En medio de la pugna de las nuevas potencias orientales por hacerse con todos los grandes eventos deportivos, en Estados Unidos ha aparecido un nuevo rival: Las Vegas. La denominada como ciudad del pecado ha apostado por dar un importante giro a su estrategia, centrando el tiro en los eventos deportivos como motor turístico. Tras una potente inversión en nuevos estadios y pabellones empezaron a llegar las primeras franquicias, como Riders, Aces, A’s o Golden Knights. Tras la pandemia, ha acelerado en su objetivo de ser no solo la meca del juego, sino del deporte, a través de la captación de grandes eventos de las principales competiciones, como la NBA, NFL, Fórmula 1 o UFC, entre otros.
Durante mucho tiempo, las organizaciones deportivas habían evitado Las Vegas debido a su asociación con el juego. La ciudad siempre ha contado con algunos equipos de béisbol o hockey de ligas menores, pero su principal atractivo en deporte se centraba en el boxeo. En Las Vegas se han celebrado algunos de los combates más sonados de la historia, pero el temor al amaño de partidos a través de las apuestas era una preocupación importante para ligas y franquicias. Sin embargo, en los últimos años, cada vez más ligas, equipos y organizaciones han acampado en el desierto de Nevada, atraídos por una de las ciudades de más rápido crecimiento de Norteamérica.
La transición se inició con la llegada de Las Vegas Golden Knights de la NHL. El equipo fue fundado en 2017 tras una inversión de 500 millones de dólares y se convirtió en la primera franquicia de las cuatro grandes ligas profesionales norteamericanas en establecerse en la ciudad. A la postre, hizo un efecto llamada sobre otros propietarios de las grandes ligas, que vieron una importante oportunidad de abrir un nuevo mercado sin apenas competencia aún.
En el mismo 2017 llegaron Las Vegas Aces de la WNBA, después de que el dueño de los Raiders de la NFL, Mark Davis, comprara el equipo y lo trasladará desde San Antonio, donde habían jugado desde 2003. Tras tres años de ensayos con la franquicia de la WNBA, Davis también trasladó a los Raiders en 2020. Fue el golpe de efecto que esperaban en Las Vegas, ya que si la NFL desembarcaba en la ciudad, era sinónimo de su capacidad como generador de negocio. Solo la pandemia frenó su estrategia, aunque en 2023 hubo otro equipo que aprobó su mudanza: los Oakland A’s de la MLB, que se trasladarán a Las Vegas a partir de 2025.
Una de las razones que explican estos traslados está en la inversión de la ciudad en recintos deportivos. La más importante fue la del T-Mobile Arena en 2016, pabellón donde se disputan los partidos de los Golden Knights de la NHL y donde se celebran la mayoría de veladas de UFC y de boxeo. Seguidamente, en 2020 fue inaugurado el Allegiant Stadium, el nuevo estadio de los Raiders de la NFL donde se disputará la Super Bowl el próximo 11 de febrero, que espera generar un impacto económico de 700 millones de dólares.
La NFL, como en su día fueron los Golden Knights, ha hecho el mismo efecto llamada. Adjudicar la Super Bowl ha sido la culminación a una estrategia de más de una década que aún sigue vigente con más inversiones en recintos y eventos deportivos. En 2023 también aterrizaron tres nuevas competiciones que hasta ahora nunca habían llegado a Las Vegas: un Gran Premio de la Fórmula 1 (el tercero que se disputa en Estados Unidos), el March Madness de la NCAA y el nuevo in-season tournament de la NBA. La final four del nuevo torneo se ha disputado en la joya de la corona de sus recintos, Sphere, mientras que los promotores del gran premio han logrado un contrato a 10 años y han optado por un trazado urbano, una fórmula de moda en la F1 y que ahora trata de replicar Madrid.
También la MLS ha mostrado interés por tener una franquicia de expansión en Las Vegas. A diferencia de otras ligas, la de fútbol ha sido la dueña de las franquicias hasta encontrar inversores. Se añade que la ciudad está en la puja por ser una de las sedes del Mundial 2026, un factor que podría aprovechar para traer un deporte al alza en Estados Unidos. Solo 13 estados tienen equipos en las cuatro grandes ligas y son menos aún los que también suman otro en la MLS.
La realidad es que Las Vegas ya era la capital para un deporte: el boxeo y derivadas de artes marciales como la UFC. Esto es en gran parte debido a que sus eventos están muy relacionados con el espectáculo y las apuestas, una fórmula que encajaba a la perfección con el concepto de entretenimiento de la ciudad de los casinos.
El nuevo recinto esférico 'The Sphere' se postula como la nueva meca de entretenimineto en Las Vegas
El gran cambio en Las Vegas se produjo, en parte, como consecuencia y en respuesta a uno de los grandes cambios que cambió el mercado estadounidense: la legalización del juego y las apuestas deportivas. El Gobierno la aprobó en 2018, permitiendo que fuera cada estado el que decidiera si legalizar y regular su actividad en su territorio o no. Las Vegas perdía un monopolio que tenía desde 1951, ya que la mitad de los estados ya ha legalizado el juego en el último lustro.
Steve Hill, presidente de la Autoridad de Visitantes y Convenciones de Las Vegas, señaló en referencia a la nueva estrategia deportiva de la ciudad que “es una nueva razón para venir aquí”. “El éxito del Allegiant Stadium ha demostrado que aún queda mucho por hacer y por llegar. El deporte cada vez valora más el entretenimiento y eso hará que la marca de Las Vegas sea aún más importante en el futuro”.
Esa necesidad de reposicionamiento tras perder el monopolio del juego ha llevado a Las Vegas a pasar de capital del pecado a meca del entretenimiento. Y el deporte es una de sus grandes bazas dentro de esa fórmula. Por otro lado, la normalización del juego y las apuestas, así como la ya contrastada presencia de franquicias y celebración de grandes eventos, ha terminado de romper el estigma de la ciudad. Los datos económicos y de crecimiento de la propia ciudad también lo avalan en términos de potencial de mercado y de generación de ingresos.
En los últimos años, Las Vegas se ha convertido en una de las metrópolis de más rápido crecimiento del país. En el año 2000, el área metropolitana tenía una población de 1,37 millones de habitantes; en 2021, la población había aumentado a 2,3 millones, un 66,6% más. A ello hay que añadir la población itinerante en forma de turismo. La ciudad del sur de Nevada es un destino popular para turistas y reuniones de negocios, albergando a más de 40 millones de personas al año. Además, tiene otro factor a favor, ya que cuenta con más de la mitad de los 20 hoteles más grandes de todo el mundo. Además, ocupa el puesto número 40 en el ranking de mercados televisivos más importantes de Estados Unidos.
Y todo ello mientras da a luz a más grandes proyectos, como el mencionado Sphere. El nuevo recinto, que destaca por su forma esférica y su apuesta tecnológica para proyectar imágenes con sus paneles LED, ha tenido un coste de 2.300 millones de dólares. Tiene una capacidad para 18.600 personas y es la nueva meca del entretenimiento. Por sus puertas ya han pasado la NBA, grandes conciertos de U2 e incluso documentales. Una apuesta experiencial que va más allá del propio evento que albergue y que Dana White, presidente de la UFC, describió como “otro nivel”. “Yo no dirijo The Sphere, y no es mi empresa, pero es tan buena que, al menos durante el primer año, no deberían hacer otra cosa que experiencias increíbles”.