Basic-Fit pacta con la banca flexibilizar sus obligaciones financieras. La cadena holandesa de gimnasios de bajo coste ha acordado con sus acreedores financieros eximir y suavizar las condiciones de pago de préstamos por 550 millones de euros, lo que concede a la compañía mayor flexibilidad para hacer frente a su pasivo.
“Dado el contexto dinámico actual y la incertidumbre en relación con el desarrollo de la Covid-19, consideramos prudente asegurar un alivio preventivo temporal del acuerdo con acreedores”, ha explicado la compañía, tras completar “con éxito una modificación del convenio de pago” que han aprobado de manera unánime todos los acreedores. Este pool financiero está formado por ABN AMRO, Rabobank, ING, KBC y BNP Paribas.
En lo que va de año y pese a la pandemia, la compañía ha inaugurado 124 centros. Tiene 53 gimnasios en fase de construcción y un centenar de contratos firmados para abrir nuevos locales. Además, la empresa está negociando con propietarios inmobiliarios para abrir otros 220 centros más, al tiempo que está en busca de ubicaciones.
Basic-Fit ha reducido sus ingresos un 14% en los nueve primeros meses de 2020, hasta 318,2 millones de euros. El grupo no especifica a cuánto ascienden sus números rojos, que en el primer semestre fueron de 51,9 millones de euros. Las previsiones más optimistas de los analistas sitúan las pérdidas en 47,2 millones de euros en 2020, un importe que se eleva hasta 89,7 millones de euros en el escenario más pesimista.