Enero de 2018. El tenis femenino mundial goza de su mejor momento, y prueba de ello es la apuesta de Shenzhen para albergar la Copa de Maestras o WTA Finals desde 2019 y hasta 2028. El circuito femenino profesional anuncia un acuerdo histórico que dobla hasta 14 millones de dólares el prize money del evento. La bolsa de premios superaría incluso a la de la Copa de Maestros masculina. Sin embargo, la pandemia sólo permitió la celebración de un único torneo en suelo chino en 2019 y no se espera un pronto regreso.
La cancelación en 2020 y la decisión de la WTA de no volver a jugar en China hasta que se resuelva el caso de la tenista Shuai Peng ha provocado que la Copa de Maestras vuelva a cambiar de territorio. Estados Unidos ha sido el país elegido, y, pese a ser otro de los grandes mercados para la industria del deporte, por el camino se han quedado 9 millones de dólares en premios.
La cita, que reúne a las ocho mejores tenistas del último año, vuelve a suelo estadounidense 17 años después, y lo hace con un prize money de apenas 5 millones de dólares. Es un importe idéntico al del año pasado, cuando Guadalajara (México) tomó el testigo de Shenzhen, que rechazó albergar el torneo por la Covid-19. Allí se coronó Garbiñe Muguruza y semanas después la WTA suspendió todos sus torneos en suelo chino.
“La WTA continúa trabajando en una solución en China, pero no vamos a comprometer nuestros principios para hacerlo”, explicó entonces Steve Simon, presidente del circuito femenino. Su firme situación busca ejercer presión para que se esclarezca la situación de la extenista que denunció abusos sexuales por parte de un dirigente chino, y a su vez obliga a la WTA a buscar nuevos mercados donde el torneo, colofón de la temporada femenina, goce de la visibilidad y el impacto que permitan compensar lo que China deja de aportar económicamente.
Y es que hay que remontarse a 2011, once temporadas atrás, para encontrar una bolsa de premios inferior en el torneo. La actual está incluso por debajo de lo que pagaba Singapur, sede de la cita entre 2014 y 2018, que repartía 7 millones de dólares entre las mejores raquetas de la temporada.
El escenario de la cita será el Dickies Arena de Texas, un recinto con capacidad para 14.000 personas y para el que aún quedan entradas, cuyos precios oscilan entre 30 dólares y 500 dólares para el día de la final, si bien el abono para todo el torneo oscila entre 400 dólares y 2.800 dólares.
Al margen están los ingresos audiovisuales y de patrocinio. En España la cita podrá seguirse en abierto y a través de la televisión de pago, pues Rtve tiene los derechos de la Copa de Maestras y de todos los WTA a partir de la categoría de 250. Es el mismo pack que también explota Dazn, que además también emite algunos torneos WTA de menor rango a través del canal de Eurosport.
Las WTA Finals repartirán 5 millones de dólares en premios económicos entre las tenistas
Entre los espónsors destacan Hologic como patrocinador principal, además de Porsche, SAP, Whoop y Modern Health, como socios globales. Se estima que el circuito movía 109 millones de dólares en 2019, antes de la pandemia, aunque no hay cifras de cuánto generaban las series finales, que antes de la pandemia veían a Shenzhen como la gran aliada para crecer en el mayor mercado del mundo por volumen de población.
Aunque la decisión del circuito de dejar el gigante asiático no ha suscitado críticas, sí arrojan un futuro incierto en el circuito, pues el acuerdo con Shenzhen ofrecía estabilidad en un país que planeaba albergar anualmente 12 torneos WTA con el fin de convertirse en el principal mercado mundial del tenis femenino.
Con todo, la WTA y la ATP han iniciado un periodo de integración para sumar fuerzas y crear un ecosistema del tenis mundial más fuerte y resiliente. Por el momento se ha creado una app conjunta para compartir la base de fans en el entorno digital, se ha alcanzado un acuerdo con Netflix para producir una serie documental y se ha creado un departamento comercial en común.
El siguiente paso es la venta conjunta de derechos de marketing y, quién sabe, un torneo en el que coincidan las finales de la ATP y las WTA o en el que se exploten de manera conjunta sus activos. Por el momento, lo que sí está sobre la mesa es lanzar un torneo mixto por selecciones que sustituya la ATP Cup.