Wanda Sports podrá salvar 2020 gracias a la venta de Ironman. El hólding deportivo cerró los primeros nueve meses del año con un beneficio neto de 6,7 millones de euros. Eso sí, son números extraordinarios, pues, de haberse incluido la actividad de la gestora de pruebas deportivas, los números rojos entre enero y septiembre habrían ascendido a 52,8 millones de euros.
Es el duro golpe fruto de la cancelación masiva de eventos y los reembolsos que están asumiendo las propiedades deportivas con sus patrocinadores ante la imposibilidad de realizar activaciones. Los ingresos de la compañía propietaria de Infront cayeron un 45% interanual, hasta 556,6 millones de euros, incluidos 30 millones en devoluciones que se compensaron con una reducción de costes en similar cuantía, pues ellos actúan como intermediarios.
El golpe más importante se lo llevó la división de pruebas de participación masiva, con una caída del 90% interanual, hasta 46,6 millones de euros. En el último trimestre pasó de 45 pruebas en 2019 a sólo tres entre julio y septiembre de 2020, y de 342.000 a 4.000 participantes de pago.
El área de espectáculos deportivos facturó un 44% menos, hasta 438 millones de euros, que en este caso atribuye al hecho de que en 2019 se disputaron el Mundial de baloncesto y el Europeo de voleibol, así como la cancelación de algunas competiciones este año. La caída habría sido mayor de no haber logrado nuevos contratos con las federaciones de fútbol de Italia y Alemania.
Por último, el departamento digital ingresó 102,3 millones de euros, un 47% menos que entre enero y septiembre de 2019. Aquí, el golpe se atribuye al efecto de que un año antes se disputó el Mundial de fútbol femenino.
Hengming Yang, director general de Wanda Sports, ha defendido el futuro a corto plazo del grupo, después de lograr “prórrogas contractuales a largo plazo y nuevas ganancias comerciales” que “demuestran la plena confianza de nuestros socios en nuestra visión estratégica y creación de valor, especialmente en el entorno desafiante actual”.
La compañía continúa estudiando su exclusión de Bolsa, si bien a finales de octubre admitió que no estaba 100% seguro que la operación fuera a completarse con éxito. Si se mantienen las condiciones presentadas inicialmente, la idea del grupo chino es desembolsar 59,5 millones de dólares (50,8 millones de euros), frente a los 190 millones de dólares (162,3 millones de euros) que obtuvo en julio de 2019 con su salto al Nasdaq.