La Real Federación Española de Fútbol (Rfef) quiere poner fin al mar de pérdidas en el que lleva tiempo sumido el fútbol semiprofesional. El organismo presidido por Luis Rubiales ha decidido que toca poner orden en las cuentas de la Primera Federación, y lo hará instaurando el mismo fair play financiero aprobado por la Uefa. ¿El reto? Encauzar una categoría en la que las pérdidas anuales rondan los 40 millones de euros y en la que casi la mitad de sus equipos, hasta 17, no han presentado sus cuentas en tiempo y forma.
Fuentes presentes en la reunión explican a 2Playbook que el regulador de la tercera categoría nacional ha querido restar dramatismo sobre la situación de la categoría, pese a que cada club pierde un millón al año, de media, si bien los hay que se dejan entre tres millones y cinco millones anuales en busca de una plaza en LaLiga. De hecho, en ese cálculo de la Rfef no se tiene en cuenta a los filiales, que elevarían ese déficit en varios millones. El pasado año ya hubo un club que desapareció, el Extremadura UD, abrumado por las deudas.
Todo eso cambiará, a priori, una vez se instaure la obligación de cumplir con las normas que ha creado Uefa y que inicialmente sólo serían de obligado cumplimiento para los equipos que participen en competiciones europeas. En el caso de la élite, el regulador continental ha creado un proceso de transición hasta 2025-2026, que se desconoce si también se aplicará en Primera Federación. Se desconocen las razones para no replicar el modelo de LaLiga y así dar coherencia a las obligaciones de los equipos que en un momento dado salten al profesionalismo. Desde la Rfef se ha informado a los clubes que trabajará con ellos para confeccionarlo, pero les ha dejado claro que será la federación el organo competente para dirigirlo.
Buena parte de los clubes ve con buenos ojos que se imponga un control económico, pues operar a pérdida estaba tensionando su caja
Buena parte de los clubes ve con buenos ojos que se imponga un cierto control, pues operar a pérdida estaba tensionando su caja o dificultando su capacidad de competir con vocación de ser sostenibles. Ahora bien, muchos directores generales lamentan que ese plan de control de costes no haya ido precedido de un verdadero plan de impulso comercial, si bien la Rfef defiende que es la federación que más ayudas da a sus equipos del equivalente a la Tercera División de los países europeos próximos.
A falta de concretar si se aplica el financial fair play tal cual o se adapta, las grandes líneas maestras del control de Uefa se centran en dos ámbitos: fiscalización trimestral de las cuentas y establecimiento de un límite de gasto en plantilla deportiva equivalente al 70% de los ingresos totales del club. Ahora bien, ese escenario no será inmediato.
La regulación establece que el peso del gasto en plantilla deportiva (salarios de jugadores y técnicos, pagos a agentes y amortizaciones por fichajes) no podrá representar más del 90% de los ingresos totales en 2022-2023, bajando al 80% en 2024-2025 y al 70% en 2025-2026. Con tal de asegurar que no haya incumplimientos en este sentido, una de las claves de todo el proceso es que se pase a una supervisión contable más frecuente, y no al análisis a posteriori que se aplicó a nivel europeo hasta el año pasado.
Desde esta temporada, hay una fiscalización trimestral de la evolución económica de cada club; en junio, septiembre y diciembre por parte de la Uefa, y en marzo por parte de las federaciones nacionales. Ahí se analiza que no haya deudas vencidas durante más de 90 días y permite tener una información más en tiempo real de las operaciones que acomete cada club, de modo que se puedan anticipar la adopción de sanciones.
Si se sigue el mismo esquema, estas serían de índole económico por la vía de detraer parte de los recursos que corresponden a cada equipo, ya sea por la comercialización de las retransmisiones o por las ayudas anuales, que hoy son el principal pilar de ingresos de muchos equipos ante el escaso atractivo comercial que ha suscitado la categoría entre televisiones y patrocinadores, pese a que ya se intentó hacer más atractiva con una reducción de grupos.
La facturación por TV apenas supera los dos millones tras el cambio de modelo con InStat
En lo referente a la televisión, las expectativas de la Rfef apuntaban a generar cerca de 17 millones de euros de negocio con la competición. Unas cifras que por ahora parecen inalcanzables, ya que los 9,3 millones prometidos por Luis Rubiales a los clubes los está asumiendo el organismo con fondos propios, ante la negativa de InStat a garantizar un mínimo y, asumida la producción, fiar todo pago a las suscripciones que logre. De hecho, hoy la previsión es que la facturación real por cuotas de usuarios supere por poco los dos millones de euros.
Por otro lado, para la profesionalización de la categoría, la Rfef impuso un paquete de obligaciones para los 40 clubes entre los que destacan varios relativos a inversiones en los estadios: césped natural, un mínimo de iluminación y no menos de 4.000 asientos. ¿El plazo para acometer estas obras? La temporada 2023-2024. Nada se ha tratado al respecto en la reunión.
Sin embargo, estas medidas son muy difíciles de implementar para un nutrido grupo de clubes de la categoría. Muchos de los equipos no son propietarios de las instalaciones, ya que compiten en instalaciones municipales, lo que les limita tanto a la hora de marcar los tiempos como a la hora de obtener la financiación para las obras. La cercanía de las próximas elecciones municipales podría tener también incidencia en ello. Los presupuestos de la categoría oscilan entre los 1,6 millones y los 13 millones de gasto que asume el RC Deportivo.
Los clubes ya apuntabas, tras el primer año de vida de la categoría, lo “primordial de implantar ya el control económico”, y varios equipos deslizaban que podría ser el que ya se ha instaurado en LaLiga. Jugar “con las mismas cartas”. De hecho, LaLiga ofreció hace unos años ceder gratuitamente parte de su equipo de control económico para trabajar en la categoría, “pero Rubiales lo rechazó”, reconocían desde los clubes.
Para aplacar las quejas y dar profesionalismo a la gestión, el pasado verano Rubiales fichó un director de Primera Federación, el ex del Levante UD, Javier Vich. Tras las buenas reacciones de los equipos tras su nombramiento, ésta es la primera gran medida que adopta la Rfef bajo su mandato. Ahora falta ver cómo se desarrolla y qué consecuencias provoca. Hasta entonces, la categoría continuará siendo deficitaria.