La Premier League se defiende. En un comunicado la competición ha criticado nuevamente algunos puntos que se prevén incorporar con la nueva Ley de Gobernanza del fútbol británico. Una normativa pública que tendrá un regulador y contra el que también se muestran contrarios los clubes de la liga de fútbol más rica del mundo.
En primer lugar, la Premier quiere blindar su sistema de paracaídas, por donde aporta fondos a los clubes descendidos a Championship. Una cuantiosa aportación, de entre 25 y 30 millones de libras (entre 30 millones y 36 millones de euros), y que “no se incluye automáticamente en el mecanismo de seguridad” del nuevo proyecto, según apunta la liga. Su director ejecutivo, Richard Masters, ya explicó el pasado abril que esta ayuda es “vital” para los clubes: “Si quieres ser competitivo después en Championship, necesitas saber que contarás con apoyo financiero en ese camino hacia abajo”. La Premier recuerda, además, que “es un mecanismo que utilizan las ligas de toda Europa”. Un ejemplo de ello es LaLiga.
“Proporcionan a los clubes la confianza para invertir tras su ascenso, permitiéndoles competir y firmar contratos de jugadores a varios años. También permiten una transición más fluida si los clubes son relegados, y tienen un impacto secundario importante en la sostenibilidad”, remarca la competición en su comunicado. “Con menos pagos de paracaídas, los clubes no invertirían y, por lo tanto, serían menos competitivos en la Premier League, o enfrentarían desafíos de sostenibilidad, con unos costes de transición inmanejables al descender”, agrega.
La palabra inversión es recurrente en la nota. La Premier considera que una sobrerregulación podría traer “un impacto negativo en la competitividad de la liga, en la inversión de los clubes en talento de clase mundial y, sobre todo, en nuestro atractivo y crecimiento global”.
Por otro lado, agradece al Gobierno que reconozca a la gestora y al fútbol por su papel en la economía y la sociedad británica, y por “su compromiso de garantizar que estas reformas proporcionen protección y permitan el continuo éxito global de la Premier League”. “Esto es fundamental para la sostenibilidad de todo el deporte (británico)”, continua la Premier, que recuerda que lleva invertidos 1.600 millones de libras (1.922 millones de euros) en los últimos tres años en ayudas a clubes de la English Football League (EFL) –Segunda, Tercera y Cuarta División–, la National League –fútbol no profesional–, las canteras, el fútbol femenino y en la promoción del fútbol en las comunidades.
“Junto a nuestros clubes, continuaremos trabajando con el Gobierno y los parlamentarios para considerar los controles y equilibrios apropiados en la legislación que protejan la posición ganada con esfuerzo del fútbol inglés, que es admirada a nivel mundial, una fuente vital de poder blando y un motor de crecimiento económico en todo el país”, ha apostillado la liga. En este sentido, otra novedad del plan gubernamental es que, finalmente, el regulador no tendrá que garantizar que las operaciones de compra de clubes se ajusten a la política exterior y comercial del Reino Unido. Con ello, acerca posturas con la Uefa, que había amenazado con prohibir a los equipos ingleses participar en sus competiciones alegando una posible interferencia del Estado.
La secretario de Estado de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, Lisa Nandy, ha defendido el proyecto que lidera recordando que “durante demasiado tiempo, la inestabilidad financiera ha significado que los aficionados leales y sus comunidades han corrido el riesgo de perder sus preciados clubes como resultado de la mala administración y el gasto imprudente”. Este proyecto de ley, ha defendido, pone “a los fans nuevamente en el centro del juego, enfrenta a los propietarios deshonestos y, fundamentalmente, ayuda a poner a los clubes de todo el país en una base financiera sólida”.
Desde la EFL, su presidente, Rick Parry, ha resaltado que “nuestra intención no es dañar ni obstaculizar la fortaleza de la Premier League y el valor que genera para la pirámide, incluida la EFL y nuestras competiciones”, pero ha reiterado la necesidad de crear “un nuevo marco para una pirámide sostenible y competitiva, respaldada por una mejor regulación y una redistribución más justa”.
El nuevo control económico
Por último, la Premier también recuerda movimientos que ha realizado en los últimos tres años en sintonía con lo que exige el Gobierno. Aspectos ligados, principalmente, a la cercanía de los clubes y la presencia de los grupos de aficionados en las decisiones clave de los clubes, el veto a que los clubes se incorporen a la Superliga u otras competiciones “disidentes” y “el el fomento de una propiedad responsable”.
En este último punto se podría incluir la sostenibilidad financiera, un punto negro de la Premier, que es la gran liga del fútbol europeo que más dinero pierde año tras año. Un déficit que compensan sus propietarios, holdings ligados a gobiernos de Oriente Medio y empresarios norteamericanos, principalmente. Al respecto, la Premier destaca en el comunicado que “los clubes ya acordaron priorizar el rápido desarrollo e implementación de un nuevo sistema financiero para toda la liga”.
Una de las primeras medidas adoptadas, este mismo verano, fue la de limitar el gasto en plantilla deportiva al 85% de los ingresos totales (incluyendo traspasos). Una regla que, eso sí, ha arrancado en 2024-2025 de forma no vinculante. Sin embargo, el 85% aprobado por los clubes sigue estando cinco puntos porcentuales por encima del de la Uefa para la próxima temporada. El organismo europeo arrancó con su squad cost ratio con un 90%, bajará al 80% en 2024-2025 y llegará al 70% en 2025-2026.
Este sistema nuevo en la liga inglesa “tiene como objetivo mejorar y preservar la sostenibilidad financiera de los clubes y el equilibrio competitivo de la Premier League”, así como “apoyar la competitividad de los clubes en las competiciones de clubes de la Uefa”, reconocía la organización británica en el comunicado en el que informó de la nueva normativa.
Además del nuevo SCR y del ya conocido PSR, que en 2023-2024 sancionó a Everton FC y Nottignham Forest por sus excesivas pérdidas de los últimos años, la Premier ha incorporado una tercera regla, denominada TBA (Top to Bottom Anchoring Rules), “una medida preventiva para proteger el equilibrio competitivo”. Se basará en un múltiplo de la previsión de la distribución central más baja para cada temporada.
La batería de medidas para intentar atajar las pérdidas del fútbol inglés se completa con una nueva norma relacionada con el límite de gasto salarial, por el que ningún equipo podría gastar más de cinco veces los ingresos por televisión del colista, el club que menos recibe por el negocio de la competición.
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