los números rojos, mejorar su posición de tesorería y sus ventas. La compañía especializada en entrenamiento en el hogar ha anunciado que ampliará a todo Estados Unidos el proyecto piloto de alquiler de equipamiento. Ese anuncio coincide con la dimisión de John Foley, exconsejero delegado y hasta ahora presidente, y Hisao Kushi, cofundadores de la compañía.
Estas salidas llegan en un momento de reestructuración de la compañía, que está adelgazando su estructura a escala internacional. Tras anunciar a principios de año el despido de 2.800 empleados, recientemente ha comunicado que prescindirá de otros 760 trabajadores. Karen Boone tomará el testigo de Foley, que ya había dejado de ser consejero delegado en el momento más delicado de la historia de la compañía.
La salida de Foley es inminente, y el testigo lo toma Boone, que ha formado parte del comité de auditoría y había sido directora legal. También llegó a ser directora financiera y de administración. Por su parte, Hisao Kushi dimite como director legal y a partir del 3 de octubre le relevará Tammy Albarrán, procedente de Uber, donde ha sido consejera general adjunta.
Peloton está en un momento de cambio en su modelo, en el que busca que pesen más los ingresos por las suscripciones en su plataforma que la venta de equipamiento de fitness para entrenar en casa. De ahí que en los últimos meses haya contratado como consejero delegado a Barry McCarthy, ex director financiero de Netflix y Spotify, dos servicios basados en la suscripción. Asimismo, ha anunciado que dejará de producir su propio equipamiento y se apoyará en proveedores.
En esa estrategia también se enmarca el lanzamiento del servicio de alquiler de máquinas Peloton, un movimiento con el que busca llegar a un público más amplio ofreciéndole sus máquinas sin necesidad de comprarlas y a cambio de que estén suscritos a su plataforma de entrenamiento online.
La empresa de equipamiento de fitness ha cerrado su último ejercicio fiscal, que va de julio a junio, con unas pérdidas de 2.723 millones de dólares (2.735 millones de euros). Supone multiplicar casi por 16 sus números rojos en solo un año, y que estos representen el 76% de sus ingresos totales.
