Salario mínimo universal para todos los jugadores de la Liga Endesa. El Ministerio de Trabajo intervino meses atrás y obligó a la ACB y la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) a modificar el convenio colectivo que las partes acordaron en 2019, y que explica un retraso de casi dos años en su publicación oficial. “No se ajustaba a Derecho”, reconocen fuentes próximas a la negociación, sobre una circunstancia que ha hecho que el nuevo salario mínimo general ascienda a 28.000 euros brutos anuales.
Este importe pone fin a la gradualidad que habían acordado clubes y jugadores, por la que la retribución mínima a percibir acababa dependiendo de la edad: 20.501 euros hasta 19 años, 34.169 euros entre 20 y 21 años, 41.002 euros entre 22 y 23 años, 54.670 euros entre 24 y 25 años, y al menos 68.337 euros a partir de los 26 años.
“No creemos que nos vaya a afectar mucho; la mayoría está por encima de ese sueldo”, consideran en uno de los principales equipos de ACB. De entrada, la medida podría permitir a algunos equipos pagar menos de lo que venían abonando a jugadores menos importantes de la plantilla, pues en ningún caso supondría un sobrecoste. “Quizás, en algún caso puntual, al subir el mínimo para los menores de 20 años se puede dificultar dar la oportunidad a algún joven”, admiten desde otro equipo.
Las razones por las que se ha tardado dos años en publicar el IV Convenio colectivo de baloncesto profesional ACB es que la decisión del Gobierno fue recurrida y en paralelo se fue negociando entre sindicato y competición. La entrada en vigor y efectividad de las medidas recogidas no empiezan hasta hoy, que el documento se ha hecho público en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Por todo lo demás, el convenio es el mismo que se acordó a principios de 2019.
De hecho, uno de los pocos cambios adicionales está muy relacionado con la supresión de la escala salarial mencionada. En concreto, ya no existirá la opción de que “un jugador de 22 o más años podrá convenir con el club o SAD una retribución anual inferior a la que por edad le corresponda”. En esos supuestos, el jugador a cambio tenía la opción de resolver unilateralmente su contrato si le llegaba una oferta superior en los quince días hábiles siguientes a la firma del mencionado contrato.
Por lo demás, se mantiene la que fue una de las grandes modificaciones en cuanto al fondo social: 315.000 euros durante los dos primeros años, que después convertirá en 280.000 euros y finalmente en 270.000 euros. Este se mantendrá hasta 2022, pero ahí se iniciará una paulatina reducción de la aportación que realizan los clubes para financiar la actividad del sindicato. Este cambio obligaba a la ABP a financiarse sobre todo con las aportaciones voluntarias que realicen los jugadores.
Por otro lado, se convino que un club con deudas con sus jugadores no pueda inscribir a los afectados en el derecho a tanteo. Es decir, que ningún club moroso podrá retener a un jugador en plantilla. En este sentido, destaca la preservación fondo especial de garantía, dotado con 1,8 millones de euros para hacer frente a esos impagos, con un máximo de 90.000 euros por temporada y jugador, hasta un máximo de 260.000 euros por club.
