La Premier League mueve ficha tras el órdago de la Superliga Europea. La liga inglesa de fútbol busca la aprobación del Gobierno británico para evitar sacar a subasta el próximo ciclo de derechos audiovisuales, según Financial Times. De lograrlo, podría renovar en conversaciones privadas con los operadores su actual acuerdo, que aporta más de 5.000 millones de libras (5.745 millones de euros).
Actualmente son tres los operadores que tienen los derechos de la Premier en Reino Unido: Sky, BT y Amazon. El movimiento se ha acelerado tras el intento de los seis clubes ingleses de formar la Superliga, según el citado medio. De lograr la aprobación del Ejecutivo presidido por Boris Johnson, sentaría un precedente en Europa en la forma de abordar la venta de derechos audiovisuales.
Hasta ahora, las grandes ligas han apostado siempre por un proceso de licitación pública y presentación de ofertas para adjudicar sus derechos. Javier Tebas, presidente de LaLiga, reconoció recientemente que para el próximo ciclo la liga española también estudia por un nuevo formato de reparto para evitar la devaluación de los derechos audiovisuales en el mercado doméstico, como ha pasado con la Ligue-1, Serie A y Bundesliga en los últimos años.
La Premier League sí había logrado un incremento del 8% interanual con su actual contrato gracias a los contratos audiovisuales fuera de Reino Unido. Sin embargo, en su mercado local el valor cayó. El objetivo ahora es asegurar al menos el mismo nivel de ingresos que en el ciclo anterior.
La intención de la Premier sería vender de forma privada los paquetes de televisión a sus actuales socios, según el citado diario británico. Se desconoce si algún otro operador podría entrar en la puja, como Dazn. El ciclo iría de 2022 a 2025, similar al último, iniciado en 2018. El Gobierno podría dar luz verde por las circunstancias excepcionales provocadas por la pandemia.
Todo ello después de que en febrero Simon Green, director de BT Sport, reconociera que “ciertamente habrá una corrección de derechos y muchos la interpretarán como una deflación”.