La Superliga podría estar a punto de implosionar. El proyecto de nueva competición promovido por Florentino Pérez, en su calidad de presidente del Real Madrid, y otros once clubes podría no durar ni 48 horas en el espacio público. La presión popular y de los Gobiernos, respaldando la batalla de defensa del status quo que inició la Uefa y las ligas nacionales, ha hecho caer de la lista a la mitad de sus doce clubes fundadores. Los seis clubes ingleses de la competición (Manchester United, Manchester City, Arsenal, Tottenham, Liverpool y Chelsea) abandonaron anoche la coalición.
Los citizen han emitido un escueto comunicado en el que admiten que “han activado formalmente los procedimientos para retirarse del grupo que desarrolla planes para una Superliga europea”. Por su parte, el Arsenal ha puesto en el centro de la decisión a los aficionados: “Su reacción en los últimos días nos ha dado tiempo para hacer una reflexión más profunda. Cometimos un error y pedimos disculpas”.
Que la degradación de la unidad de la Superliga se haya originado vía Reino Unido no es casual. El país británico ha sido el más opositor, con comparecencias públicas y reiteradas de su primer ministro, Boris Johnson, y de su Ejecutivo, que ha seguido con manifestaciones de aficionados de los seis equipos adheridos a la nueva competición.
Está por ver si más equipos siguen los pasos de estos dos clubes, a los que el presidente de la Uefa no ha dudado en abrazar. En un comunicado, Aleksander Ceferin ha celebrado que los citizen “han mostrado gran inteligencia en escuchar las numerosas voces -muy notablemente la de sus fans-”. “Admitir un error exige valor, pero nunca he dudado de que tienen la habilidad y sentido común para tomar esta decisión”, ha añadido.
Pese a que Pérez aseguraba que los compromisos eran firmes y definitivos, el auto emitido hoy por el Juzgado Mercantil número 17 de Madrid ha desvelado la cláusula clave que facilitaría la salida de los clubes ingleses. En concreto, los acuerdos establecen que para que la Superliga salga adelante será necesario el “reconocimiento de la Superliga por parte de la FIFA y/o Uefa como nueva competición compatible con los estatutos FIFA y/o estatutos UEFA ; o alternativamente, la obtención de protección legal por parte de tribunales judiciales y/u organismos administrativos que permita la participación de los clubes fundadores en la Superliga de forma que se mantenga la participación en sus respectivas ligas, competiciones y torneos nacionales”.
En España, TV3 ha informado que Joan Laporta incluyó una cláusula en el contrato entre el Barça y la Superliga para que su entrada tuviera que ser validada primero por la Asamblea de socios. Esto quiere decir que, en caso de una caída en barrena del proyecto, el Barça no tendría problemas para garantizar su salida sin perjuicio económico alguno.
Asimismo, el terremoto institucional de la Superliga se cobró su primera víctima este mismo martes. Ed Woodward, vicepresidente ejecutivo del Manchester United, esperó al cierre de la Bolsa para anunciar su dimisión como máximo dirigente del club propiedad de la familia norteamericana Glazer al término del presente ejercicio. En su comunicado no aclara las razones que le han llevado a dimitir tras una década en el cargo y más de quince años en la entidad.
A falta de confirmación oficial, la Superliga de Florentino Pérez, JP Morgan y los 3.500 millones de euros podría tener las horas contadas. Del resto de clubes implicados en el proyecto se desconoce su posición tras el terremoto mediático y su posible continuidad en la competición, que, por otro lado, cuenta con garantía legal tras la cautelarísima dictada hoy por un Juzgado de Madrid. To be continued...