Wimbledon no sólo es un Grand Slam. También es la respuesta más habitual que dan los tenistas jóvenes con potencial a llegar lo más alto cuando se les pregunta qué gran torneo les gustaría ganar. Es, también, el grande que más dinero reparte entre los vencedores del cuadro masculino y femenino, con 2,4 millones de libras (2,7 millones de euros) para este año, récord histórico. Es, también, el torneo más tradicional del calendario, con 146 años de historia. Hoy arranca el icónico torneo en el All England Lawn Tennis and Croquet Club (AELTC), con un Carlos Alcaraz que por primera vez llega a Londres como el número 1 del mundo.
La novedad de esta edición es la vuelta a la hierba del emblemático club de tenistas rusos y bielorrusos, excluidos durante la última edición por la invasión de ucrania. Daniil Medvedev y Victoria Azarenka, entre otros, podrá volver a competir en el verde inglés como atletas neutrales, sin lucir simbología alguna de sus países. Ello se traducirá en que este año el ganador y la vencedora sí sumarán los 2.000 puntos del ranking que otorga la victoria.
Aunque por prize money el US Open continúa siendo el major que más dinero reparte en premios, es en Londres donde los ganadores más facturan. En total, este año repartirá 44,7 millones de libras (51,8 millones de euros). Es una mejoría que va en sintonía con la hoja de ruta del club, que el año que viene iniciará las obras para ampliar el complejo.
Se construirá un nuevo estadio con capacidad para 8.000 personas y techo retráctil y habilitará 39 pistas de tenis más. La inversión, que se prevé de 100 millones de libras (115 millones de euros), permitirá que el torneo reciba más aficionados a partir de 2030.
Slazenger empezó a patrocinar Wimbledon en 1902 y es el espónsor más longevo de la historia del deporte
A eso se suma la audiencia internacional, que a través de la televisión y los dispositivos digitales se eleva a 1.200 millones de personas al año. El impacto económico es elevado, pues la cita deja 327 millones de libras (414,6 millones de euros) en el país, según recoge el AELTC en el documento de presentación de proyecto urbanístico. Por ponerlo en perspectiva, el Open de Australia, aportó algo más de 230 millones a la economía australiana antes de la pandemia.
Pero, ¿cuánto negocio mueve el torneo? Es el principal generador de ingresos del club londinense, que el año pasado ganó 27 millones de libras (31,3 millones de euros) y facturó 350,1 millones de libras (405 millones de euros). Las ventas se elevaron un 20,6% durante el año pasado.
Parte fundamental del negocio, y el motivo que explica por qué Wimbledon es el segundo torneo que más dinero reparte entre los participantes, es el patrocinio y la fidelidad de las marcas. Destacan Slazenger como pelota oficial desde hace más de cien años (1902) o IBM, que suma más de tres décadas como parte de la cartera de patrocinadores. También están la marca de champán Lanson, Ralph Lauren, HSBC, Evian, Lavazza, Pimm's, American Express, Oppo y la ginebra Sipsmiths. Vodafone y Babolant firmaron el año pasado, y el torneo sólo ha perdido a Stella Artois.
También destacan los acuerdos audiovisuales del torneo, que en España puede seguirse por Movistar+. Y, pese a ser un evento más que centenario, no ha querido quedarse atrás en cuanto a activación digital. Si el año pasado se lanzó al metaverso con Roblox y recibió 12 millones de visitas (el 80% de ellas de menores de 24 años), este año se ha aliado con Fortnite para crear experiencias digitales entre sus aficionados.