La pandemia ha acelerado la transformación de un sector, el del fitness, en permanente evolución. La rapidez con la que las tendencias de entrenamiento quedan obsoletas o relegadas a un segundo plano provoca que los centros deportivos apuesten por la formación interna continuada de los trabajadores. Este factor resulta clave para que los gimnasios puedan adaptarse con agilidad y brindar la experiencia deseada a un cliente cuyo comportamiento ha ido cambiando a lo largo del tiempo.
En un momento en el que el empleo deportivo registra récords con más de 244.000 afiliados a la Seguridad Social, resulta paradójico constatar que la demanda de profesionales no se satisface. Uno de los principales problemas que afecta al sector del fitness es la creciente dificultad en reclutar personas con las competencias adecuadas para cubrir los puestos de trabajo que se requieren. “Hace tiempo, y lo he corroborado con otros directores técnicos, que vemos carencias formativas en los jóvenes que vienen de ciclos formativos y, sobre todo, de grados superiores”, constata Xavi Marfil, director técnico del CEM Joan Miró.
La principal falta de conocimiento que detecta este centro en los profesionales no tiene que ver con sus aptitudes técnicas, sino con sus capacidades comerciales y relacionales. Es una necesidad que ESHI, la escuela de formación de profesionales que forma parte de Aefa Les Mills, quiere cubrir.
“Faltaría añadir alguna asignatura de atención al cliente, de cómo hablar y empatizar ante cada perfil usuario. Además de dominar la parte técnica es necesario tener conocimientos comerciales para vender una actividad, entrenamiento personal, fisioterapia o nutrición”, incide Marfil. El director de la instalación barcelonesa añade que “a veces les cuesta relacionarse con algunos perfiles concretos y los dejan de lado”, algo que “debería tratarse más en la parte formativa”.
Hacia esta carencia de determinadas soft skills también apunta Christian Sanz, responsable de producto de la división de fitness en Club Metropolitan: “Son habilidades que cuestan más de enseñar, por eso optamos por desarrollar una formación interna que incluye la comunicación con el socio”.
El nuevo perfil mayoritario de usuario en los gimnasios, más joven y digital, también presenta nuevos retos comunicativos a los profesionales de los centros: “Están conectados con su móvil, donde siguen las rutinas de sus influencers favoritos y no quieren que un entrenador se comunique con ellos para darles indicaciones”, aporta Toni Brocal, fundador del European Sport & Health Institute (ESHI). Esta escuela formativa nació en 2017 con el reto de cubrir algunas de las carencias formativas que habían detectado algunos centros deportivos en sus profesionales. Su objetivo es doble: por un lado, ayudar a acreditar las competencias de alumnos que buscan una formación actualizada y especializada, y por otro lado, dar una formación continuada a profesionales que ya se encuentran en el sector pero que buscan adaptarse a los constantes cambios de comportamiento del cliente.
“No solo es preciso poner al cliente en el centro, también al personal: la formación que le demos le dará herramientas para aportar valor al cliente, que sólo se quedará en un centro si percibe valor”, advierte Toni Brocal. El fundador de ESHI destaca que el peso de los profesionales trasciende, incluso, el de las instalaciones: “En muchos espacios existe una elevada dependencia del técnico, una persona que dinamiza el espacio y acerca el producto al cliente. En las salas de entrenamiento funcional, la experiencia que se da al cliente la da el técnico y el diseño del espacio, pero incluso en las salas más digitalizadas, el contacto entre la tecnología y la percepción del cliente es el técnico”.
“Las formaciones de Eshi nos sirven para apuntalar y especificar un poco más hacia una formación lo más práctica y efectiva posible para introducir al alumno en el mercado laboral”, confirma Sanz. “Notamos una gran diferencia cuando empezamos a trabajar con Eshi, porque las formaciones específicas y cercanas que dan a nuestros técnicos les da un valor muy grande. Se adaptan mucho a las necesidades de cada centro: tienen mucha formación tanto a nivel de fidelización como de entrenamientos técnicos, algo que da mucho valor al centro en un contexto en el que hay tanta competencia de nivel tanto en clases como en máquinas. Cuantos más recursos das a nivel de retención a los técnicos, mejor”, incide Marfil.
A la hora de buscar profesionales, Metropolitan prioriza contratar “perfiles con buena mentalidad y capacitación a nivel actitudinal a los que poder ir formando poco a poco, en detrimento de otros perfiles con una alta capacitación en actividades dirigidas”. Es decir, que prefieren aquellos profesionales que demuestren una actitud abierta a aprender distintos conocimientos por encima de aquellos perfiles que, a pesar de que lleven tiempo en el sector, limiten sus aptitudes en una especialidad en concreto. “A la hora de comunicarte con el cliente, la parte actitudinal te sitúa y posiciona ante el resto del equipo de cara a reafirmar tus posibilidades de prescribir entrenamiento personal: pasas de ser la persona que puede recoger la sala de fitness a ser el guía y referente de los socios en otras áreas del club”, añade Sanz.
El director técnico del CEM Joan Miró va más allá y pone el foco en la influencia que generan algunas redes sociales: “Los jóvenes vienen muy marcados por Instagram, Facebook o YouTube, que les crean una realidad muy distinta a la que se encontrarán en un centro deportivo: no son conscientes que deberán hacer sustituciones, actividades que no les apetecerán tanto y horarios de lunes a domingo”, apunta. Y, para tener un horario más agradable, es necesario ser camaleónico como profesional. “Para hacerse un horario a medida tienen que ser perfiles polivalentes que no sólo dominen un tipo de clase”, aclara.
La transversalidad y polivalencia son características cada vez más valoradas en un sector, el fitness, obligado a reinventarse constantemente. “Creo que la figura del especialista tiende a desaparecer, porque es una perspectiva muy nómada: profesionales que tienen que estar en distintos centros deportivos para desarrollar su actividad profesional, lo que supone un desgaste físico y profesional, además de una calidad baja a nivel de empleo y sueldo”, retoma Sanz. Según el responsable de producto de Metropolitan, es clave que los especialistas tengan un proyecto interno, dentro de cada centro, que les permita desarrollarse en otras áreas para poder tener un contrato a jornada completa en una empresa. “A diferencia de otros mercados como en la City de Londres, donde los especialistas sí que funcionan, en España los operadores tienden a englobar muchas disciplinas en sus centros”, amplía.
“A través de campus de formación online facilitamos que las personas que entran en una organización tengan claro qué hacer, y que las que ya estaban vean una continuidad en la formación dentro de la misma empresa”, añade Brocal. El directivo ha trabajado para no centrar el itinerario de formación en cuestiones técnicas, sino que también busca asesorar en otros ámbitos como el rediseño de los espacios o en el journey de los usuarios en los centros deportivos. Todo ello, según apunta, de vital importancia para que “exista una fidelización de verdad”.