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Del ‘boom’ pandémico al rescate y la reinvención: el turbulento viaje de Volava en el ‘home fitness’

La ‘start up’ española se reestructuró y cambió de manos dos veces para garantizar su continuidad. La compañía aplazó su mayor ronda de inversión y su internacionalización tras el ‘back to normal’ pospandemia y ahora busca atraer nuevas audiencias.

Volava home fitness

Se cumplen cinco años de la irrupción de uno de los mayores disruptores en la industria del fitness: un virus que provocó el boom del entrenamiento online en casa, pero también un efecto rebote tras la desescalada y vuelta a la vieja normalidad. Volava fue una de las marcas españolas de home fitness que más crecieron durante la pandemia, pero se vio obligada a redimensionarse tras el back to normal. Hoy aún sufre las consecuencias de no haber conseguido consolidar en el mercado un servicio que crease una masa crítica suficiente de usuarios que prefiriesen entrenar en casa que en el gimnasio o en la calle. Mad Dogg Athletics, primero, y Dux Gaming, después, rescataron una compañía que se había declarado en concurso de acreedores tras acumular unas pérdidas de 4,9 millones de euros entre 2019 y 2021, según las cuentas analizadas por Intelligence 2P.


Este reportaje forma parte de un especial de contenidos en el que 2Playbook analiza el desempeño de las principales marcas de entrenamiento en el hogar durante la pandemia y tras la vuelta a la normalidad poscovid. Peloton, Apple Fitness+The Beachbody Company y Zwift son cuatro de las plataformas que ya han sido analizadas.

 

La start up española que quería convertirse en la Peloton europea

Fundada en 2017, Volava irrumpió en el mercado del fitness doméstico con la visión de replicar el modelo de Peloton en España y Europa. Pese a la llegada del gigante norteamericano a Reino Unido y Alemania, la start up detectó un nicho de mercado en el equipamiento de entrenamiento en casa en español. El confinamiento se convirtió en el trampolín ideal para la marca fundada por Joel Balagué y Ana Roig, que levantó 4,5 millones en pocos años. Fondos como JME, Inveready, The Crowd Angel o Wayra apostaron por su bicicleta estática con una pantalla en la que se podía acceder a clases en directo y a la carta bajo suscripción. 

En pocos meses multiplicó por diez sus ventas, pasando de 200.000 euros a 1,7 millones de euros en 2020. Para crecer en España entró en el ecommerce de Movistar de la mano de Wayra, pero su ambición iba más allá. Primero se alió con la cadena Smartech para entrar en Londres a través de los grandes almacenes Selfridges. Después trazó otras alianzas con Decathlon y Amazon para expandirse por Alemania, Países Bajos, Polonia, Reino Unido e Italia. 

 

El freno del negocio tras el back to normal paraliza su expansión internacional

Uno de los retos de Volava era hacer sostenible sus operaciones, pues sus gastos de personal se más que doblaron entre 2020 y 2021, mientras que los de explotación aumentaron un 85%. Sólo en 2021 destinó 2,5 millones de euros a marketing, alquileres y en contratar  a los técnicos que protagonizaban las clases de fitness online desde los dos estudios de Volava en Barcelona. En verano de 2021 se posicionó para dar su mayor salto: esperaba captar 10 millones de euros en una nueva ronda con la que ambicionaba crecer tanto en producto como en mercados geográficos. 

Sin embargo, el freno de la demanda tras el fin de las restricciones le obligó a posponer esa operación, y, en consecuencia, también su expansión internacional. La compañía facturó 2,1 millones de euros en 2021, un 65% por debajo de los 6 millones de euros que presupuestó. Entre 2021 y 2022 tuvo que recurrir a dos préstamos de 3 millones de euros entre sus inversores para sostener la operativa. Intentó reducir su dependencia de la venta de equipamiento, una línea de negocio que generaba buena parte de su estructura de gastos. La clave para hacer escalable el negocio era elevar las ventas por suscripciones, algo que no consiguió hacer, pues poco a poco los usuarios volvían a ejercitarse en el gimnasio.

 

 

De las pérdidas de más de 4,9 millones al doble rescate

Una reacción que llegó tarde y que no se consolidó. Sólo entre 2019 y 2021, Volava acumuló unas pérdidas de más de 4,9 millones de euros. A la caída de sus ventas se sumó el incremento de la deuda bancaria, un escenario que, sin ampliación de capital, provocó que la empresa tuviese que prescindir del grueso de su plantilla y entrase en concurso de acreedores. En octubre de 2023, Mad Dogg Athletic rescató la compañía tras comprar su unidad productiva por 300.000 euros

El dueño de la marca Spinning aseguró la continuidad del servicio de la marca y de sus doce empleados tras aceptar hacerse cargo de la cancelación de la deuda pendiente con la Seguridad Social y con los trabajadores, el stock de la empresa, su software, un estudio en Barcelona y la gestión de los 1.500 usuarios de pago que mantenía. 

Con esta adquisición, Mad Dogg Athletic buscaba entrar en España con dos líneas de negocio. Por un lado, el canal de home fitness a través de Volava. Por el otro, potenciando Spinning, marca focalizada en gimnasios y hoteles de Estados Unidos, en el mercado europeo. Menos de un año después, en 2024, la empresa vendió el 51% de Volava a Dux Gaming

 

 

El futuro de Volava

La entrada en el nuevo grupo, propietario de un club de esports y de otro de fútbol semiprofesional, estaba pensada en ayudar a Volava a ganar visibilidad entre nuevas audiencias. “Dux buscaba un producto de fitness adaptado a su público joven, porque quieren potenciar la actividad física entre la gente joven a través de la gamificación y la interactividad. Ahora toca ver cómo puede adaptarse el producto de Volava a estas nuevas generaciones”, explicó hace unos meses Joel Balagué, fundador de Volava. 

“Vemos un potencial de crecimiento enorme si sumamos nuestra experiencia trabajando con influencers y en la creación de contenidos para gamificar la experiencia del entrenamiento en casa como nunca antes y hacerla accesible para nuevos creadores y consumidores”, añadió Xavier Robles, uno de los fundadores y propietario de Dux. La intención del nuevo accionista mayoritario es dar continuidad a la base tecnológica y de software de Volava, pero añadiendo elementos de gamificación en el entrenamiento para optimizar la experiencia del usuario. 

Dux prevé aplicar sus estrategias y experiencia en la creators economy, es decir, en la producción de contenidos, la gamificación y las colaboraciones con influencers, para desarrollar sinergias con Volava a través de dos vías: la mejora de la experiencia del usuario, para que se divierta y ampliar así los 1.000 suscriptores que tiene Volava. 

Todo ello, con el apoyo de Spinning como socio a nivel de hardware. El apoyo del grupo norteamericano propició que Volava anunciase su salto al canal B2B a finales de 2024. La compañía de entrenamiento para el hogar diversificará su negocio con el lanzamiento de una línea de bicicletas para el segmento profesional en 2025, con la idea de abrirse mercado entre los gimnasios, clubes deportivos y hoteles. A lo largo de este año Volava lanzará un sistema que combina tecnología avanzada, clases en directo y bajo demanda, y las bicicletas de Spinning. Las bicicletas conectadas ofrecerán métricas avanzadas, clases en directo y a la carta, y permitirá a los usuarios seguir su progreso. “Hace tiempo que dábamos vueltas a cómo facilitar que la experiencia de Volava pudiera vivirse en cualquier sitio. Además, algunos gimnasios no tienen acceso a instructores, o les es muy complicado”, comentó Balagué.


 


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