Basic-Fit contiene parcialmente el golpe del Covid-19. La cadena holandesa de centros deportivos de bajo coste contrajo su facturación un 14% en los nueve primeros meses de 2020, hasta 318,2 millones de euros. El grupo no especifica a cuánto ascienden sus números rojos, que en el primer semestre fueron de 51,9 millones de euros.
Si bien su negocio aún cae a ritmo de doble dígito, la tendencia es menor a la registrada en los seis primeros meses del año, cuando su facturación se hundió un 24%. Además, Basic-Fit ha reiterado que tiene 170 millones de euros en caja de los que aún no han dispuesto y que garantizan una buena posición financiera para aguantar el Covid-19.
“Debido a la incertidumbre y a las medidas que puedan implantar los diferentes gobiernos europeos, hemos decidido posponer la construcción de algunos centros previstas para estos meses”, ha asegurado René Moos, consejero delegado de Basic-Fit. “Los que ya estaban en un avanzado estado en las obras no se paralizarán”, ha añadido el directivo.
La cadena espera cerrar el año con 913 clubes operativos, nueve más de los actuales y 159 gimnasios más que a cierre de 2019. La apertura de nuevos centros ha propiciado un aumento del 6% interanual en los abonados, que superan los 2,25 millones de socios hasta septiembre de 2020.
El ticket medio por persona, no obstante, ha menguado de 20,24 euros a 15,45 euros, una de las claves que explican la contracción en las ventas a pesar del incremento en número de socios. El objetivo era alcanzar los 2,3 millones de usuarios en el tercer trimestre del año, una cifra que no se ha logrado, según la cadena, debido a “la mala campaña de verano en Francia como consecuencia de las medidas anti-Covid”.