El fútbol chino pone coto a la llegada de cracks extranjeros a precios de oro y sueldos de superestrella. A partir de 2021, los jugadores internacionales de la Superliga no podrán cobrar más de tres millones de euros anuales, y los nacionales, no más de 765.000 euros, según ha anunciado este martes la Federación China de Fútbol (CFA).

La medida tiene como objetivo frenar la burbuja que se había creado en los últimos años en la competición china con la llegada al país asiático de jugadores -principalmente, provenientes de grandes equipos del fútbol europeo- con sueldos que cuadruplicaban o más sus salarios. Era la fórmula más rápida que encontraban los clubes chinos para atraer talento exterior y hacer crecer su fútbol.

Sin embargo, la federación ha apostadoa ahora por “un fútbol profesional sostenible”. Los clubes de la máxima categoría no podrán gastar más de 600 millones de yuanes (75 millones de euros) anuales. Además, la suma de los salarios de los futbolistas extranjeros de cada club no podrá superar los diez millones de euros.

La federación ha advertido a los clubes a que “no pongan a prueba nuestra determinación”, con sanciones para los que incumplan este tope salarial que podrían llegar a generar un descenso administrativo y una prohibición de dos años sin poder alinear a los futbolistas que busquen sortear la medida de forma fraudulenta.

“No importa cuán grande sea el club o cuán famoso sea el jugador, seguiremos estrictamente las reglas sin excepciones”, ha asegurado Chen Xuyuan, presidente de la federación china de fútbol.